UNA SOLIDARIDAD NUEVA ANTE EL COVID-19

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Toda vida verdadera es encuentro… Cada uno de nosotros

hemos sido un nosotros antes de ser un yo

Martin Buber

La solidaridad nace en la experiencia del encuentro afectante

con la realidad del otro herido en su dignidad de persona 

y que se nos manifiesta como no-persona desde el momento

en que es tratado como cosa, como excluido, como nadie

J.L. Aranguren

 

Nos creíamos que estábamos inmunizados para todo tipo de tragedias, parecía que estaban lejos, más allá de los mares, en África o en Asia, en otros mundos. Como mucho, nos podía tocar el drama de los inmigrantes en las fronteras, pero nos parapetábamos detrás de los muros, en nuestras tareas cotidianas, inmunizados contra el dolor en nuestro individualismo intrascendente.

Ahora, estamos en “cuarentena social”, aún más aislados, con el pánico y el miedo; miedo al contagio, miedo a la muerte, miedo de una posible crisis, de pérdida de empleos, caída de las bolsas. Cuando estoy escribiendo este artículo, las cifras van en escalada libre, casi 40.000 personas afectadas y 2700 fallecidos, superando los 500 muertos en un día. La vieja Europa, se vuelve más vulnerable. En estos momentos es el epicentro de la pandemia, parapetada en sus fronteras, cada país encerrado en sí mismo y sin una política común contra el virus. Tampoco se aprecia en nuestro propio país, donde se ofrece un apoyo con la “boca chica”, para luego ahondar en la crítica o en la búsqueda del provecho político.

Por otro lado, están los ciudadanos encerrados en sus casas, con la perplejidad que corresponde ante una situación jamás vista por la mayoría. Ahí está presente, no muy lejana, así nos la contaban nuestros padres, muchos de los que han muerto estos días, la gripe olvidada de 1957. En plena Guerra Fría, cuando el mundo estaba al borde de una catástrofe nuclear, la gripe puso a prueba los sistemas sanitarios con cerca de un millón de muertos.

Es un momento que nos obliga a relativizar muchas cosas innecesarias y accesorias para encontrarnos con lo esencial, como el valor de la vida, la amistad, el amor y la solidaridad. También es un momento para la pregunta por el sentido, que forma parte de lo esencial de la existencia. Vivimos despojados y desnudos de nuestra dimensión espiritual, cegados en la oscuridad de lo cotidiano, habíamos perdido el verdadero sentido de nuestro ser. Se han caído muchos asideros y en medio de ellos, nos viene a la mente aquel grito de A. Camus de su obra la Peste “Lo urgente es curar”. Con él, asumimos lo absurdo de esta realidad que estamos viviendo y de forma espontánea cada día, muchos se ofrecen a la compasión y la solidaridad, en cientos de iniciativas de ciudadanos no solo en nuestro país, sino de todos los lugares del mundo. Iniciativas de compartir, lo que son y lo que tienen.

Solamente despojándome de mi yo, puedo hacerme cercano, escuchar el clamor de los más necesitados y descubrir sus sufrimientos. No tenemos respuestas claras para los males de este mundo, el mal es oscuro en sí mismo. Es incomprensible, es lo más irracional, incluso un misterio. El ser humano tiene que atreverse a pensarlo todo, incluso lo más recóndito del sentido del mal, aunque siempre de una manera humilde y modesta.

Hay un mal inocente, provocado por las fuerzas incontrolables de la naturaleza; y un mal moral responsable y culpable producto del mal uso de la libertad humana. Es en estos momentos, cuando surge la pregunta ¿Por qué Dios permite y calla?, no lo sabemos. Algún día, más allá de esta vida, me gustaría preguntarle, como hizo el bueno de Job. Hans Jonas, el filósofo judío alemán, después de Auschwitz, se hace la misma pregunta ¿Quién es ese Dios que pudo dejar hacer?, recurre al mito de la creación, Dios renunció a su propio ser, para dejar lugar al mundo. Sin su retraerse de sí mismo, nada habría fuera de Dios. De alguna manera, renuncia a su omnipotencia y se convierte en un “Dios sufriente”.

Dios ha renunciado a su omnipotencia, pero no a su bondad. Dios se deja afectar por el sufrimiento sin estar sometido a él, forma parte de la omnipotencia, o mejor como nos apunta W. Kasper o el filósofo Kierkegaard, es la omnipotencia del amor o de la misericordia. Dios ha renunciado a la omnipotencia en favor de la autonomía del hombre y de la libertad del mundo. Allí donde el hombre sufre, Dios sufre con él. Es el hombre quien tiene la responsabilidad de decidir, si se deja dominar por el mal o preserva en él la chispa divina, que transforma su corazón y le inclinan a la misericordia y al amor.

