A propósito de Cervantes.
— ¿Alguien me podría decir, quien es Cervantes?
— Es el Manco de Lepanto, en los libros lo he leído
— ¿Por casualidad no ha leído algo más relevante?
— Nació en Alcalá de Henares y a Madrid vino a morir,
Su padre fue un dentista y su madre bella dama,
entre medias, dicen, que le gustaba escribir.
— Eso amigo mío no es gran cosa
—A ver, otro que esté informado y bien responda
de su vida y su obra, tanto en verso como en prosa.
El alumno curioso pregunta un tanto azorado.
— ¿Por qué, Cervantes, ¿su segundo apellido ha cambiado?
— No se sabe unos dicen que es sinónimo de manco,
otros razonan que proviene de morisco cristianizado.
Una estudiante pide vez levantando su diestra mano.
— Yo aprendí a leer con El quijote adaptado
y tanto me aficioné que de leer no he cesado.
He leído todas sus obras y todas me han deleitado:
Su primer poema, un soneto bien trazado
a la infanta Catalina Micaela, hija de Felipe II, dedicado.
Ahí ya apuntaba maneras de escritor iluminado.
Novelista, dramaturgo, poeta, soldado y otros oficios
que le hicieron recorrer, muchos, variados caminos.
Se traslada a Roma con gran premura
después de haber herido en duelo a Antonio de Sigura
donde servirá de camarero al futuro cardenal Julio Acquaviva,
escogió, por temporal esa nueva alternativa
Como militar, lucho: en la compañía de Diego de Urbina
con la espada en su mano al enemigo vencía,
en la batalla de Lepanto su mano quedó tullida,
pero eso no le impidió seguir luchando en la milicia,
Navarino, Corfú, Bicerta y Túnez, con los tercios italianos,
luchaba como un león, sin que le temblara la mano.
En Nápoles, embarcó, tratando de llegar a España,
por ver si le concedían el grado de capitán, por su lucha en la batalla
muchas eran las recomendaciones que en sus alforjas llevaba.
Frente a la costa de Barcelona su nave fue apresada
por unos corsarios moros, de nada sirvió su espada.
creyendo que tiene dinero, por las recomendaciones dadas
le llevan preso a Túnez y en sus calabozos le guardan.
y se fija su rescate en 500 escudos de oro.
Para que pueda volver, con los suyos; dijo el moro
Por cuatro veces, Cervantes, intenta escapar de sus captores,
las cuatro, es apresado por culpa de sus delatores
y él se declara, único, responsable en todas las ocasiones.
Sus desdichas dieron frutos y su ingenio agudizando
sus mejores creaciones, en su mente iba guardando.
Tras cinco años cautivo, Cervantes regresa a España.
después que los trinitarios su rescate abonaran.
Con la pluma retomada, su obra ya no se para.
Cervantes nos dejó un legado muy extenso, tanto en prosa como en verso
muchas nos han llegado y otras se extraviaron por el vasto universo.
Y entre tanta producción, como ejemplo citaré tres cualquiera:
La Galatea, Los baños de Argel y El licenciado Vidriera.
Mención aparte merece, El hidalgo caballero
conocido y aclamado, desde el cielo hasta el infierno.
Dicen que el buen escritor, escribe desde sus adentros,
dejando salir del alma, sus gozos y sus lamentos,
aunque les preste otros nombres y les cambie el argumento,
es como el hijo que nace parecido a su padre, sin querer reconocerlo.
Don Quijote es la estampa del hidalgo caballero,
convertido en lector loco, caduco y remedia entuertos.
según algunos eruditos, es su historia escondida entre lugares,
nombres, personajes y hechos, camuflados, con metáforas irreales,
que, si ahondas en ellos, descifrarás las verdades.
— Muy bien, pero, cuénteme algo más de la vida de Cervantes.
— De Cervantes se habla mucho y no siempre para bien
que en el mundo en que vivimos “cada cual es cada quien”
desde niño con sus padres recorrió muchos lugares
y de ahí le viene el gusto de conocer más ciudades.
Tampoco tuvo reparo en disfrutar de riqueza
o acomodarse a lidiar con la más misera pobreza.
En amores tenía suerte las mujeres le adoraban,
tanto si eran solteras, viudas o “felizmente” casadas.
aunque dicen que, él, por enterado no se daba
Se sabe que tuvo amores con Ana de Villafranca, mujer hermosa,
del rudo mesonero Alonso Rodríguez, esposa
de ese romance nació Isabel, única hija que se conozca.
Fue bautizada como Isabel Rodríguez Villafranca,
años más tarde, Cervantes, su segundo apellido le daba.
En 1584 conoció a Catalina de Salazar y quedó de ella prendado,
y antes de terminar ese año, Cervantes con Catalina ha casado.
En el matrimonio la cosa marchaba bien hasta que fue nombrado,
para dotar de víveres a La armada Real, comisario Real de Abastos,
esto le lleva a alejarse de su mujer y su casa
En ese espacio de tiempo tubo una vida accidentada,
debido a su oficio, acumuló conocidos y no pocos enemigos,
es lo que suele pasar al andar por los caminos.
Vuelve por fin con su esposa, de la que no se separa
Sigue, escribiendo, Cervantes y entre otros, el Quijote nos regala.
La guadaña ya le espera, apostada, en la cabecera de su cama
pero aún su mano sostiene, la pluma con que la llama.