La voz de mi poesía – Soledad Martínez

La voz de mi poesía

Te quiero, y tu amor me inspira
la más bella pasión jamás conocida.
Te quiero, y tu amor, es brasa
que arde encendida
en un rincón de mi alma enloquecida.
Mi alma se ilumina en el recuerdo
de la vida que tú sigues viviendo.
Por tenerte un momento…
Diera otra vida, si pudiera vivirla ,
por tenerte, solo un momento conmigo.

No sé, no sé anoche que pasó:
Dormía, soñaba y, de pronto,
algo extraño me despertó.
¿Qué pudo ser ese algo?
No lo sé, pero me sobrecogió.

No sé cuánto duró esa agonía,
no quería abrir los ojos,
sentí miedo de algo que presentía
y que flotaba en mi alcoba;
¿sería fruto de la mente mía?.

El sueño me fue invadiendo
sin apenas darme cuenta;
mi espíritu fue ascendiendo
a lugares que frecuenta,
como siempre viene haciendo.

Hasta ahora no he sabido
cómo era ese devenir,
ahora sé que allí ha tenido
autonomía, vida propia,
y uno más entre ellos ha sido.

Y hablándome aquella voz
me dijo así:

Porque hasta cuando duermes
eres profunda poesía,
por eso te miro, y sientes
que hay algo, que todavía
no sabes ni lo que es,
pero descubrirás algún día.

Yo me muevo entre las sombras,
yo soy eco en lo infinito,
yo soy, mensaje que asombra;
fijo en tu mente lo escrito
para que así sean tus obras
continuación de otros mitos.

Yo quiero ser para ti
inalcanzable aventura,
y que tú seas para mí
la fuente de unas locuras
que aquí no puedo sentir
porque soy un alma pura.

Yo seré, la inspiración
de tus promesas futuras.
Causarán tal sensación,
que será la investidura
que dará a tu vocación
nombre, gloria y apertura.

Y este amor que en mí has descubierto
creí que nunca realidad sería.
Esta noche, cuando duermas, vida mía,
te veré con el suave velo de lo etéreo,
te veré, y será tan feliz el alma mía,
que la dicha en mí no cesaría
si la noche fuera eterna y pudiera amarte
como nunca nadie hiciera.
Mas, el día llegará, y con él, nuestro amor
partirá a regiones, donde nunca,
nadie, jamás podrá llegar.

Soledad Martínez