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En política todo necio es peligroso

mientras no demuestre

con hechos su inocuidad.

            (Ramón y Cajal)

 

Si tengo la suerte de que alguien lea mis artículos quizá piense y diga que siempre lo hago en sentido crítico y negativo de las acciones del Gobierno. Nada me gustaría más que escribir lo contrario. La realidad es la que es y no hay que ocultarla ni mentir, los hechos hablan. Cuando escribo sobre ciertos aspectos de nuestra vida colectiva lo hago porque pienso que es mi deber como ciudadano, y hacerlo en voz alta que es lo más honrado, denunciar lo que dicen, hacen y sus consecuencias que no pueden ser peores.

Todos sabemos que las tareas del gobierno no son nada fáciles y se cometen muchos errores, pero es imposible corregirlos si en vez de reconocerlos para tratar de rectificarlos y evitar daños mayores, se justifican mintiendo, ocultando la verdad y se instalan en una soberbia de autocomplacencia.

Los medios de información de todos los países coinciden en la pésima gestión que se ha hecho en el tratamiento de la pandemia que nos está matando, sin embargo, el Gobierno en pleno afirma y presume de lo bien que lo han hecho y están haciendo, a pesar de que España sume el mayor número de muertos y contagiados. Presume de tener una economía saneada y en crecimiento a pesar de las miles de empresas destruidas y millones de parados. (su mantra: salimos más fuertes). Y si esto lo aceptamos es que somos más tontos y malos que el Gobierno, y no tenemos remedio. Eso sí, gestionan muy bien sus intereses colocando a su familia y amigos con sueldos millonarios a cargo del tesoro público. Nunca se ha dado mayores casos de Nepotismo. No obstante, presumen de honrados

         El ex ministro de sanidad con cerca de cien mil muertos en su haber dice en los medios de información que no se arrepiente de nada de su actuación como ministro de sanidad: todo perfecto. Sin embargo, no fue capaz de preparar un plan de actuación en meses, a pesar de las advertencias de la OMS: ni personal preparado, ni equipos de tratamiento, ni equipo de protección de personal sanitario, ni tan siquiera unas simples mascarillas, ni equipo de expertos en medicina, de especialistas en epidemias, etc. Ha sido una larga cadena de errores que jamás ha reconocido él y tampoco su Gobierno; y por consiguiente, siguen cometiendo cada vez más errores, pues la autocomplacencia es así de peligrosa. El penúltimo error de este ex ministro que huele a muerto, fue el haberse negado a hacerse las pruebas del coronavirus cuando tenía que debatir en televisión con otros candidatos a la autonomía catalana. ¡Qué ejemplo de ciudadano, cuánta soberbia e hipocresía! No obstante, él no tuvo reparos en encarcelarnos en nuestros domicilios durante 3 meses y éramos 47 millones.

A este gobierno se le puede censurar casi todo porque no acierta ni una. Pero sí se le puede reconocer una habilidad que es la de crear confusión que ya ha invadido todos los terrenos, pues la confusión es el método favorito de los que temen la verdad. Han creado un clima de duda tan enorme que ha desembocado en el MIEDO. El miedo además del sufrimiento que causa, nubla la claridad del juicio, “nos hace traidores a nosotros mismos por instinto natural de defensa”.

No cabe duda de que en la actualidad en España tenemos una democracia “sui géneris” y habrá que darle la razón al periodista francés Albert Guinon cuando dijo que “Cuando no se elige al más bruto de todos, parece que no es realmente democracia”. En eso estamos, que tenemos parlamentarios, senadores y cargos públicos relevantes que no han trabajado nunca en nada y otros que ni siquiera han realizado los estudios de Bachiller, y de esta índole tenemos hasta ministros.

Recientemente el Vicepresidente del Gobierno ha dicho a los cuatro vientos que “en España no hay normalidad democrática” porque los condenados por rebelión están en la cárcel. Este despabilado, demagogo Vicepresidente, venal y cuestionado, imputado por la justicia en varios casos, sin quererlo ha dicho la verdad, pero no por los motivos que él aduce sino por otros peligrosos y muy graves: como un gobierno de coalición con terroristas, separatistas, comunistas y otros “istas” en un país de 47 millones de habitantes. La mayor anormalidad es la que él sea “vicepresidente” de un Gobierno democrático. Si el Presidente de Gobierno, Sr. Sánchez hubiera leído a Emilio Castelar que sabía algo de política hubiera escogido con más cuidado a sus compañeros de gobierno: “las coaliciones –dijo- son siempre muy pujantes para derribar, pero son siempre impotentes para crear y construir”. Y cuando Castelar escribió esto se refería a otros partidos que mal que bien amaban a España. En el caso actual la coalición es con aquellos que la odian. El deterioro de España en lo político, económico, cultural, moral, en la enseñanza, en la creación de empleo, con los impuestos más elevados de la Comunidad Europea y una deuda pública monstruosa, impagable (1,3 billones de euros) todos mamando de la teta del Estado sin producir nada, los ataques a la Iglesia Católica, al Rey, que no hay que olvidar que es el Jefe del Estado; la degradación manifiesta de las Instituciones con un Ministro del Interior que no defiende a los ciudadanos ni a los suyos, policía y Guardia Civil dejando actuar a los violentos y malhechores. Al Sr. Ministro esas palabras de propiedad, seguridad, paz, etc. le suenan a chino y claro, ni ve ni oye ni se entera de que Barcelona, Madrid, Valencia, Granada y otras ciudades están ardiendo. Todo esto ocurre frente a la pasividad de la sociedad que como se decía en el artículo de Rogelio B. Almendros en agosto en este periódico “parece que estamos en una España capada”.

A España parece que nadie la defiende ya sea de un partido o de otro. Recordemos al anterior presidente Sr. Rajoy que lo votamos para que corrigiera los DESVARÍOS del nefasto presidente Zapatero:” memoria, histórica, el aborto, suprimir las empresas públicas, limpiar las corrupciones, cumplir y hacer cumplir la Constitución, restablecer la moral… Lo incumplió todo, fue incapaz de aplicar la Constitución cuando la rebelión producida en Cataluña, cuando le ponen una moción de censura se ausenta del Parlamento y se va a tomar whisky al bar, y cuando en un cara a cara en televisión siendo él Presidente del Gobierno, el Sr. Sánchez le llama “INDECENTE “ es incapaz de reaccionar, ¿Por qué? que cada cual saque sus propias conclusiones. ¿Esta clase de personas van a defender España? Con cuánta razón dijo, hace ya 2000 años Plinio el Joven, gran militar y político, que “en el gobierno, como en el cuerpo humano, las enfermedades más graves proceden de la cabeza”. En la actualidad, el Sr. Sánchez es la cabeza. Quizás no lo sea. Mientras tanto le pedimos a la Sra. Ministra de Trabajo que aplique al Parlamento esa norma que se llama ERTE, naturalmente con la ayuda imprescindible de la Sra. Ministra de Igualdad.

         A pesar de todo lo que nos está pasando prefiero quedarme con aquellas palabras que dijo el escritor alemán Goethe: “España ese bello país de vino, alegría y canciones”.

 

                   JOSÉ ANTONIO BUSTOS

                   Almuñécar 17 de febrero de 2021

baena

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