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En primer lugar, vaya este artículo como tributo de homenaje al día de los derechos de la infancia. Todo lo que digamos en esta efeméride es poco, por lo que debe significar proteger a las almas más nobles  del ser humano. ¡Qué menos y cuánto podríamos hacer! En mis obras: Acompañando a don Quijote y Las Trampas del poder, les dedico unas páginas especiales  en la trama de ambos para llamar la atención sobre la situación de los niños más desfavorecidos y vulnerables, y concienciar sobre la importancia de trabajar por su bienestar y desarrollo.

 En este sentido mi intención es contar sus preocupaciones, a veces sufrimientos y darles voz. Por eso quiero agradecer a las ONG, médicos, educadores y voluntariado que los atiende con la solidaridad y el cariño que ellos despiertan. En otro orden de cosas, siempre que se hable de los niños es alegría y sueños por cumplir, por eso no debe haber un día sino muchos dedicados a ellos. Y todo lo que se haga es poco. No menos recomendable es fomentar la solidaridad entre todos los niños del mundo. Naciones Unidas celebra este Día Internacional del Niño en honor a la aprobación de la Declaración y a la Convención de los Derechos del Niño, el tratado internacional más ratificado de la historia, por lo que el cumplimiento debe ser un compromiso firme porque son los más indefensos y sufren las crisis, y los problemas más dramáticos o bélicos del mundo.

Sin título

 Este día mundial recuerda que todos los niños tienen derecho a la salud, la educación y la protección, independientemente del lugar del mundo en el que hayan nacido. Concluyendo, dedicar esta celebración también sirve para hacer un llamamiento mundial sobre las necesidades de los más pequeños, recordar la importancia de trabajar para conseguir el bienestar y para reconocer la labor de las personas que se dedican a que ellos tengan un futuro mejor. Asimismo por tanto como es natural, me parece muy necesario también que se defiendan sus derechos y se denuncien todos los casos de niños maltratados, o acosados por una parte; explotados o abusados por otra parte, evitando cualquier perpetración de violencia social y doméstica que apenas mencionamos, heridas para las que se necesitan curas y no mirar a veces para otro lado.

Francisco Velasco Rey

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