No más violencia de género

Estimados lectores, hoy más que nunca debemos alzar la voz, demostrando que la violencia de género no conduce a nada bueno.

Durante estos casi dos años hemos conocido casos muy delicados, algunos de ellos rebasando límites irracionales. Es de todos conocidos, esto no extrañará a nadie, que las asociaciones en apoyo a la mujer están presentes.

No soy feminista me considero neutral, siempre que se obre de buena fe. Como decía durante la pandemia, hemos escuchado hablar de casos escalofriantes, donde la mujer ha callado porque no tenía o bien dónde ir, o bien los conflictos afloraban en el ámbito familiar. Ya fueran económicamente o sentimentalmente. Las caretas de ambos sexos dejaban al descubierto facetas que no se conocían, quizás por la falta de comunicación, trabajos, diferencias que se pasaban por alto, ya que en la sociedad en la que vivimos nos regimos por la falta de tiempo.

Eso no justifica el maltrato hacia la mujer. Desde el momento que comienza una relación el pilar fundamental es el respeto por ambas partes, si una de ellas falla, mal asunto.

Nunca justificaré una mano levantada, un insulto o vejación. Hemos visto demasiado dolor oculto. A todas esas mujeres le muestro mis respetos.

Las mujeres han demostrado que la vida continua. No es fácil comenzar de nuevo, pero también saben que las cadenas de sus carceleros las han roto diciendo ¡basta! Detrás de esas puertas cerradas se haya la felicidad perdida.

El primer paso es un logro, el segundo una válvula de oxígeno, el tercero es la oportunidad de reencontrarse consigo mismas.

Es evidente que los gobiernos a niveles globales tienen que cambiar costumbres que dañan más que benefician.

La mujer puede salir adelante demostrando que el respeto prevalece ante una mano levantada.

María Manrique Pérez