DE CRIOLLA A EMPERATRIZ DE FRANCIA
La armas de mujer bien utilizadas
son una señal de inteligencia
El 23 de junio de 1763 nació en la isla de La Martinica (Antillas francesas) Marie Joséphine Rose Tascher de La Pagerie, aunque familiarmente le llamaban Rose o Yeyette. La familia Tascher-Sannois eran descendientes de la “pequeña nobleza” de origen irlandés por parte de abuela materna, cuyos rasgos había heredado Rose: ojos azules y piel muy blanca lo que llamaba poderosamente la atención entre los esclavos, pues era costumbre en las colonias dejar a los niños pequeños al cuidado de las esclavas negras que tenía la familia. Rose, era aquella niña de rubios cabellos, que dormía en cuna tallada de madera noble, y que un día no muy lejano, cautivaría al hombre más importante de Francia.
Hizo sus primeros estudios en el colegio del convento de las Damas de la Providencia, donde recibió una educación muy completa para aquella época. Rose tenía inquietudes culturales y ansias de aprender; ambición de muchacha de nobleza. Aprendió a hacer reverencias al estilo cortesano, a hablar y bailar según la moda del momento.
Todo transcurría con normalidad hasta que las desgracias llegaron a la familia y Rose tuvo que salir del convento. Cuando ella tenía sólo tres años un ciclón arrasó la isla y su familia perdió casi todas las plantaciones de azúcar y estaba casi arruinada, también acababa de morir su única hermana de tuberculosis y, los problemas económicos se acrecentaron. Ante esta situación se había decidido enviar a Rose a París acompañada de su padre, pues hasta allí se había trasladado recientemente su tía Desirée, íntima amiga del Gobernador de la isla, el marqués de Beauharnais y su hijo Alejandro.
Rose en París queda asombrada por todo, nada es comparable a la isla, lo que allí era distinguido aquí resulta anticuado y ridículo. Mientras tanto – su tía que ejerció de celestina- había hecho los preparativos y abonado el terreno para unir las familias Tascher-Beauharnais mediante el matrimonio de Rose y Alejandro. Un joven de 19 años, Vizconde y oficial del Ejército. Desirée tenía mucha prisa en casar a su sobrina. La boda se celebra el 13 de diciembre de 1779 en la casa de campo de Desirée y que sería el regalo de boda a Rose.
Rose, 16 años, recién casada, Vizcondesa… pensaba que la luna de miel sería eterna, pero… esta felicidad duraría muy poco, pues Alejandro era inmaduro e inconsciente, y no estaba preparado para el matrimonio. Tuvieron dos hijos, Hortensia y Eugenio. Alejandro es amante de las fiestas, lleva una intensa vida social y pronto tiene varias amantes. La artífice de este matrimonio y el marqués ven cómo éste se tambalea. Por otra parte, Alejandro se había inscrito como Ayundante de General con rango de Teniente, y más tarde fue ascendido a Jefe del Estado Mayor del Ejército del Rin, pero le atrae más la política y participa activamente en la Asamblea Nacional – mítines y proclamas a favor de la Revolución- cosa que los mismos suyos no le perdonarán. La falta de confianza, de energía y de moral fueron suficientes para que pidieran su dimisión en el Ejército y lo alejaran de París. Cuando estalla la Revolución se encuentra encarcelado y escribe una carta al Comité de Salvación pidiendo su libertad y otra a Rose y a sus hijos. Ella escribía cartas pidiendo justicia. A pesar de esto no se salvó de la guillotina. Sólo tenía 34 años.
Mientras tanto, en pleno auge de la Revolución, una denuncia anónima acusó al grupo de personas que se reunían en casa de Madame Hosten, criolla amiga de Rose, y todas fueron encarceladas. Allí se encontraban también madame Hamelin, la condesa D’Aguillon, el barón Bouille. Teresa Cabarrús… pero gracias al diputado Tallien, amante de Teresa, son puestas en libertad. Rose con 31 años, pasa un tiempo en el convento de Panthèmont, un internado para mujeres. Aquí aprendió cómo comportarse en la alta sociedad, sobre el refinamiento, elegancia y el buen gusto. Aunque no hay que olvidar que tiene dificultades económicas, ha pedido préstamos y dinero a sus amigos. Un problema que le va acompañar toda su vida.
