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La Toñy tiene un mural con una imagen de Ceuta, su ciutad natal

Es habladora  desde pequeña. Tanto, que la castigaban en la escuela. De estos càstics sacó la motivación para dedicarse a la pedagogía y ahora, es una trabajadora incansable, a pesar de que asegura que es una perezosa que no ejerce. ¡Nadie lo diría! Desde hace 18 años, Toñy Castillo es la responsable del aula Hospitalaria de Arnau de Vilanova de Lleida, ha escrito varios cuentos pedagógicos y también novelas. La última, sobre acoso escolar. Sin olvidar su ¡consulta de psicopedagogía! ¡De perezosa, nada!.

El que no nos queda claro es si en el futuro hará el salto a la política, que le interesa mucho. De momento, luchadora incansable por las causas justas, se ocupa de cambiar el mundo con la varilla mágica de la educación.

Nosotros hemos querido conocer de donde saca toda su energía transformadora esta ceutíque se siendo tan leridana.

Preséntate. ¿ Quién es  Toñy Castillo?

 Una mujer que ha intentado a lo largo de su vida hacer aquello que creía que era justo y luchar siempre por el que creía. A veces no ha sido fácil y otros, la vida me ha otorgado el privilegio de   conseguir mis metas .Pero siempre he sido una luchadora. Voy nèixer luchando y me gusta la lucha, luchar por los sueños, por los ideales, por todo el que creo.

  • ¿Y esto te viene de muy lejos?                                                                                                                                                                                            

Siempre he sido una inconfromista. Cuando era pequeña, iba a una escuela de pago, que se decían antes. No me gustaba. Un día trajeron una hoja para escribir un poema. Al llegar a mí, ya no quedaban. Pero yo la quería hacer y la escribí en casa. Gané yo el premio y me encontré que quizás no era lo suficiente importante para que ningún  de los maestros o del equipo directivo me acomparara a recoger un premio de dibujo y literatura. Aquel día decidí que aquella no era la escuela por mí. Tenía 8 años. Y cambié de centro. Luché por aquello que consideraba justo.De eso hace muchos años y hoy en dia en todos los centros educativos se trabaja por la calidad, equidad e igualdad.

  • ¿Y tus padres?                                                                                                                                                                                                                      

También lo   vieron. Yo encontraba que aquella escuela no me llenaba del todo, no me acababa de sentir bien. Y a los 9 años estaba a la pública, al lado, allá pude ser la mujer que quería ser. Y siempre he luchado por aquello que penso que merece la pena, aunque sea una autopia, si merece la pena, luchar.

  • ¿También fue entonces cuando decidiste poner tu granito de arena?

Lo tenía muy claro. En aquel momento, iba muy avanzada y me pasaron de curso a los dos meses porque era muy grande. Pero después, era demasiado pequeña para quedarme, así que tuve que repetir. Yo entonces no sabía qué era aquello de la atención a la diversidad, ni nada. Yo el que no entendía era esto; por qué si me avanzaban, después tenía que repetir. la docencia que me gustaba y después, creo que se  pueden cambiar muchas cosas.

  • ¿Como la educación se puede cambiar el mundo?

La educación lo es todo. En casa, en la familia, al entorno, la educación formal y no formal… La educación puede cambiar la vida, la sociedad y todo. Una educación basada en los principios, plural, donde todo el mundo pueda aportar. Está la escuela pero se arrba desde casa.

  • ¿Vamos por buen camino?

No lo sé. Si escuchamos los clásicos, ya se quejaban. Todas las generaciones traemos aquel conflicto que nos ayuda a crèixer. Hay cosas que creo que tendríamos que interntar: mas diálogo con la familia, más rato y de mejor calidad. El otro día me sentí muy triste cuando en un restaurante, una pareja con niños se los dio una tablet a cada uno desde el principio de la cena. Y me sentí triste por la carència, porque pensé que aquellos niños habrían podido saborear la cena, decir algo. Y no es que esté en contra de la tecnología, en absoluto, pero pienso que tenemos que fomentar momentos para estar todos juntos hablante. A veces, no aprovechamos el tiempo con caricias, escuchando, estando a gusto. Y esto, también es educación.

  • ¿Qué recuerdas tú de tu infancia?

Yo era muy charlatana. La escuela era diferente, no había el día que no salía con cuatro palmadas  en las manos. ¡Pero yo no podía parar de hablar! Recuerdo que una semana me pusieron una banda porque había sido callada.

  • ¿Estabas afònica?

