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…Pues del agua, ná de ná. (Así lo diría Tomás Bretón  en una  zarzuela madrileña,  entre las irónicas charlas de Don Hilarión y la Seña Rita…).

       Porque han pasado tres inviernos con sus tres otoños y sólo alguna primavera nos ha regalado alguna lluvia consistente para ir entreteniendo a los aguacates…Nos hemos reunido muchas veces; todo se ha limitado a hablar y hablar; han  funcionado los WhatsApp en cantidad inusitada, y los esfuerzos de los creadores de la JCU, pero y de agua qué?  Pues ná de ná Seña Rita… “Lo que hace falta es que llueva,..”  como decía un escéptico vecino de mi finca, cuando hablábamos de organizarnos los agricultores.

      Traigo a éstas Páginas Verdes un artículo publicado por un antiguo agricultor y político de Almuñecar, llamado José Antonio Bustos,   que por  su interés reproduzco seguidamente y decía lo siguiente:

“Hace unos días escuchando esa canción que canta Juan Luis Guerra que dice:” Ojalá que llueva café en el campo”, pensé: “los labradores de la Costa Tropical Granadina somos más modestos y menos exigentes pues nos daríamos por muy satisfechos si sólo  lloviera agua”.  Pero en esto del agua ni el cielo nos ayuda y tampoco “aquellas autoridades” de la Administración que deberían hacerlo.

        La falta de agua en esta comarca no es nada nuevo, viene de hace muchos años. Rebaso los 80 años y desde niño vengo viendo los problemas del agua entre los labradores de Río Verde, Jete y Almuñecar.

        Conozco en primera persona el tema del agua en la cuenca de río Verde por haber sido desde muy joven y durante muchos años Secretario de la Hermandad de labradores de Jete Y desde 1960 también de la de Almuñecar así como la de la Corresponsalía de Previsión Social.  En aquella época de escasas lluvias los de Jete regaban  durante el día  y los de Almuñecar por la noche, pero como unos y otros no se ponían de acuerdo por la escasez de agua, dio lugar a un pleito que terminó en el Supremo.  Mientras esto se resolvía nos dirigimos a la Delegación  Provincial del Instituto de Colonización y allí nos aconsejaron que construyéramos un pozo  para paliar la escasez de agua, pozo que se construyó en el término de Jete con Almuñecar en la “Vegueta” con un préstamo de la Caja de Ahorros. A los 40 días ya estaba en servicio y a continuación se emprendió la construcción de otro pozo y la de una nueva acequia para aprovechar las aguas que se perdían en las arenas. Con estas técnicas se palió bastante la  falta de  agua.

    Llegamos a los años 70 y la necesidad  de agua para el campo se hizo más perentoria, pues el Cielo  seguía sin ser generoso con la lluvia. Por la Confederación Hidrográfica del Sur y la Comunidad de Regantes se hizo un proyecto  para mejorar los cauces de las acequias y presas con revestimiento de cemento con el fin de evitar pérdidas de agua y gastos en limpiezas y roturas. Contábamos con  las ayudas del Estado. Pero tampoco fue posible realizar este proyecto por desavenencias entre los agricultores.

 Con cada vez más sed  y el agua más cara llegamos al año 2000 y se produce otro intento de aprovechamiento de las aguas de Río Verde a través  de TRAGSA  que es un organismo de gestión del Estado resultado del Instituto de Colonización  y posterior IRIDA.  Este proyecto era de modernización de los regadíos que consistía en regar por goteo. El coste de este proyecto estaría subvencionado por el Estado Central y la Junta de Andalucía en un 80 % y el 20% restante sería abonado por los agricultores beneficiarios.

Lamentablemente este proyecto tampoco fue posible  realizarlo,  también por desavenencias de los agricultores.

En la actualidad el lecho de Río Verde está sembrado de pozos desde los términos de Otívar, Jete y almuñecar con el fin de aprovechar las aguas subálveas pues la Confederación Hidrográfica del  Sur autorizó a construirlas a sólo 100 metros  unos de otros. Así que en épocas de sequía  muchos pozos terminan salinizándose los que están más cerca del mar y secándose otros.

        Ahora debo apuntar, aunque alguien me lo afeará que el promotor de todos estos intentos de mejoras de los regadíos  con el aprovechamiento de las pocas aguas existentes en el valle de Río Verde fue el que esto suscribe, unas veces por ser alcalde de Jete y de Almuñecar, por ser Secretario de la Hermandad de Regantes y la mayoría de las veces por puro “quijotismo”.

        Si es  lamentable el fracaso en el intento  de mejorar el problema del agua para el regadío de los frutos tropicales en la Costa Tropical Granadina no lo es menos el que corresponde a la Administración Central y Autonómica.

        Posteriormente se constituyó la Comunidad General de Regantes del Río Guadalfeo como representante de toda la costa de Granada para que gestionara ante los  organismos competentes la  reivindicación de las aguas de los pantanos de Beznar  cuyas aguas alcanzarían la cota 400, y el de Rules que llegaría hasta la cota 200. El primero lleva ya 50 años construido y el segundo 15 y a estas fechas aun no se han hecho las canalizaciones  para su aprovechamiento, por lo que las aguas se vierten en el mar.

        Así no tiene nada de extraño que se oigan toda clase de piropos a los embalses como: “una obra faraónica” o “la piscina más grande de España” (Ana Vanesa García), “un monumento a la vergüenza” (Carlos Rojas).  Con toda razón es una obra inútil que ha costado mucho dinero y a nadie se le piden responsabilidades.

        Ahora con el nuevo gobierno en Andalucía a la vista de las declaraciones hechas a primeros de marzo por la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca  y Desarrollo Sostenible de la Junta, parece no conocer bien el tema del agua en la Costa Tropical Granadina, cuando en sus declaraciones dice que es posible el trasvase de 50 hectómetros cúbicos del embalse de Rules al de  Beninar en Almería. Mal empezamos pues no sabe que en nuestra costa granadina ya se han abandonado muchas fincas de frutos subtropicales por falta de agua. Si lo hemos entendido mal o se han tergiversado las palabras de la consejera o no ha sabido expresarse podemos decirle aquello de “Bien se enuncia lo bien concebido y fácilmente acuden las palabras para expresarlo”.

José Antonio Bustos

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