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ENTREVISTA CON VERÓNICA GÓMEZ CASTRO: LA BATALLA CONTRA EL CÁNCER

En esta emotiva entrevista, conocemos la inspiradora historia de Verónica, una valiente mujer que enfrentó el cáncer de mama con determinación y amor. A través de sus palabras, nos sumergimos en su viaje desde el diagnóstico hasta la recuperación, lleno de altibajos, miedo y esperanza. Verónica comparte con nosotros cómo la enfermedad impactó su vida y la de su familia, así como las estrategias emocionales y de apoyo que la ayudaron a mantenerse fuerte durante la batalla. Un relato conmovedor sobre la perseverancia y el significado profundo de la vida.

Esta entrevista se incluirá en el siguiente volumen de El Valor de la Vida, libro editado por la Editorial Granada Club Selección

P: Hoy tenemos el honor de estar con Verónica Gómez Castro, una valiente guerrera que ha enfrentado el cáncer de mama. Verónica, cuéntanos un poco sobre tu vida antes de recibir este diagnóstico.

V: Antes que nada, gracias por tenerme aquí. Mi vida ha sido una montaña rusa de experiencias. Conocí a mi esposo José a los dieciséis años, y desde entonces hemos compartido un hermoso camino juntos. Nos casamos en un programa de televisión el 4 de abril de 1998, cuando yo tenía 20 años. Luego, experimentamos la pérdida de nuestra primera hija durante el embarazo, lo cual fue devastador. Sin embargo, la vida nos bendijo nuevamente con nuestra hija Rocío, quien ahora tiene 22 años.

P: Sin duda, has pasado por momentos difíciles. ¿Cómo afectaron tus experiencias pasadas a tu vida antes del cáncer?

V: Mi infancia fue complicada debido a problemas de salud que me llevaron a estar frecuentemente en el hospital. Esto afectó mi educación y no pude terminar mis estudios. Afortunadamente, conté con el apoyo incondicional de mi hermana Joaquina, quien ha estado a mi lado brindándome su cariño y ayuda en todo momento.

P: Es reconfortante tener ese tipo de apoyo en momentos difíciles. Ahora, hablemos sobre el cáncer de mama. ¿Cuándo recibiste el diagnóstico y cómo te enfrentaste a esta noticia?

V: Fue hace unos años cuando me diagnosticaron cáncer de mama. Fue un golpe muy duro para mí y para mi familia. Sin embargo, decidí enfrentar la situación con valentía y determinación. Sabía que tenía que luchar por mi vida y por seguir adelante junto a mi familia.

P: Admirable sin duda. ¿Puedes contarnos sobre tu experiencia durante el tratamiento?

V: El tratamiento fue difícil, pero siempre mantuve una actitud positiva. Recibí el apoyo incondicional de mi esposo, mis hijos y mi hermana. El amor de mi familia fue mi mayor fuerza durante esos momentos tan complicados. Además, conocí a personas maravillosas en el hospital que me brindaron su apoyo y amistad.

P: Es increíble cómo el apoyo y el amor pueden marcar la diferencia. ¿Qué consejo le darías a otras personas que están enfrentando una batalla similar?

V: Les diría que no están solas, que busquen el apoyo de sus seres queridos y no tengan miedo de pedir ayuda cuando la necesiten. La actitud positiva y la fortaleza mental son fundamentales para enfrentar el cáncer. Cada día es un nuevo reto, pero con amor y determinación, se puede superar.

P: Sin duda, tus palabras serán de gran inspiración para muchos. ¿Qué planes tienes para el futuro?

V: Mi principal plan es disfrutar de cada día junto a mi familia y valorar las pequeñas cosas de la vida. Quiero seguir siendo una madre y esposa ejemplar, y ayudar a otras personas que estén enfrentando situaciones similares. También deseo crear conciencia sobre la importancia de la detección temprana del cáncer de mama para salvar vidas.

P: Verónica, tu historia es realmente conmovedora. Cuéntanos cómo empezó todo, desde que comenzaste a sentir el dolor en tu mama izquierda.

V: Fue en febrero del 2019 cuando empecé a notar un dolor intenso en mi mama izquierda, y la inflamación no cedía. Decidí acudir al médico de cabecera, quien inicialmente pensó que se trataba de una mastitis y me recetó el tratamiento correspondiente. Además, me derivó al Hospital Puerta del Mar en Cádiz para hacerme una mamografía y una ecografía.

P: ¿Qué pasó después de las pruebas?