(ríe) No lo sé, algo debía de de pasar ¡porque no era normal que yo estuviera calladita! Yo quería aprender, tenía muchas ganas. Ya después de venir a Lleida a los 13 años continuaba mi curiosidad, por ejemplo por el catalán. No quería que nadie hablara sin que yo entendiera qué decía. Y después, al instituto, fui delegada y todo ello. Siempre he sido así.

Además, era una niña a la cual me gustaba escribir poesía. Siempre escribía, pero cómo que pensaba que nadie leería nada, lo desgarraba. Y el otro día encontré unos textos que no había tirado y me gustó tenerlos. Esta semana, un niño de 9 años del aula del hospital ha escrito un poema que me ha emocionado. La literatura me encanta.

  • ¿Qué fue primero, la afición por la educación o el amor por la literatura?

tony_castillo_capcaleraLa educación me ha importado desde el primer momento. Siempre he dicho que quería ser maestra. No sé si era porque cómo que me castigaban, de grande quería ser maestra para no hacerlo, o porque yo traía el tema de la docencia adentro. Y la literatura era un medio de expresión. Hasta que no fui mayor no dejé que alguien leyera el que había escrito. Hasta que en un congreso, en Ceuta, una persona me dijo que escribía bien. Yo sabía que hablaba bien, pero no que también se me daba bien escribir. Esto hizo que creyera en mí. A partir de entonces, no sé si bien o mal, pero yo continúo escribiendo.

  • ¿Has conseguido mezclar tus dos pasiones y escribir libros que tienen un objetivo en la educación?

Yo pienso que escribir bien y comunicar bien, hay mucha gente que lo hace. Me planteo escribir como una manera de transmitir valores, sentimientos y sobre todo, desde el punto de vista del cuento como idea para llegar a otras persones para que se puedan sentir mejor. Mi novela lo he trabajado durante 10 años. A la hora de escribir siempre quiero comunicar algo. Este placer siempre es para poder llegar a los otros.

  • Dicen que “en casa del herrero, cuchillo de palo”, ¿en tu caso también pasa?

Todo es mejorable. Yo he intentado ser una buena madre, como cualquiera. Pero cuando pasa el tiempo ves donde podrías mejorar. Pero ahora ya sólo lo puedo hacer con el limpio. (Ríe). La perfección no existe a la vida. Vamos creciendo con los conflictos. Hubiera habido que mejorar un montón de cosas a todos los niveles. Pero siempre intentas hacer las cosas de la mejor manera posible.

  • ¿Algo concreto que cambiarías?

Quizás haber dado más amor y menos sermón. El sermón es más fácil y el amor está implícito al sermón pero a veces es cuestión de decir: “primero el abrazadita y después, hablamos”. Esto no quiere decir que no haya que poner normas. Al final, es mejorar la comunicación, poder hablar más de las cosas. Hay que hablar más. Porque muchos golpes tenemos el “no” siempre delante. Cómo que ya lo sabemos, pensamos que así aprenderán. Pero el que hace falta es que ellos mismos se equivoquen.

  • ¿Hay que equivocarse?

Evidentemente, la equivocación es una manera de crecer, porque nadie aprende nada andando con los zapatos de otro. Siempre intentamos proteger, como madres, pero así no mujeres las herramientas que tendrías que dar.

  •  ¿Por qué te conoce la gente?

Depende de dónde. Yo tengo diferentes facetas a la vida. Durando mucho tiempo, traje todo el tema de marginación y era conocida en el mundo educativo por la atención a la diversidad. Pero ahora hace 18 años -¡parece que no puede ser!- que estoy al frente del aula Hospitalaria de Arnau de Vilanova. Y en Lleida se me conoce mucho por eso.

Pero en Latinoamérica me conocen por los cuentos terapéuticos, que pueden llegar a ayudar a la gente que tienen una situación de adversidad en la salud, de luto… Y en Ceuta, a mí me conocen por escritora. Allá estoy como escritora pedagógica. Por 2 años, me seleccionaron por eso, para ayudar a que los pequeños saquen el que traen dentro.

Y después, también por la literatura en general. Ahora, se crea La Academia de las Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras “Granada Costa”del Proyecto Nacional de Cultura Granada Costa y yo soy la directora. A nivel de prensa, televisión, radio, también he colaborado muchísimo.

Y la gente que me conoce, sabe que soy una persona cercana, tranquila… soy mucho Lleida y Ceuta. Es verdad! Allá me ponen “la escritora ceutí” y aquí, soy “la leridana”. Y esto me gusta mucho. Porque desde que llegué, he sido puesta en cosas de la ciudad; solidarias, culturales, de participación…

En una ocasión  fui a hacer una conferencia en un curso y pusieron: “vendrá la Toñy”, así tal cual. La Toñy tiene apellido! (río) Fue divertido. Me vasobtar porque estaba al diario! Me hizo ilusión porque pensé que quizás me conoce más gente del que yo pienso.

