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Carlos Benítez Villodres

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Los Reyes Magos tienen una historia de miles de años de antigüedad. Aunque, al igual que Papá Noel, han experimentado diferentes transformaciones a lo largo del tiempo. De hecho, los Reyes Magos no siempre fueron tres, aunque todas las versiones se remontan al mismo hecho: el nacimiento de Jesús de Nazaret.

            La tradición católica navideña tiene en los Reyes Magos del nacimiento de Jesús a un pilar fundamental de la Navidad. Y en algunos países, la mayoría hispanohablantes, sus figuras conviven con la de Papá Noel / Santa Claus como portadores de los regalos navideños, cuando no la reemplazan por completo y la entrega de presentes se limita a la noche del 5 al 6 de enero de cada año.

            En los Evangelios se menciona que llegaron unos “magos” desde países extranjeros para rendirle homenaje al recién nacido y entregarle regalos simbólicos. Sin embargo, no se precisa que fuesen reyes y ni siquiera que fuesen tres, aunque se supone ya que fueron tres los obsequios recibidos: oro (un presente que normalmente se destina a los reyes), incienso (que se utilizaba para rendir culto a Dios) y mirra (una sustancia con la cual se embalsamaba).

            Su figura colectiva es inamovible: tres Reyes Magos, uno negro y dos blancos, estos últimos con barbas blanca y castaña, respectivamente. Sus nombres, Melchor, Gaspar y Baltasar. La mención aparece en el Evangelio, según San Mateo, 2, 1-12.

            Por otra parte, la palabra “mago” es muy antigua y en aquella época se utilizaba para designar a los miembros del sacerdocio. De hecho, según la creencia católica, estos magos eran representantes de otras religiones, consideradas paganas en aquel entonces. Sin embargo, la palabra “mago” también significaba hombres sabios, probablemente astrónomos que conocían el movimiento de las estrellas, razón por la cual se apunta que fueron conducidos por una señal en el cielo.

 

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