V: La doctora Celia, que me atendió en el hospital, solicitó repetir la mamografía al observar algo preocupante. Luego procedió a realizar una biopsia para examinar detenidamente los tejidos. Mientras esperaba los resultados, mi esposo sospechaba que podría tratarse de cáncer, recordando la experiencia de su madre.

P: Debe haber sido un momento angustiante para ambos. ¿Cómo recibiste finalmente el diagnóstico?

V: Después de recibir la llamada del hospital, volví a la consulta para ver al doctor Baena. Él me informó con seriedad que tenía un tumor de aproximadamente 14 centímetros, clasificado como tipo 4, el más agresivo de los cánceres de mama. Me explicó que necesitaría 8 meses de quimioterapia, con algunas vacunas mezcladas en el proceso. Fue un momento difícil, y le pregunté si podría morir por esta enfermedad, pero él me aseguró que había posibilidades de curación, dependiendo también de mi actitud y ganas de vivir.

P: La noticia debió ser abrumadora. ¿Cómo afrontaste el momento y cómo reaccionó tu familia?

V: Fue realmente impactante, pero no podía rendirme. Tenía que cuidar de mi hija y mi esposo. Cuando compartí la noticia con mi hermana y mi hija, ambas se mostraron muy afectadas, pero estuvieron a mi lado brindándome su apoyo incondicional.

P: Es admirable cómo encontraste fuerzas para seguir adelante. ¿Cómo fueron las primeras sesiones de quimioterapia?

V: Las primeras sesiones fueron complicadas. Perdí el sabor de las comidas y mis piernas me dolían, pero me dijeron que era normal debido a los efectos secundarios de la quimioterapia. A pesar de todo, traté de mantenerme activa y seguí con mis responsabilidades.

Me siento agradecida por el apoyo incondicional de mi familia y amigos durante todo este proceso. Actualmente, mi lucha contra el cáncer continúa, pero sigo llena de esperanza y ganas de vivir.

P: Verónica, tu historia es realmente un testimonio de fuerza y unidad familiar. Cuéntanos sobre cómo fue tu reacción inicial ante el diagnóstico y cómo lograste superar el miedo y la ansiedad.

V: Al principio, me costó mucho enfrentar la realidad del diagnóstico. Tenía miedo y ansiedad, por lo que preferí evadir el tema. Mi marido se convirtió en mi portavoz cuando alguien preguntaba sobre mi situación, y poco a poco, con la ayuda de un psicólogo en la Asociación contra el Cáncer, empecé a hablar más sobre ello. Para no mencionar la palabra «cáncer», al inicio lo llamaba «cosita» y luego «bicho», pero con el tiempo, acepté el término sin miedo.

P: Es comprensible cómo tomar tiempo para procesar esa noticia. ¿Cómo reaccionó tu hija ante todo esto?

V: Mi hija también experimentó ansiedad, pero prefirió hablar con su padre y mi yerno en lugar de ir al psicólogo. El apoyo de mi yerno ha sido esencial en todo este proceso, y estoy agradecida por su ayuda para apoyar a mi hija mientras yo luchaba contra el «bicho».

P: Tu familia ha sido una gran fortaleza en todo esto. Cuéntanos cómo fue recibir la noticia de que no tenías metástasis y que el cáncer estaba encapsulado.

V: Fue una sorpresa maravillosa y un gran alivio para todos nosotros. El doctor Baena nos dio la noticia de que el cáncer no se había propagado, y mi esposo no pudo contener las lágrimas de felicidad. Fue un momento de esperanza y reafirmó nuestras ganas de luchar contra esta enfermedad.

P: ¿Cómo fue el proceso de afrontar la pérdida de pelo debido a la quimioterapia?

V: Fue un momento difícil. Al principio me asustó, pero mi marido, mi amiga Rocío (la peluquera) y mi hija me apoyaron. Rocío nos abrió su peluquería en un día especial para raparme, y aunque fue emotivo, encontré fuerzas para seguir adelante con el apoyo de mi familia.

P: ¿Cómo ha sido el proceso de las sesiones de quimioterapia desde entonces?

V: Las sesiones de quimioterapia son desafiantes, pero he contado con el amor y apoyo de mi familia durante todo el proceso. Mi esposo ha estado a mi lado en cada paso, cuidándome y dándome fuerzas para seguir adelante.

P: ¿Tienes algún mensaje para aquellas personas que están luchando contra el cáncer o enfrentando momentos difíciles?

