DIARIO DE UN POETA – EL DÍA QUE CONOCÍ A LA CANTAORA CARMEN LINARES

Quizás el título no sea exacto, ya que, a la extraordinaria cantaora de flamenco, la conocí una noche, por lo que en este caso no coje lo de El día que conocí a Carmen Linares, pero es igual. Fue en una hora más romántica y propicia para el romanticismo. La noche nos induce a poder contemplar las cosas con un cierto misterio, con una interrogación de lo que no conocemos, y la percepción que se tiene del momento, es diferente a la que se tiene de día. La noche tiene magia, romanticismo y aventuras bajo el techo de las estrellas. Y si la magia se produce en la legendaria, bellísima y romántica Valldemossa, tendremos los elementos perfectos para pasar una velada difícil de olvidar. Como me pasó a mí una noche de verano del 2002. No recuerdo exactamente la fecha del mes con exactitud, ya que, por entonces, no estaba en mi pensamiento escribir estos artículos, y, por lo tanto, no dejaba constancia de que, en años posteriores me hubiese servido de gran ayuda para escribir mis artículos en Diario de un poeta.

            Una noche del mes de agosto, la gran Carmen Linares, daba un concierto de canciones populares, recopiladas por el inmortal Federico García Lorca. El magno concierto lo dio en el Centro Cultural Costa Nord, cuyos propietarios por aquellas fechas eran los actores Michel Douglas y Catherine Zeta-Jones, presentes en el acto. Con el tiempo, los Douglas dejaron de cuidarse del centro y este perdió mucho del espíritu por el que fue creado. Dentro del centro había: restaurante, biblioteca, auditorio, esparcimiento. Esa noche cenaba con unas amigas la que por aquel entonces era la presidenta del Consell de Mallorca, María Antonia Munar, a la que saludé y de la que ya hablé en esta página.

            Esa noche el Auditorio del Centro Cultural estaba lleno hasta la bandera, especialmente de personas desplazadas desde Palma, ya que la gran dama del flamenco, Carmen Linares, estaba en la cúspide de la fama. Le acompañaba un fantástico grupo de músicos. La noche era mágica y un aire suabe impregnado de aromas a galán lo inundaba todo, eso motivó que algunas mujeres se cubrieran los hombros, ya que Valldemossa se encuentra a una altura de 413 metros.  En un silencio compas, roto por el sonido que producía las hojas de los árboles al ser mecidas por el aire. Tras unas palabras de presentación y acompañada de la música sonó la voz prodigiosa, profunda, ronca como metal, que se expandió sobre todos los que estábamos allí. Un silencio admirativo dominaba el auditorio para escuchar a una cantante que se puede muy bien equiparar con la gran Pastora Pavón Niña de los peines, su fabulosa voz dominaba la noche. Al terminar de interpretar cada canción, sonaba un atronador aplauso y así, fue pasando el tiempo y que creo, que nadie de los presentes allí quería que terminase.

            Yo me encontraba sentado frente a los Douglas, a los que vi disfrutar del gran espectáculo y aplaudir con ganas. Al terminar Catherine Zeta-Jones, entregó un ramo de flores a Carmen y estuvieron hablando un rato. Posteriormente me dirigí a hablar con Carmen Linares, estuvimos hablando unos minutos sobre el acto y me firmo un disco. Después me dirigí a saludar a Michael Douglas y a Catherine Zeta-Jones, tuve la suerte que con ellos había una persona a la que conocía y pudimos departir unos minutos sobre el acontecimiento artístico de esa noche. Me resultaron una pareja muy amable, sencillos sin ninguna ínfula, siendo ya ambos actores de primera línea en Hollywood.

            Carmen Pacheco Rodríguez –Carmen Linares-, nació en Linares (Jaén) el 25 de febrero de 1951. Cuando empezó su carrera se anunciaba como Carmen Pacheco, fue a una sugerencia del cantaor D. Juan Valderrama, que le sugirió que, se llamara Carmen Linares, y ese nombre lo ha paseado por casi todo el mundo, cosechando triunfo tras triunfo. Es posiblemente la cantaora de flamenco más premiada y laureada de todas las épocas en España. Su currículo es tan extenso que solamente voy a nombrar unos cuantos: Medalla de Plata de la Junta de Andalucía, 1998. Medalla de Oro de las Bellas Artes concedida por el Ministerio de Cultura de España, 1998. Premio MIN Mejor Álbum Flamenco “Verso a verso canta a Miguel Hernández. 2018. Medalla de Oro Ayuntamiento de Madrid, 2019. Premio Princesa de Asturias de las Artes, 2022. Hija predilecta de Linares (Jaén), 2023. Premio Latín Grammy a la Excelencia musical, 2023. Doctora Honoris Causa por la Universidad de Sevilla, 2023, etc.

Estuvimos tomando un refresco en la maravillosa noche límpida y estrellada de la mágica Valldemossa. Todo termina, por que lo bueno nunca es eterno y, no es eterno, precisamente, para que nosotros podamos contarla y escribirla para que quede testimonio para toda la eternidad y ese hecho o acontecimiento no se diluya en el tiempo. Los escritores y especialmente, los poetas, deben ser el ojo mágico de los acontecimientos culturales y expandirlo como si fuese un rayo cautivador, hacer que, su magia pueda pasar las fronteras del tiempo y quede escrita en el estuche de los recuerdos.

            Nuestro regreso a Palma -éramos tres amigos-, fue en silencio, ya, que, de alguna manera, no queríamos romper la sensación de gozo que sentíamos. Llegamos a Palma, la noche estaba ya en su cenit, y solamente algunos coches se perdían por las calles casi desierta de la ciudad. Mañana quizás, se escribirá una nueva historia, pero, esa no la escribiré yo. En mi casa todos dormían plácidamente, y yo, me sentía feliz.

Algunas notas para la confección de este artículo han sido tomadas de la Bibliografía de doña Carmen Linares y de Wikipedia.

Marcelino Arellano Alabarces