“El hecho de crecer y envejecer no tiene nada de aterrador, volvería a vivir de la misma manera. Estoy contenta de como he vivido. Me lo he pasado en grande”

¿Cual es el precio Ava,  por habértelo pasado en grande?

            Ojalá pudiera hacerle esta pregunta, aunque sé la respuesta.

            Su billete a la gran pantalla fue su rostro gracias a unas fotografías que su cuñado le hizo y puso en el escaparate de su tienda. Sus ojos verdes, su mirada, su sonrisa descarada, toda su esencia, todo su carisma, ese fue el billete. El viaje en tren…fue otra cosa muy diferente.

            En seis años participó más de una veintena de películas, en ninguna de ellas, aparecía su nombre en los créditos. Su gran asesora, confidente y amiga fue su hermana, quien le aconsejó que dejara de darle largas a un personaje, que aunque nada agraciado si era muy poderoso, Mickey Rooney. De su matrimonio que solo duró dieciséis meses para las veintiocho pedidas de matrimonio que él le hizo, tenemos ese trocito de Ava, donde hablaba de su noche de bodas sin ningún pudor: contaba que era virgen hasta ese momento y que su actual marido, la instruyó muy bien. Lo hacía con tanta sinceridad y gracia que la prensa rosa del momento pronto supo donde poner el objetivo.

Con estas declaraciones Hollywood y el mundo entero se dieron cuenta que esa joven a la que intentaban taparle el hoyuelo de su barbilla cada vez que la maquillaban y a la que no nombraban en créditos, era diferente a todas las demás. O al menos, algo que nunca habían visto.

            Howard Hughes, un hombre siniestro, fue la siguiente parada del tren en la que Ava paró a tomar un largo café.

Se obsesionó con ella, de tal manera que le ponía micrófonos en su casa, la perseguía personalmente y con detectives privados, la estuvo observando y acosando incluso hasta poco antes de casarse con Frank Sinatra. Dicen que hubo un episodio muy violento en el que Ava golpea con un objeto contundente a Howard. Pero él no pone denuncia por su parte. La relación entre Howard y Ava fue una relación tóxica, pero de la que ella supo sacar mucho rendimiento. Él quería instruirla, que ampliara sus estudios, que estudiara arte dramático, que leyera ciertos libros… Ella que no sentía nada más motivador que cumplir las expectativas del hombre a quien amaba. Hizo exactamente lo que le pidió. Y así fue como el diamante en bruto se pulió, en mitad de una de las mayores tormentas de su vida. Pero la humillaba, nunca era suficiente para él, incluso le hizo hacerse una test de inteligencia, por cierto, Ava estaba por encima de la media. Y esto terminó por cansarle. Aún así, ambos se convirtieron en una pareja de intelectuales en la gran ciudad de Hollywood, y dieron mucho de que hablar y escribir.

            “Venus era mujer”, aunque con anterioridad Ava ya había grabado “Foragidos”, donde desempeña un papel, curiosamente sobre una mujer nerviosa y angustiada, (y lo hace terriblemente bien, pequeños guiños de la vida), es en: “Venus era mujer”, donde Ava está pletórica, cómoda con ella misma, relajada, confiada…tiene más seguridad y eso se nota en la pantalla. Porque ella si algo no había hecho y nunca hizo, fue: teatro.

Ava era : Ava, y si se sentía cómoda en algún papel simplemente vivía esa interpretación como su vida misma, y si necesitaba dinero, como al final de su vida… se ponía delante de la cámara simplemente a ser grabada.

            Era demasiado incontrolable hasta para ella misma, le encantaba divertirse, odiaba trabajar, nunca quiso hacer carrera del éxito que tenía con la gran pantalla. Era una forma de ganar dinero, nada más. Sus intereses y motivaciones eran otras. Vivir. Y lo hizo muy bien, al menos eso nos deja dicho.

