Portada » La Estancia del Arte

Existen lugares que contagian sensaciones, a menudo ni siquiera podemos describirlas, emociones que casi no podemos explicar. Rincones, donde soñar está permitido y donde la paz se apodera de cualquier retal de ira. El olor, los colores, el aire, la luz y cada cosa que llena esos lugares nos hacen viajar a sitios y momentos de nosotros mismos. Nos atraviesa la pasión y despiertan en nosotros quimeras posibles. Esos espacios, no provocan esta algarabía de sentimientos tan solo por las cosas inanimadas de que están formadas, sino de las personas que dejan allí su esencia, que derraman sus emociones en cada veta, flotan por la estancia como cometas por el cielo, como delfines en aguas cálidas.

William Shakespeare se sentía profundamente inspirado en un pequeño teatro de Londres llamado The Globe. Desde el escenario podía ver el cielo y casi tocarlo. La pasión que habían dejado prendida tantos actores le embriagaba. A Pablo Picasso la pasión casi le arrebataba la cordura cuando estaba en la cervecería “Els Quatre Gats”, insignia de la bohemia modernista, allí conoció a personas que marcaron la sensibilidad del artista.  Obras del músico Beethoven nacieron en un estudio a las afueras de Viena que aunque para algunos era un lugar extraño, para otros era el bosque de Orfeo, casi podían ver las notas musicales flotar en aquella estancia llena de pianos y de la personalidad del compositor impregnado las paredes. La Divina comedia de Dante nació en la Casa di Dante, en la zona más antiguas del centro histórico de Florencia, en la calle Santa Margherita, convertida ahora en museo, entre aquellas paredes puedes sumergirte en la poesía y el tiempo con la cadencia del poeta.

¿Quién no ha sentido alguna vez ese cosquilleo? Estancias que parecen describirte en palabras que no pensabas que eran para ti.

Recientemente descubrí uno de esos enigmáticos lugares llamado “La Estancia del Arte”. Una escuela de dibujo, pintura y valores. Un rincón donde pintar la vida de colores, disfrazando paisajes o figuras, todavía es un arte. Un lugar que huele a esencia de trementina, a oleos y acuarelas, a papel artístico y a lienzos recién bañados. Pero también huele a ilusiones, a admiración, a destellos de luz en los ojos de niños que viven la magia y en adultos que sienten la pasión en sus trazos sobre un lienzo. Huele al azul del cielo tras montañas de verde Paolo Veronés y oliva, huele a flores de rojo cadmio y a tierra siena. A los niños les huele a Peter Pan y Hadas.

Una escuela de pintura llena de libros, ¿podría haber un lugar mejor? Libros que inspiran a niños y adultos a vivir aventuras sobre un lienzo o derramar la acuarela de los sueños sobre un papel Fabriano. Los lápices de colores como varitas mágicas perfilan contornos de ensueño y los pinceles bailan el lago de los cisnes, la coreografía infinita. Libros que encierran las vidas de grandes genios de la pintura y sus obras, inspiración infinita para una estancia infinita. Dentro de sus recovecos puedes viajar por los túneles del arte donde tesoros ocultos esperan impacientes, como sucediera en los túneles secretos bajo Londres, aquellos que se utilizaron para ocultar obras de arte de la Tate Gallery y National Portrait Gallery durante la primera guerra mundial.

Grandes ventanales arrojan la luz de un cálido sol a una estancia que tiene luz y calor propios, pero es que hasta el sol quiere ver lo que allí dentro se vive. La brisa Barcelonesa se acerca para oler sus aromas y a veces hasta la lluvia se asoma envidiando los paisajes de acuarela.

Una inmensa pizarra inunda la estancia con un mundo tras ella, esperando que manos tiernas, llenas de imaginación, creen su propio mundo con las tizas inventoras.

Por las noches cuando nadie les escucha, los caballetes cuentan sus batallas, corren al galope y juegan a colocarse el lienzo de mil maneras. Mientras, los pinceles presumidos se acicalan con esencia de trementina y los lápices de colores montan combates épicos sin dejar descansar a los detallistas sacapuntas, después el trabajo es para las gomas de borrar que no descansan hasta que todo quede sin rastro de aquellas luchas. A la mañana siguiente todos vuelven a su lugar, los niños serán otra aventura.

Pero no solo habitan niños en “La Estancia del Arte”, los adultos quieren remover el baúl de sus sueños y encontrar a aquel niño que dejaron en algún lugar. Dejarse llevar por los pinceles como antídoto a este mundo.

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Hasta allí se acercan grandes pintores atraídos por ese antídoto, elixir de esperanzas. Cuando llegan comparten toda su magia y nos enseñan lo bonita que puede ser la vida cuando se le da forma y color. Algunos de ellos son Laura Cameo Moliner, la Virginia Woolf de los lápices y pinceles, autora de las obras de hiperrealismo mágico más hermosas de la actualidad. O Nono García acuarelista dotado de una sensibilidad inusitada, en la que puedes perderte y no querer salir jamás. Cristóbal Pérez, con obras al óleo que te llevan de la mano a cualquier paraje, urbano o campestre. Roberto Almarza Maestro dibujante. Pepe Lozano, el gran artista del bolígrafo. Fermín García Sevilla Paisajista como pocos.

Pero el gran secreto de “La Estancia del Arte” está en su fundadora. Una artista impresionista que ha sabido convertir una fría edificación en un lugar mágico. Ella misma es un hada, y así lo sabe cada niño desde el primer momento que cruzan el portal del mundo de los sueños. Y aunque algunos adultos lo dudan, solo les basta oírla por un instante para que el niño que llevan dentro, vuelva a creer en las hadas. Susana Iglesias Fernández. Así la llaman en nuestro mundo, los niños la llaman de otra manera.

En La Llagosta, un pueblo Barcelones, nació “La Estancia del Arte” y todavía nadie sabe porque las hadas decidieron concederle este privilegio, pero el caso es que allí existe un lugar que contagian sensaciones, que a menudo ni siquiera podemos describirlas, emociones que casi no podemos explicar. Un rincón, donde soñar está permitido y donde la paz se apodera de cualquier retal de ira. El olor, los colores, el aire, la luz y cada cosa que la llena nos hace viajar a sitios y momentos de nosotros mismos. Nos atraviesa su pasión y despiertan en nosotros quimeras posibles. La estancia del arte, no provoca esta algarabía de sentimientos tan solo por las cosas inanimadas de que está formada, sino de las personas que dejan allí su esencia, que derraman sus emociones en cada veta y flotan por la estancia como cometas por el cielo, como delfines en aguas cálidas.

Manuel Salcedo

0 thoughts on “La Estancia del Arte

  1. Quiero felicitar al periódico Granada Costa, por la oportunidad que ofrece al mundo de la cultura en toda su diversidad. Al ser un periodico vivo moderno y actual, ofreciendo información actual y de ultima hora a un nivel no solo Nacional. Aprovecho la ocasión para agradecerles desde Barcelona. La Estancia del Arte. La hermosa descripción que Manuel Salcedo Galvez ha hecho de nuestra labor como maestros y artistas. Y queremos indicar que ha sido para nosotros un honor, que hayan publicado nuestro Arre. Muchísimas gracias

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