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ECOS DE LA CALLE EL PODER DE LA TELEVISIÓN

      No hace falta enumerar los diversos temas de actualidad, tanto nacionales como internacionales que nos están presentando a diario la televisión de forma machacona y muchas de las veces de forma partidista, según el talante y el pensamiento de quien la sufraga.

      Ni pretendo analizar el tema desde el prisma político, simplemente llevar al ánimo de todos que la manipulación partidista de los medios audiovisuales en particular puede socavar poco a poco nuestras más firmes convicciones. Puede incidir en beneficio de unos pocos lo que se pretende sea un bien común mayoritario.

       A menudo la televisión no es sólo la ventana abierta que nos comunica, que nos distrae, que nos informa – que nos forma  – , también es, y ahí está la clave, la que nos puede desinformar  y hasta malformar  nuestra conciencia, modificando nuestras actitudes y comportamientos, con la repetición sistemática de determinados modelos sociales.

      Tiene de por sí, el poder suficiente tanto para exaltar nuestro espíritu patriótico, como de adentrarnos en el futuro incierto del pasotismo y la indolencia.

      Es algo tan poderoso y eficaz que puede trasformar la esencia de la propia civilización. Es algo tan sutil que sólo necesita el paso inconsciente del tiempo para conseguir sus logros.

      De ahí que cada vez se haga más perentorio, que su control  y dirección se realice de forma consensuada por los diversos estamentos que componen el tejido social, político e intelectual de nuestra sociedad, ya que las nefastas consecuencias de perdidas de valores que se puedan producir nos afectan directamente a todos.

                                                                     Antonio Prima Manzano

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