SUDÁFRICA EN EL VALLE DEL AGUACATE

A veces, la propia naturaleza se defiende con plagas y enfermedades que cortan los ciclos de producción preparados y esperados por el hombre. Las sequías cíclicas, como las inundaciones han sido accidentes que han venido sorprendiendo al ser humano desde hace millones de años, dándole ocasión a luchar desesperadamente en defensa propia y no arredrarse ante la adversidad. Pero la naturaleza tiene sus leyes y se rebela incansable también para imponer su terrible superioridad.

      El hombre ha observado a través de los siglos, cómo las plantas se han creado y desarrollado por si solas en estado salvaje, allí donde el microclima donde nacían espontáneas les era propicio. En la Amazonia tenemos una prueba determinante de tantas especies como aquella salvaje naturaleza surgía con especies raras que servían de alimento para las tribus que la habitaban; aquellas primitivas tribus depredadoras movidas por su instinto investigador se esforzaban para domesticarlas y trasladarlas de lugar, hasta donde podía obtener mayor rendimiento económico, saltándose todas las normas que la misma naturaleza había dictado.

      Y lo propio sigue sucediéndose a medida que el hombre moderno con imponentes medios a su alcance crece en sabiduría investigadora dominando el medio ambiente con imparable vigor, pero sabiéndose vigilado siempre por una implacable naturaleza que jamás ha dejado de pasar factura a quien contraviene sus poderosas leyes.

      En el año 1989 la importante revista frutera europea  International Fruit World publicaba un artículo referido al aguacate, que merece reproducirse, porque en aquellas fechas en que los sudafricanos empezaban a ser importantes productores  de avocado, se preocupaban como lo venimos haciendo en Andalucía, por el problema de raíces en el aguacate y la búsqueda de patrones resistentes, por la forma de aumentar la producción de sus cosechas –entonces la mayoría de la variedad Fuerte- y como no, por las persistentes sequías en las zonas productivas, como también nos viene afectando de manera importante en la Axarquía.

      “Los dos tercios de la superficie de terreno dedicada en Sudáfrica al cultivo del aguacate, es decir, unas 1000 ha, corresponden a la Hans Merensky Fundation. Esta fundación existe desde el año 1949, cuando el geólogo prospector, amante de la naturaleza y filántropo de origen alemán Dr. Hans Merensky pensó en la futura representación de sus diversas posesiones, pues él mismo no tenía descendientes. Incluyó esta fundación en su herencia y nombró un consejo de no menos de siete y no más de once representantes de la ciencia y de los diversos ramos de la economía para administrar la herencia. Correspondía y corresponde al consejo de fundación velar por la observancia de los siguientes principios: mejoramiento e incremento de los recursos de Sudáfrica, especialmente en lo tocante al suelo, el agua, a los recursos mineros, a la fauna, a la flora, así como al mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes, y, ello, con la ayuda de la ciencia y de la técnica.

      Entre tanto, la Hans Merensky Foundation se ha deshecho de sus intereses mineros. Actualmente es uno de los mayores productores y explotadores sudafricanos de madera   de construcción y de ebanistería; además produce té y naturalmente frutas tropicales y subtropicales. El grupo explotaba 94.200 ha de terreno en 1987 y alcanzó un volumen de negocios de 103 mio. de rands sudafricanos.

      El núcleo esencial de las actividades agrícolas y forestales lo constituyen la Westfalia Estates en Duiwelskloof. En éstas existen, en una superficie total de 8000 ha, grandes plantaciones de Eucalypthu grandis (árbol que produce goma), bosque natural y 500 ha de plantaciones de aguacates, es decir, las mayores plantaciones ininterrumpidas de aguacates de toda África. Un embalse particular, el Hans Merensky Dam, abastece de agua las plantaciones, incluso en épocas de sequía. Una pequeña parte de las plantaciones de aguacates se riegan por el procedimiento del microchorro. Aquí, con la ayuda de la propia investigación, las medidas adoptadas ya empiezan a incrementar los rendimientos por hectárea y, por consiguiente, la producción y la exportación.

      Además del incremento de la productividad mediante la separación optima de las plantas, lo que ante todo ocupa a los científicos en Duiwelskloot es la búsqueda de la cepa adecuada y de los planteles apropiados. En los viveros propios de la explotación se crían de 60.000 a 80.000 plantones en un solo ciclo de 18 meses, los cuales se plantan en terreno propio o bien se venden a otros cosecheros. Mediante la introducción de una cepa intermedia se espera obtener en el futuro mayores rendimientos. En cambio, el problema de la Phytophthora dice el director de la sección de agricultura F.J. Lourens, volverá a plantearse, cuando el agente patógeno haya desarrollado resistencia contra el actual medio utilizado para combatirlo (un método de inyección muy costoso). “Así pues –dice Lourens- tenemos que estar preparados para tomar otras medidas”.         El grupo Westfalia se ocupa del aguacate en diversos países de Suramérica, de manera muy significativa en Perú, cuya empresa tiene contacto con varios importadores españoles, que se interesarán por conocer la historia de ésta gran fundación sudafricana y los diferentes acontecimientos agrícolas.

Julián Díaz Robledo

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