Libro Recomendado «Las Trampas del Poder» de Francisco Velasco Rey
Prólogo
Las Trampas del Poder, es una novela con un título sugerente y sugestivo que podría hablarnos de muchas y variantes circunstancias sociales, incluso a nivel mundial, que a través de todas las épocas y de todos los tiempos, la humanidad padece y obedece, a la par que de alguna forma participa, bien de manera activa o simplemente por pasividad. El escritor Francisco Velasco Rey, en su dialéctica, deja una puerta frente al lector, para que éste decida si quiere abrirla, si desea profundizar; descubrir una realidad disfrazada de realidades, fabricadas por grandes maquinarias de poderes que se ocultan en nuestras miradas cegadas por un sol ficticio, y con verdades hechas a medida de hipocresía. Como buen educador de profesión y amante del libre pensamiento, nos adentra de manera ansiosa, en una historia decadente, donde la herrumbre humana llega a su clímax; pero también nos plantea un devenir de posibilidades y esperanza, con héroes en un mundo angosto hecho a medida de los villanos. Si rastreamos su novela se puede afirmar que representa una hecatombe y una redención. El ser humano prisionero de su propio ser, arrastrado y pisoteado en su dignidad más intrínseca, aquella que jamás habría que dejarse arrancar, representa la extirpación de la identidad como individuo y por ende como pueblo, aniquilando su riqueza intercultural. Una involución humana hecha en laboratorios económicos que nos lleva a la extinción natural por condicionamiento genético de nuestra naturaleza. Un devenir irresoluto si no conseguimos nuestra libertad. Así diría al respecto: “A un perro no le puedes arrancar el ladrido. Si lo haces, dejaría de ser un perro. Al hombre, no le puedes succionar su esencia, su cultura generacional, su libre pensamiento y su capacidad de decidir porque entonces, no sólo desaparece su identidad, sino la humanidad tal y como la entendemos.” Sus personajes ficticios, son el reflejo de cientos de personas con nombres propios que a pesar de las trabas de altas esferas, caminan en la búsqueda de equidad, de igualdad, de justicia, de libertad…, pero también de cientos de personas ávidas de sentirse poderosos, a los cuales se les deja ser dioses engañadores cuando en realidad no dejan de ser dioses engañados. Las Trampas del Poder nos habla de libertades, de justicias, pero la libertad y la justicia están condicionadas y corrompidas. Los poderes mundiales han construido, desde que el hombre tiene capacidad para ello, un gran hormiguero humano donde, una hormiga por sí misma no es nada, sólo una pieza que trabaja sin descanso para la finalidad del hormiguero. Y sí, trabajamos sin darnos cuenta o sin querer verlo, para saciar la vanidad de aquellos que bajo la máscara de la solidaridad, ocultan el mayor hereje humano de maldad. Gobiernos conspiradores sometidos a otros poderes más ingentes, colosales, sin escrúpulos, que participan de las aberraciones por omisión. Leyes grandilocuentes en pro de las libertades de pueblos y de la defensa de la dignidad humana, pero a las cuales en letra pequeña, se les crean acepciones a las que se puedan acoger los grandes corruptos del poder. Organizaciones creadas con el único objetivo de hacernos pensar que alguien vela por nosotros; que protegen que nadie traspase los límites…, pero no nos engañemos, lo único que hacen es darnos la pastilla envenenada de la manipulación interna. Y así, nos dan cada día la dosis de culpabilidad necesaria para que la manipulación mental y emocional haga el trabajo sucio, que llene los bolsillos de aquellos que todo lo controlan. Muertes, hambre, vejaciones, a miles de kilómetros y a un paso de nosotros, pues el lugar y la fecha no son condicionantes. Por tanto animo al lector a cruzar la frontera del miedo; a abrir los ojos, adentrándose en esta novela y sintiendo los personajes en propia piel, de forma que, una vez leída, entendamos que para frenar la Marabunta del Poder hay que crear alternativas y antídotos para la manipulación que aún no existen. Por último, ante el panorama desolador, Francisco Velasco acierta en su planteamiento, y da un grito y un toque de atención a la conciencia humana, a la responsabilidad, desde una perspectiva ética. Por ello, como diría Machado: «Caminante no hay camino, se hace camino al andar». Así es pertinente que el autor ha dado en esta novela un primer paso, ¿le acompañas a abrir ese camino?
Loli Sánchez