Consumo de alcohol – A TODA COSTA
A muchos jóvenes les parece que, sin alcohol, no hay “marcha”
Actualmente y con preocupante incremento, se empiezan los primeros consumos en la adolescencia.
Esta es una etapa difícil del desarrollo, donde se pueden favorecer las conductas de consumo de alcohol, ya sea por la reafirmación de la independencia, la libertad en la toma de decisiones, la creencia de determinados mitos o la imitación a los adultos.
El hecho de tomar alcohol está ampliamente incorporado en nuestra cultura, gastronomía, fiestas, actividades sociales y también en los fines de semana con el mal llamado “Botellón”.
Sin embargo, el alcohol es un elemento tóxico, cuanto más temprano se empieza mucho peor.
Si eres bebedor, te interesará saber si tu relación con el alcohol es saludable. Si no fuese así, puede valerte como información general.
Sería muy saludable que te pares a pensar las razones y los motivos por los que bebes y reflexiones sobre ellos.
Un primer síntoma es cuando una persona para seguir el día a día tiene necesidad de beber alcohol.
En este punto, el hombre o mujer es dependiente de esta substancia, no solo psicológicamente sino también físicamente.
Este sería el momento de la reflexión y de acudir al consejo o tratamiento –si fuese necesario – de un médico.
La abstinencia del alcohol generalmente se presenta en adultos, aunque también puede presentarse en adolescentes o igualmente en niños. Puede suceder cuando una persona que consume en exceso y quiere dejar el alcohol repentinamente.
Los síntomas de no ingesta o supresión se presentan por lo regular al cabo de 10/20 horas después del último trago.
Existen muchas agrupaciones y diversas terapias encaminadas a que las personas superen, aprendan y vivan normalmente con el alcohol a su alrededor sin volver a recaer.
El círculo próximo de familiares y amigos pueden contribuir en gran medida mediante el ejemplo.
Con esta sucinta <<información-opinión>> y dentro de este mes de noviembre donde se dedica el día 15 a tratar esta cuestión, tan solo pretendemos aportar nuestro modesto ‘diezmo’ para evitar los desastres familiares y físicos a quienes son presa de esta lacra.
Francisco Ponce Carrasco