V: A todas las personas que están enfrentando situaciones difíciles, quiero decirles que no están solas. El amor y el apoyo de la familia y amigos son cruciales para sobrellevar los momentos complicados. También es importante buscar ayuda profesional si es necesario, ya que puede marcar una gran diferencia en el proceso de recuperación.

P: Verónica, el camino que has recorrido hasta ahora ha sido emocionalmente intenso. Cuéntanos sobre cómo te sentiste cuando llegó el día de la operación.

V: Llegó el día 29 de octubre de 2019, el día que tanto había esperado y temido a la vez. Estaba nerviosa y ansiosa, pero también llena de esperanza de que esta operación me librara completamente de este bicho. Mi marido y mi hija estaban a mi lado, apoyándome en cada paso.

P: ¿Cómo fue el proceso previo a la operación? ¿Qué pruebas te realizaron para asegurarse de que estabas bien de salud?

V: Antes de la operación, me sometieron a una serie de pruebas para asegurarse de que mi cuerpo estaba preparado para el procedimiento. Realicé una analítica, un electrocardiograma y una resonancia, y por suerte, todo salió bien.

P: ¿Recuerdas cómo te sentiste al recibir la noticia de que las partículas cancerígenas habían disminuido casi por completo?

V: Fue un rayo de luz en medio de la oscuridad. El doctor Baena me dio la esperanza que necesitaba, al decirme que el tumor había disminuido y que operarían para erradicar por completo las partículas cancerígenas restantes. Fue una noticia que me llenó de alegría, aunque aún llevaba en mi corazón el dolor por la pérdida de mi compañera de lucha.

P: El día de la operación, ¿cómo te sentiste al ingresar al hospital?

V: Ingresar al hospital el día de la operación fue un momento emotivo y lleno de sentimientos encontrados. Por un lado, estaba ansiosa por deshacerme del cáncer, pero también había miedo e incertidumbre por el proceso quirúrgico. El apoyo y amor de mi familia me dieron la fuerza necesaria para enfrentarlo.

P: ¿Cómo fue el proceso de hospitalización y recuperación después de la operación?

V: La hospitalización fue un proceso de altibajos emocionales y físicos. La operación fue exitosa, pero el postoperatorio fue doloroso. Sin embargo, mi familia estuvo siempre a mi lado, apoyándome y cuidándome. Mi hija y mi esposo eran mi fuerza para seguir adelante y recuperarme.

P: ¿Cómo te sientes ahora, después de haber pasado por todo esto?

V: Aunque el camino ha sido duro, me siento agradecida por cada día que pasa sin el cáncer en mi cuerpo. La lucha continúa, pero sé que cuento con el amor y el apoyo de mi familia y amigos. Cada día es un regalo, y valoro más que nunca el tiempo que paso con las personas que amo.

P: Verónica, es maravilloso escuchar que finalmente pudiste tocar la campana y celebrar el final de tu tratamiento. ¿Cómo te sentiste en ese momento tan emotivo?

V: Tocar la campana y celebrar el final de mi tratamiento fue uno de los momentos más emocionantes y liberadores de mi vida. Sentí que había superado una gran batalla y que había ganado la lucha contra el cáncer. Fue una mezcla de alegría, gratitud y emoción. El sonido de la campana resonó en mi corazón como una señal de esperanza y una nueva oportunidad de vida.

P: Después de haber pasado por todo este proceso, ¿cómo ha sido tu recuperación y adaptación a la vida después del tratamiento?

V: Mi recuperación ha sido un proceso lento pero constante. Después del tratamiento, tuve que hacer ejercicios de rehabilitación para recuperar la movilidad completa de mi brazo y seguir cuidando mi salud. Aunque ha habido momentos difíciles, he aprendido a valorar cada día y a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Me siento agradecida por estar rodeada de amor y apoyo, lo que me ha ayudado a superar las adversidades.

P: ¿Has tenido algún temor o preocupación sobre la posibilidad de una recaída?

V: Claro, después de todo lo que he pasado, es natural tener ciertos temores y preocupaciones sobre la posibilidad de una recaída. Sin embargo, trato de mantener una actitud positiva y confiar en el seguimiento médico y el apoyo de mi familia y amigos. La vida está llena de incertidumbres, pero cada día que pasa sin cáncer es una victoria para mí.

Foto de Verónica con su marido e hija

P: ¿Qué cambios significativos ha traído esta experiencia en tu vida?

V: Esta experiencia ha cambiado mi perspectiva de la vida en muchos aspectos. He aprendido a valorar más la salud y el tiempo que paso con mis seres queridos. También he aprendido a ser más fuerte y resiliente ante las adversidades. He descubierto la importancia de vivir el presente y disfrutar cada momento. Además, me ha hecho consciente de la importancia de la prevención y la detección temprana del cáncer.

