NO SE(N)TIENDE A los verdaderos problemas

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Como diría Descartes “Y como la multitud de leyes sirve muy a menudo de disculpa a los vicios, siendo un Estado mucho mejor regido cuando hay pocas, pero muy estrictamente observadas,” así también ocurre 400 años más tarde, pues en lugar del gran número de preceptos que encierra la lógica o ilógica intrahistoria cotidiana, ante los desconciertos de “tú más” y siempre tener distintas versiones de lo que se ha hecho para bien o para mal según se mire. Sería necesario no admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia que lo es según el criterio de verdad del racionalismo cartesiano; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente  que no hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda…De modo que hoy por hoy sería tan vigente y entendible- aunque no explicable-que lo que para unos políticos es bueno para otros sea malo. Por tanto no debemos dejarnos persuadir nunca sino por la evidencia de la razón. Y nótese bien que digo de la razón, no de la imaginación ni de los sentidos intereses, por sostener sus engaños. Aunque no faltarán entre los  que se crean semejantes patrañas y  quienes se burlen y no acepten la realidad por su ignorancia como prisioneros de la caverna platónica. Así pues, serán testimonio y el tiempo dirá la verdad de sus mentiras pues hay vividores de la política  que no teniendo otro oficio ni beneficio que el ensalzar de forma enfermiza y desmedida su labor por su pueblo, dejan ver lo vacío y los selfis de su postureo. El hecho es que en los últimos tiempos hemos pasado del  poder desacreditar al adversario  con “todo vale para hacer ver el oportunismo glorioso” aunque sea a costa de tener que rascarnos el bolsillo cada vez más para socorrer a los “nuevos vividores de la política”: asesores y personas de confianza, relegando los verdaderos problemas a los últimos lugares para afrontarlos en el mejor de los casos: ¿porque les importa el paro, el encarecimiento de servicios básicos de luz o agua, la falta de oportunidades para el acceso a una vivienda, asistencia sanitaria y jubilación dignas, valor de la educación, adoctrinada a veces o sin acuerdos porque no representan la cultura del esfuerzo de mejora?, y como cínicamente casi siempre ha sido como una buena madre prometiendo y mejor madrastra recortando. En este sentido de oportunistas, sin que sean capaces de aportar las más diligentes soluciones, como estamos percibiendo y esperemos que no sea escatimando ayudas para las víctimas de la erupción palmeña, daños de la Dana o evacuación de los afganos en su celeridad. Posiblemente, ojalá nos equivoquemos,  pero es evidente que como decía A Muñoz Molina en Todo lo que era sólido: echemos cada vez más en falta la sensatez y añoremos apasionadamente la sociedad de los derechos sociales que vamos perdiendo entre la desidia de unos y el cinismo de otros: sueños rotos convertidos en desencantos pero con sofismas que han encendido el odio, la violencia y la falta de empatía, en una sociedad cada vez más oscura sin luz de verdadera humanidad.

Francisco Velasco Rey

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