¿Dónde está Dios? En todos los que están sufriendo, en todos los crucificados; en los médicos y en las enfermeras; en los sanitarios que atienden en las casas, en los policías que colaboran para solucionar el problema en las calles de las ciudades o de los pueblos; en las empresas o personas que colaboran fabricando mascarillas, jabones y guantes; en los que ayudan a desinfectar las residencias de ancianos; en los que están fabricando de forma altruista respiradores con impresoras en tres dimensiones; en los que ayudan a sus vecinos y personas ancianas a realizar la compra o adquirir medicamentos. Esta epidemia de solidaridad de tantos, a pesar del encierro y en condiciones difíciles, es la mejor forma de ser persona.

Desde estas páginas queremos hacer un “elogio de la solidaridad”, que surge de los anhelos más profundos de la fraternidad humana y, es el humus necesario para transformar la sociedad y respetar su dignidad. En estos días hemos visto muchos ejemplos de solidaridad y a pesar del mal, pedimos que la tragedia nos traiga una nueva forma de relacionarnos, de vivir la fraternidad y la amistad. Porque la solidaridad es la actitud básica para hacer un mundo más justo y habitable en una sociedad globalizadora que esconde y olvida a tantos indefensos. Se necesitan personas que hagan de la solidaridad una virtud, que se encarne en sus vidas, como en estos días de la pandemia. Necesitamos personas que desplieguen la lógica del compartir y del servicio, como en aquel compartir los panes y los peces, brotando de la solidaridad y la fraternidad, la abundancia para todos.

Juan Antonio Mateos Pérez

Catedrático de Historia

0 thoughts on “UNA SOLIDARIDAD NUEVA ANTE EL COVID-19

  1. Enhorabuena, un generoso articulo, donde claramente expone que la v7da prima a todo, que ser solidarios nos hace felices y libres.

  2. Buenos días estoy totalmente de acuerdo en todo este artículo felicitaciones .decir que valoro la caída ante todo y cualquier gesto humano por mínimo que sea es un granito de arena, entre todos podemos formar una montaña. Debo decir un inciso referente a las mascarillas ,sabemos que deben esyarchomologadas y aprobadas pero en os momentos que vivimos para personalmente una mascarilla significa una vida que se salva ,y millones que se protegen ,yacsean decua farmacia o fabricadas como antaño.cn tela de algodon ,la cuestión es cuidar del prójimo y no velar pie intereses que nadie a este paso secllevata consigo debido a la avaricia .la palabra misma lo dicevser humano es ayudar dar sin pedir ,y no olvidar nunca que quienes luchan cada día para salvar vidas son personas, los heroesxestan en los comic lis sanitarios dejan cansado de palmas ellos precisan urgentemente de tes,que les ayuden ellos tienen miedo ,comparto cada letra dexeste artículo.y seguiré batallando desdecmi pequeño rincón para que familias que no tienen o pueden .tengan una .en la medida de mis posibilidades .desde Cruz Roja de cuba aplaudían esta idea .las personas hemos olvidado lo que significaba conpartir ,si señor catedrático,
    No hemos repatadoque tenemos utensilios en casa que pueden ayudarnos a salvar vidas y ante todo proteger ,no obstante estos jóvenes y empresas que trabajan a destajo para fabricar todo tipo de respiradores lo elogió. Tenemos que poner a trabajar las mentes las tenemos atrofiada ,en el siglo.que vivimos todo nos lo han puesto fácil
    Ahora toca batallar para seguir viviendo y no olvidar que este mal bicho es invisible y ese motivo debería hacernos entender que la protección debe ser mayor .gracias de nuevo .
    Maria manrique

  3. BUENOS DIAS, QUE DECIR DE ESTE ARTÍCULO EN EL PERIÓDICO.
    EN EL CUAL ESTOY DE ACUERDO EN SU CONTENIDO Y DE LO QUE SE EXPRESA.
    CIERTAMENTE ES LO QUE ESTA PASANDO .
    ESTAMOS VIVIENDO…
    NOS PREGUNTAMOS ..
    PORQUE..
    Y LO PERMITE DIOS…
    ESTO ES DE LA MANO DEL HOMBRE Y SUS CONSECUENCIAS , QUE A TODO EL MUNDO PARALIZÓ.
    MUCHAS GRACIAS POR EL SRTICULO .
    SALUDOS CORDIALES.

  4. Gracias profesor por estas reflexiones, comparto, no podría ser de otra manera tu pensar, cierto es cuanto dices, y el paradigma que se presenta está repleto de dudas razonables donde habremos de emprender un camino en ocasiones difícil, un nuevo escenario donde los valores vuelvan a ser protagonistas de nuestros actos más allá de la pura demagogia.
    Gracias por compartir la esencia del humanismo.
    Toñy Castillo

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