AGOSTO
Agosto sabe a vacaciones “tutti frutti”.
Sabe a viajar,
a la vuelta de la esquina del mar,
y le susurra pícaro
una canción de amor.
La brisa de la sombra del agua
es un abanico
que refresca a la tarde adormecida
de todas sus horas abiertas.
Agosto se sienta en el suelo
en un estanque de cielo
un cielo endulzado de aliento, de viento
que mueve al tiempo con sus horas azules.
Agosto baila y duerme bajo las estrellas
sus inciertos amores serenos.
Amanece en sus ojos la dicha
que llegará para volar
por todos los recuerdos de arena.
Agosto duerme la siesta en el jardín del sueño,
deja que la vida le lleve
sin horarios, liberado de toda prisa.
Agosto, se va con la noche
la noche, que lleva un mantón estival de seda
para ir juntos al cine veraneante.
Agosto deja su plumaje de aire
que tiñe de agua bulliciosa
para tocarlo solamente
con besos de espuma.
Agosto viene transparente.
Sonando en su cuerpo
un mar de luz, de estío,
a desandar el camino buscando huellas
de una historia.
Buscando huellas en la memoria.
FRANCISCO LUQUE BONILLA