4 de Febrero en apoyo del cáncer. La maleta mágica. ¡UNAMOS ESFUERZOS!
El 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, promovido por La Organización Mundial de la Salud, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) y la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) con el objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad.
Bajo el lema «Yo soy y Voy a», la comunidad global conmemora este 4 de febrero. La OPS se une a este esfuerzo con un llamado a que todo el mundo, a nivel colectivo e individual, se comprometa a fortalecer las acciones dirigidas a reducir el impacto del cáncer.
Se presenta el cuento la maleta mágica, un cuento que parte de la realidad de muchos niños y niñas… una historia de niños que abarca la madurez de lo atemporal. Para todas aquellas personas… para todas las personas…
La maleta mágica
Hola, soy la Luna y me gusta contar historias a los niños y niñas. Hoy desearía que leyeras atentamente este libro, en él, narra lo que le sucedió a una amiga mía, Inés,
Ella tenía una maleta mágica, y dentro colocaba sus momentos alegres y tristes, pero todos y todas tenemos nuestras maletas mágicas, cuando termines de leer esta historia y sin que nadie te vea, busca un sitio para guardarla…
Ahhh y no te preocupes, nadie la vé pues es invisible y solo la ves tú.
Te mando como a Inés un beso y espero que cada noche me busques entre las nubes.
Hola, mírame; estoy aquí detrás, en mitad del cielo. ¿Puedes verme? Mira bien, soy la Luna y soy amiga de todos los niños y niñas. -Estoy aquí para contaros una historia. ¿Queréis escucharla?
Conozco una niña que se llama Inés, vive en un pueblo de la provincia de Lleida y tiene muchos, muchos amigos y amigas. A Inés le gusta ir a jugar a la plaza del Ayuntamiento, al lado de la escuela… Aunque lo que más le hace sonreír es que su hermano mayor, Sergio, le cuente historias de cuando era pequeña.
Como soy su amiga… sé que Inés guarda un secreto en su habitación: Debajo de la cama esconde una maleta de color verde con unas rayas de un amarillo que hace pensar en grandes misterios y quizás por ello, posee unos poderes mágicos que solo la niña ha sabido descubrir. Nadie sabe que la tiene oculta de tras de sus juguetes.
Cuando acaba el día y llega la noche, la saca de su escondite. Entonces… La abre rápidamente, para colocar dentro de ella todas las cosas que durante el día le han dado un poquito de alegría, como… La leche con galletas que se tomó en el desayuno y que tanto le gusta… La sonrisa de Jaime en la hora del patio… Los dibujos animados que vio por la tarde en la televisión, en casa de su abuela…. Y también las cosas que la pusieron un poco triste como…
La cara de disgusto de su mamá por tardar en levantarse por la mañana o esas sumas que en la hora de mates no le terminaron de salir bien. Pero. -¿sabéis que ocurre en ese momento…? Se está oyendo algo parecido a:
-¡BLADABABLUCJ! Y cuando mira dentro de la maleta aparecen bien colocadas las cosas alegres pero, las cosas tristes-, lentamente se vuelven invisibles hasta desaparecer.
Pero Inés… hace unos días que está muy cansada al llegar del cole y no tiene interés en las historias que le explica Sergio, ni desea tomarse esas galletas que moja en la leche para desayunar. Su abuela, está preocupada porque los dibujos animados parecen que ya no le gustan… y, más aún…. Una noche, al colocar las cosas alegres y las cosas tristes en la maleta, no tuvo ganas de cerrarla con fuerza para hacer magia. Ana, la mama de Inés, al darle el beso de buenas noches la miró y le preguntó:
-¿Qué te pasa…? ¿Estás cansada? – Mamá, no lo sé…, es como si no tuviera ganas de ir al cole y, mis piernas no quisieran ir a jugar. -Creo Inés que hemos de ir al médico. Él te ayudará a recuperar las ganas de jugar.
Al día siguiente Inés y su mamá fueron a ver a Javier su médico, éste al mirar a Inés dijo con voz muy agradable:
-A ver, a ver… Haremos un análisis Inés que deseaba recuperar las ganas de jugar, dijo bajito:
-Bueno. Días más tarde regresó a la consulta de Javier y este tomándola por los hombros le explico:
-Inés, vas a ir a un hospital y allí te vas a poner bien. Se despidieron, pero Inés se quedó pensativa. Al llegar a su casa ocurrió algo extraordinario: escuchó que una alegre voz sa lía de debajo de la cama. Puso mucha atención y reconoció la voz de su maleta mágica…
-«Inés, irás al Hospital de Lleida y yo iré contigo, nadie sabrá que estoy a tu lado, así podremos jugar cada noche. En el hospital hay médicos y enferme ras que te cuidaran mucho. Ahhh, y también hay un cole», – Un colegio en el hospital?- Preguntó sorprendida. -Sí, un colegio para poder seguir con tus mates, realizar nuevos trabajos y encontrar muchos amigos y amigas. Al día siguiente sin que nadie la viera escondió la maleta mágica debajo de su abrigo y se fue al hospital.