            “Pandora”, la película que cambió su vida. Hasta antes de este rodaje Ava jamás había salido de los EEUU, y es aquí donde conoce: España e Inglaterra. Y de ambas se enamora…

            Ava ya es conocida en Hollywood como la “Rompematrimonios”, y la verdad es que como todo lo que hacía lo hacía a lo grande.

Su siguiente parada de tren fue la más hermosa de su vida; Frank Sinatra, ni más ni menos. ¿Saben ustedes que Fran Sinatra estuvo mantenido económicamente durante casi todo su matrimonio con Ava Gargner? ¿Saben que a ella no le importaba? ¿Y por qué habría de importarle?…Ava ganaba el dinero que luego disfrutaba enormemente con el gran amor de su vida.

Viven una relación pasional, desenfrenada, hasta con arrestos policiales por escándalo público. Esto a Frank no le sentaba nada bien, él quería una vida apacible, tranquila, con hijos… Y a Ava, le gustaba mucho más tocar las castañuelas por la noche, bailar, cantar, conocer, seguir aprendiendo, no parar, continuar en la vida… y lo hizo.

            En 1968 se traslada a Londres, allí, aunque sola, encuentra la paz interior que tanto deseaba. Pero hay algo que no cambia, sus amistades, siempre rodeada de músicos, pintores, intelectuales… ese amor por aprender es lo que mantenía a Ava en pie.

            Trabajaba cuando necesitaba dinero, e hizo películas mediocres, pero es que ¡Le daba igual! .Y es algo que no podemos entender. Y no lo entendemos porque tenemos una gran confusión con lo que es el éxito en la vida. Todo el mundo la criticaba y la critican por según ellos: echar por alto su carrera. Pero lo que no respetan es que para ella, su trabajo era una mera manera de conseguir dinero, nada más. Ni fotos, ni carteles, ni entrevistas, ni películas… ella buscaba el éxito si, pero el de la vida. Ese que no se paga con dinero sino con lágrimas y satisfacciones. Ese que tiene una dura moneda de cambio. Ese que da miedo. Ese que es difícil de elegir. Ese que es criticado por todos.

Vivir. Sentir. Ser.

Ése era el verdadero éxito  para ella, al cual me vais a permitir que me suma, si no os ofende a muchos…

            Por supuesto, cuando tienes el éxito de la vida como el que ella quería, no es a ti a quien te pagan, más bien es al revés, tú tienes que pagarle a la vida, y Ava le pagó con su salud, como tantos otros que solo quisieron exprimirla.

Tuvo una crisis cardíaca que le dejó el brazo izquierdo imposibilitado los dos últimos años de su vida.

            Siempre decía que quería morir con una copa de vino en una mano y un cigarrillo en la otra. Y así lo hizo, bajo una enorme tormenta que amenazaba la noche de su muerte. Al contrario que su nacimiento, que ocurrió en Noche Buena.

            El principio y el final de una vida llena de pasiones, de amor, de desamor, de aventuras, de risas, diversión, placer, aprendizaje, descubrimientos, dolor, decepción, amistades… una vida para muchos desperdiciada… para otros y para mí. Una vida maravillosa.

            Cuentan, que todas las noches se encerraba en su dormitorio a las ocho de la tarde. Para esperar la llamada de un hombre: Frank Sinatra, que aunque rehízo su vida como él quiso, aún la seguía amando, y era con ella con quien tenía las mayores confidencias y a quien seguía llamándola cariño. La amaba, y por eso la dejó ir. Y ella lo amaba y por eso apagaba las luces de su vida para cobijarse bajo una conversación tras un teléfono en un dormitorio frío de Inglaterra.

Ana Calvo

4 thoughts on “AVA GARDNER

  1. Profundidad, Amor, Sentir de una gran actriz que embrujaba con su eterna mirada … Excelente semblanza de Ana Calvo en su relato. Gracias.

Deja un comentario