“Un artesano es la persona que realiza objetos artesanales o artesanías manuales”.

El artesano y sus habilidades manuales existen desde que el hombre conquistó la tierra. El “Homo Habilis” fue el precursor del hombre artesano primitivo, por necesidad para el normal desarrollo de su existencia. Primero fabricando útiles necesarios para subsistir, después para el trueque, cambiando esos objetos por materias y alimentos que necesitaba.

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Primero, con mucho ingenio y paciencia, pulió la piedra para hacer hachas de sílex y cuchillos de hueso, agujas y anillos. Era una artesanía de necesidad y subsistencia que les permitía a los más hábiles y pacientes tener algunas ventajas para el intercambio con los cazadores y más tarde con los primeros agricultores.

Los cazadores pronto descubrieron que las pieles de los animales que cazaban servían para protegerles del fria y como necesitaban raspar muy bien los restos de carne que se adhería a la piel “inventaron” unos útiles o herramientas de piedra o raspadores planos que les solucionaban el problema y esos utensilios en realidad fueron objetos precursores de la artesanía que llegaría más tarde, más imaginativa y más ornamental.

A medida que nuestros primitivos antepasados iban descubriendo los nuevos materiales y herramientas, fueron dejándose llevar por la fantasía y el ornato.

Primero dominaron el barro, materia prima de la que disponían en abundancia.

Recordemos la Biblia. “Dios creó el hombre de barro” (por eso es tan frágil) y creó figuras, utensilios de necesidad, luminarias, vasijas y ánforas, platos y finalmente adornos femeninos que podemos admirar hoy en los museos.

La piedra también fue dominada por estos pioneros de la artesanía pura, sin más ayuda que sus manos, su ingenio y sus rústicas herramientas que él mismo fabricaba. Estos primeros artesanos o “inventores” con una paciencia a toda prueba, con un ingenio desbordante, descubrieron que sus habilidades artesanales, les resultaban muy útiles y ventajosas en su convivencia en la tribu o poblado, pues podían subsistir sin cazar, ni desarrollar otras actividades para las que no estaban tan dotados.

Así de simple nació la artesanía, que a lo largo de los tiempos ha ido perfeccionándose de un modo impresionante hasta nuestros días.

El hombre fue descubriendo y dominando los materiales que le servirían no solo para crear armas, sino ornamentos y útiles diversos muy apreciados y necesarios.

El descubrimiento del hierro, el bronce, la plata, el oro y otros materiales que ya usaban desde los primeros tiempos, hicieron la vida más agradable y confortable la dura vida de los primeros y siguientes pobladores de la tierra, y hasta hoy este arte o artesanía no ha dejado de desarrollarse y hacer la vida más cómoda y satisfactoria a la humanidad.

La artesanía atraviesa hoy un buen momento y es motivo de aprecio y admiración entre los ciudadanos y autoridades, aunque estas últimas a veces no le prestan la atención y ayuda que merecen.

¿Quién no recuerda los talleres diversos de su pueblo de cerámica, forja, torno, carpintería, vidrio, joyas, plata y oro, engarces de moluscos y minerales que nos asombran?

¿Quién no recuerda aquellos “hippies” de los años sesenta? Ellos llevaron la artesanía a las calles, la popularizaron y abarataron.

La artesanía, habilidosa, imaginativa, regional y local que es orgullo de muchos países y pueblos, razas y etnias, hermana a muchas gentes y es símbolo apreciado en todo el mundo.

Estos hombres pacientes que soportaron un largo aprendizaje, hoy, al fin ven en parte reconocido su arte y valorizado su difícil trabajo.

El maestro herrero, que con ayuda del primitivo fuego domina el hierro, arrancándole hermosas figuras ornamentales y necesarias.

El ceramista que de una masa uniforme crea múltiples figuras necesarias para nuestra vida.

El escultor que de un trozo de madera, piedra o mármol, extrae una maravillosa figura, llena de vida y esplendor.

Los que dominan la caña, el palmito, el esparto, el mimbre y que dedican horas infinitas a esta labor, creando cestos, bolsos, esteras y sombrillas que nos asombran. Los que dominan el vidrio, con arte, trabajo y magia y tantas y tan variados artesanos que en todo el mundo se dedican a crear lo que nosotros disfrutamos, por placer o necesidad.

¡Rindamos homenaje de respeto y admiración, a quien tanto se lo merece! ¡LOS ARTESANOS!

José María Gutiérrez

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