Al llegar, María la enfermera, le explicó:
-Inés esta es la planta de Hematología. Aquí estudiaremos que ocurre en tu cuerpo y en tu sangre… -Uys…, qué raro suena esa palabra!- Pensó Inés: -Hematoloqué?… – María continuo -Vamos a cuidarte para saber donde se ha escondido tu fuerza, pero… después estarás con otros niños y niñas del hospital y así podrás hacer nuevos amigos. ¿Qué te parece? -Si-, dijo Inés bajito recordando lo bien que se lo pasa en la plazoleta de su pueblo. – También podrás ir a la escuela. -Sí, dijo Inés bajito recordando que las mates no le gustan.
Cuando se marchó la enfermera, dijo:
-Mama voy al lavabo. Allí sacó la maleta de su escondite. La pobre maleta estaba casi ahogada. -17 Ac, ac, ac… Por fin!!!! – SAL…, estamos ya en el hospital! -¿Tieneeees algoooo que colocarme dentroooo?? Soltó casi sin aliento la maleta.
-Sisi-, respondió Inés- Me han dicho que aquí recuperaré mis fuerzas… Entonces la maleta se cerró, mientras se oía:
-BLADABABLUCJ- y al momento, la niña se sintió un poquito más fuerte.
Cada mañana, María su enfermera, le ponía el termómetro y le explicaba que parte de su cuerpo estudiarían ese día, después pasaba Javier, su médico y le iba contando con palabras muy fáciles, los resultados. Pero ocurrió que una mañana Javier entró en la habitación de Inés y sentándose junto a ella le quiso aclarar:
-Inés, ya sabemos cómo hacer que tengas muchas ganas de jugar pero para eso tendrás que estar un tiempo en el hospital y después podrás irte a tu casa pero deberás volver de tanto en tanto. Quizás alguna vez cuando vengas, estarás unos días con nosotros. ¿De acuerdo?
A Inés no le gustó mucho la idea, pero recordó que hacía días que no colocaba cosas en su maleta y fue a toda prisa a buscarla. La abrió y puso las palabras que su médico le había dicho. Al cerrarla se oyó:
-BLADABABLUCJ-, y al mirar en su interior, vio asombrada que había unas galletas y se las comió… Al masticarlas, pensó: -¡Qué rica están las galletas!-, y sonrió. Junto a las galletas había una goma y un lápiz e Inés entendió que era para ir al cole del hospital y se puso muy contenta.
Así fue como Inés cada día se tomaba su temperatura, le hacían análisis, aunque no le gustaba que le pincharan… O radiografías y también estudiaba mates, aun que seguía equivocándose en las sumas. Un día Javier con su bata blanca y con cara sonriente le habló:
– Ya sabemos cómo darte mucha fuerza para que vuelvas a tener ganas de jugar; te vamos a dar unas medicinas muy especiales que ayudan al cuerpo a encontrar donde se esconde la fuerza. Podrás irte a casa, pero… algunos días habrás de regresar al hospital. Qué contenta estaba Inés…, volvía a casa…
Inés se sentía un poquito más fuerte; el color empezaba a regresar a su cara, y cuando iba al hospital… traía los deberes que Luisa, su profesora, le preparaba para hacerlos en escuela. Una mañana al llegar a Hematología, Javier la estaba esperando y poniéndole las manos sobre los hombros comento:
-¿Recuerdas que andábamos buscando tus fuerzas y te dábamos esas medicinas especiales, pues han ayudado a que te encuentres mucho más fuerte? tu sabes Inés que a veces los médicos, decimos palabras muy raras, como quimioterapia, radioterapia, Pero cuando hablamos así, nos referimos a diferentes maneras de sacar a la fuerza de su escondite.
-¡Ufff los médicos a veces dicen cada palabra… Pensó Inés
Pues hoy vamos hacer una prueba a ver si han hecho efecto. ¿Miraros a ver qué ocurre?
Sí, susurró Inés. Le trajo un vaso de leche con galletas y ñam, nam se lo tomo en seguida. En aquel momento, Sergio le preguntó si quería que le explicara que hacía cuan do era un bebé… La niña, ruborizándose contestó:
– Uys sí pero aquí… me da vergüenza…. La cara de Inés, se iba alegrando y en voz alta dijo:
-Desearía ir a ver dibujos a casa de la abuela… El médico se echó a reír y le dijo. Esta es la última prueba.
– Casi casi ya has encontrado tus fuerzas.
Inés tenía muchas ganas de llegar a casa… fue a su habitación y sacó su maleta verde con rayas amarillas de debajo de la cama, puso en ella rápidamente todo lo que el médico le había dicho y se oyó BLADABABLUCI… Y echándose a reír… dijo la maleta… ehhhhhh cuidado no me cierres con tanta fuerza!!!!!!! Entonces Inés miró por la ventana y ahhhhhhh me descubrió sonriéndole Y entonces le hice un guiño como ahora te lo hago a ti. ¿Te gustó mi cuento…? Te envío un beso