Después de todo el proceso de radioterapia, que no fue nada sencillo, llegó el mes de enero de 2020 y recibí la noticia de que empezaría las sesiones a principios de febrero. A pesar de haber pasado por tanto dolor y esfuerzo para recuperar la movilidad de mi brazo, el prospecto de estar casi dos horas tumbada con la máquina quemándome la piel no me agradaba en absoluto.

Durante las sesiones de radioterapia, me aconsejaron mantener muy bien hidratada la zona. Así que empecé a recibir las sesiones todos los días, lo cual se me hacía cuesta arriba, pero sabía que era necesario para seguir combatiendo la enfermedad. Afortunadamente, mi marido estuvo siempre a mi lado, acompañándome en cada sesión.

Sin embargo, mi mala suerte no acabó ahí, ya que tuve que esperar para recibir la última sesión debido al puente de Andalucía, lo que hizo que terminara el tratamiento a principios de marzo.

Después de eso, llegó la cuarentena y admito que le cogí miedo a salir a la calle. Pero cuando por fin llegó «la nueva normalidad» el 9 de junio de 2020, sentí que volví a nacer. Ese día tan esperado fue el momento más significativo de toda mi lucha: pude tocar la campana y celebrar el final de mi tratamiento.

Ese momento, en el que anuncié al mundo que había superado esta dura etapa de mi vida, quedará grabado en mi corazón para siempre. Fue una explosión de emociones, una mezcla de alegría, gratitud y alivio. Finalmente, pude dejar atrás el cáncer y mirar hacia el futuro con esperanza.

Desde entonces, he aprendido a valorar cada día, a disfrutar de las pequeñas cosas y a agradecer el amor y el apoyo de mi familia y amigos. La vida es un regalo precioso y cada momento es especial. He pasado por momentos difíciles, pero también he aprendido a ser fuerte y resiliente.

Agradezco cada día que puedo levantarme y enfrentar la vida con una nueva perspectiva. Mi bandera es el color rosa, el color de la lucha contra el cáncer de mama, y con ella en alto, sigo adelante con la certeza de que puedo enfrentar cualquier desafío que se presente.

No olvidaré nunca todo lo que he vivido y lo que he aprendido en este proceso. Cada obstáculo superado me ha hecho más fuerte y me ha enseñado a valorar la vida en su máxima expresión. Ahora, estoy lista para enfrentar el futuro con optimismo y gratitud, sabiendo que cada día es un regalo y que la vida merece ser vivida con pasión y alegría.

P: Verónica, tu historia es una prueba de tu valentía y fortaleza. ¿Tienes algún mensaje final que te gustaría compartir con aquellos que están luchando contra el cáncer o enfrentando dificultades similares?

V: A todas las personas que están luchando contra el cáncer o enfrentando dificultades, quiero decirles que no están solos. Siempre hay esperanza y fuerza en el amor y apoyo de la familia y amigos. Cada día es una oportunidad para seguir adelante, para sonreír y para aferrarse a la vida. No importa cuán oscuro parezca el camino, siempre hay una luz que guiará nuestro camino hacia la superación. La fe, la esperanza y el amor son nuestras mayores aliadas en la lucha contra cualquier adversidad.

P: Verónica, te agradecemos enormemente por compartir tu conmovedora historia y tu valiosa experiencia con nosotros. Eres un ejemplo de coraje y determinación, y esperamos que tu historia inspire y dé fuerza a muchas personas.

V: Gracias a ustedes por brindarme la oportunidad de compartir mi historia. Si puedo inspirar o dar esperanza a alguien a través de mi experiencia, entonces todo ha valido la pena. La vida es un regalo precioso y debemos abrazar cada momento con gratitud y amor. Juntos somos más fuertes y podemos enfrentar cualquier desafío que se nos presente.

2 thoughts on “ENTREVISTA CON VERÓNICA GÓMEZ CASTRO: LA BATALLA CONTRA EL CÁNCER

  1. Siempre pasito a pasito hay que afrontar los problemas de la vida es nuestro lema pasitos cortos y firmes ahora a seguir recuperándose con la misma fuerza y ganas de vivir

  2. Un beso enorme para Verónica y para toda su familia. Eres un ejemplo de que sí se puede. Y un millón de gracias por compartir tu experiencia vital para ayudar a las personas q estén pasando por lo mismo.

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