Todas las damas y personajes que han escapado de la guillotina ahora quieren resarcirse. Teresa Cabarrús, se ha convertido en Madame Tallien, y en su casa se reúnen políticos, poetas filósofos… Rose participa de forma activa en estas reuniones. Barras, Comandante en Jefe del Ejército del Interior, figura como el personaje más importante. Las dos se hacen inseparables y dirigen las fiestas del Directorio. Son íntimas amigas, lograron que se hablara de sus vestidos y sus distinguidas cabelleras negras durante mucho tiempo en los salones de París.
Madame o viuda de Beauharnais – como firmaba – enseguida se convierte en la amante de Barras. Era gran conversadora, aún conservaba su acento de criolla antillano, su dulce y sutil voz, sus encantos físicos… en definitiva, llena de recursos ante cualquier situación … es capaz de enamorar a cualquiera.
Napoleón y Josefina
ENTRA EN ESCENA NAPOLEÓN
Napoleón que había ingresado en la Escuela Militar de Briennes (Francia) muy joven, sobresalía en Historia, Geografía, Matemáticas, Humanidades, etc. A los 16 años ya era Oficial. En París había vencido a los insurgentes de la calle Saint Honoré. Era muy valorado y aclamado por sus compañeros. De un día para otro se convirtió en un héroe nacional. Se le abrieron las puertas de los salones de París. Es invitado a las reuniones en casa de madame Tallien, y una tarde madame Beauharnais se interesa por él, le pregunta a Barras y éste le contesta: “es un generalito ambicioso, de difícil nombre, es corso y se llama Napoleone Buonaparte”.
Napoleón queda fascinado de Madame Beauharnais desde el primer momento. Comenzaron a encontrarse en secreto: cenas, visitas y cartas de amor apasionadas. A partir de ahora le llamará Josefina. He aquí un extracto de una carta: “ Muy amada mía, pienso constantemente en tus besos, en tu encanto, en tu delicioso pecho. ¿Qué haces ahora? Ah, no estoy junto a ti para sentir tu respiración… Josefina, piénsalo no es culpa mía que la naturaleza no me haya dotado de encantos que te atraigan. Pero te quiero mil veces más de lo que cualquier amante pueda querer…”
Los dos quieren casarse; él pensaba que ella había heredado una fortuna del señor de Beauharnais, deseaba relacionarse con la nobleza cuyo lujo y elegancia envidiaba, y ascender en la escala social. Ambos pensaban estar haciendo un buen negocio. Por fin se casan por lo civil el 9 de marzo de 1796, no sin antes haber falsificado los certificados. Ella casi con cuarenta, 6 años mayor, pero… ¡Qué más da!
La fortuna que le atribuía a Josefina era inexistente, pero en compensación la criolla le había dado como dote la Comandancia del Ejército de Italia. Pero en un matrimonio de conveniencia pronto empezaron las infidelidades. Amantes por parte de uno y de otro, añadido a la infertilidad de Josefina, pues Napoleón buscaba desesperado un heredero, se divorcia para casarse con la Archiduquesa de Austria María Luisa de 18 años que sí le dará el heredero tan deseado, el Príncipe de Roma.
Josefina se quedó en el castillo de La Malmaison, mantuvo el titulo de Emperatriz, y fue abuela por parte de Hortensia de Napoleón III, y por la de su hijo, bisabuela de los reyes y reinas de Dinamarca y Suecia. También descienden de Josefina las familias reales de Bélgica, Luxemburgo y Noruega. Murió de tuberculosis a los 50 años.
Se había cumplido la profecía de una adivina de la Martinica que le había predicho a Josefina que “llegaría a ser más que reina”.
Aurora Fernández Gómez
Granada