Debido a la pandemia el abrazo se ha puesto mucho más “caro”.

El miedo al contagio y las recomendaciones de las autoridades sanitarias han reducido este gesto tan reconfortante a la mínima expresión.

El 21 de enero de cada año, se celebra el “Día Internacional del Abrazo”, una fecha creada por Kevin Zaborney, un estadounidense, que preocupado por las pocas muestras de afecto que en público práctica la gente incluso con los miembros de su familia, pensó en crear una festividad que les ofreciera una excusa para hacer algo que a todos nos gusta, dar y recibir abrazos.

Esta muestra gestual, permite recibir las vibraciones y el calor de la proximidad y que ambas personas fundan su energía en un fin o deseo común, sea cual fuere su etimología.

El ser humano es muy frágil por naturaleza, sobre todo cuando somos bebés y/o adolescentes, también mayores, así que una buena dosis de abrazos nos ayuda a sentirnos más seguros y confiados.

abrazos-definitivos

Cada vez que abrazamos a alguien o nos abrazan nuestro cerebro segrega dos sustancias que son la (dopamina y la serotonina), ambas reducen el estrés y juntas proporcionan calma, tranquilidad, sosiego y en especial seguridad en uno mismo.

Existen estudios que incluso cuantifican en 10 abrazos diarios, los que un alma necesita para sentirse plenamente querida.

Las personas que no practican contacto humano afectivo, sufren de algo que en psicología se conoce como “hambre de piel”.

Desde estas líneas animamos a todos para que manifiesten su deseo de abrazar a los seres queridos, familiares y amigos, ya sea con un gesto o con unas frases de cariño

Las palabras también abrazan, si se saben limpiar de halagos fatuos, trasmiten verdad y son dichas con oportunidad.

Francisco Ponce Carrasco

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