  • ¿A la familia, qué rol ejerces?
    La trabajadora nata. Me piden que no trabaje tanto. Mi hijo me dice que tengo que dosificar, tengo fama de muy activa. Siempre digo que soy una perezosa que no ejerzo. Pero el día que pueda, lo haré. Cuando estoy haciendo una cosa, haya tres cosas a la vez y me río de mí misma.
  • ¿Si no te dedicaras a esto, que harías?

          Ciencias políticas.

¿Sí? ¿Cómo es esto?

Me gustaba mucho escuchar la cantante Cecilia. Un día le sentí decir que su padre había sido embajador a muchos lugares. Y pensé que debía de ser muy bonito hacer esto. El tema de la política, que está en todas partes, desde una comunidad de vecinos hasta cada una de nuestros trabajos, me gusta mucho. También me gusta la medicina, pero me gusta la parte más pedagógica. Y al final, quizás por eso hago libros.

  • ¿Pero en política no te has metido nunca, lo harás?

En esta vida no se puede decir “nunca”. Actualmente, el trabajo me absorve mucho porque mis hijos ya son grandes y me puedo dedicar al que me gusta. Por mí, mi trabajo es un placer. Cuando escribo, cuando estoy en un asesoramiento…

  • ¿Si fueras una superheroïna, qué superpoder te pedirías?

Iría mirando por un agujerito y cambiaría situaciones de intolerancia, de discriminaciones, autoritarismos y dogmas de fe, cambiaría verdades absolutas. Me encantaría ser una brujita buena con una varilla mágica. Esta sería mi profesión frustrada! (Ríe). Una heroína polifacética que fuera resolviendo problemas. Me encantaría.

¿Es un poco el que haces con los cuentos, no?

Cómo que no lo puedo hacer de una manera, lo hago de otra (río). Pienso que todo el mundo podemos cambiar el mundo a través de pequeñas facetas de nuestra vida. El mejor es ser consciente del que puedes cambiar, el que puedes hacer, para continuar creciente.

  • ¿Te encanta charlar, hay algo que te deja muda?
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    Muchas cosas. La impotencia ante cosas que no entiendes. La enfermedad de los niños me deja muda. También aquellas emociones tanto de felicidad como de emoción. Me impactan. Soy muy sensible y todo me afecta, afortunadamente. Todavía pienso que una de las mejores cosas que tengo es la capacidad de sorprenderme y de aprender, de darme cuenta de cómo de equivocada puedo estar en algún tema y rectificar. Me gusta la sorpresa, que me tomen el pelo.

¿Vas chupando el espíritu infantil que hay constantemente al tuyo cercando?
Y tanto! Nos hacemos grandes pero traemos una maleta y vamos recolocando las cosas.

Tienes formación en PNL (Programación NeuroLingüística), ¿qué te dices cada mañana?

Hace mucho tiempo, en Barcelona, una señora conocida se miraba al espejo y se decía cosas bonitas. Le pregunté porque lo hacía. Me dijo que no hay que esperar a que nadie te diga el que haces bien. Hay que estimarse a un mismo. Y hay que saberse importante. Porque en la medida que lo sabes, puedes hacer más cosas. Entender que cada cual somos importantes, también entra saber que lo son los otros. Y el respeto por cada una de las personas que nos rodean. El respeto es una cosa que se tiene que trabajar cada mañana.

  • Ahora, ¿qué reto tienes por delante?
    Muchos! Quiero continuar escribiendo, si la escritura sirve. Quiero ver crecer a mi nieto  y ver que mi hijo y mi hija hacen su camino y son felices. Mejorar en el que pueda, compensar las carencias que hayan tenido. Y también quiero ser feliz, estar bien conmigo misma. Esto es todo un reto.

¿Eres abuela, como ejerces?

 Es demasiado pequeño; tiene tres meses.  Ser abuela te da otro estatus. Espero no malcriarlo demasiado y que pueda disfrutar de su compañía y de su sonrisa.

¿Serás de las abuelas que están presentes?
Intentaré. Pero sé que no estaré las 24h diciendo el que se tiene que hacer. Me toca disfrutarlo. Espero tener la lucidez para no dar lecciones. Pero no puedo decir “nunca”, a pesar de que no es esta la intención.

  • ¿Por qué viniste a Lleida desde Ceuta?

Mi padre era militar e hizo el servicio militar en la Seu d’Urgell. Cuando pudo, pidió el traslado por añoranza. Quería venir a Lleida. Vinimos por dos años y ahora ya traemos muchos aquí. Ya hace días. Yo tenía 13 años. Estábamos tan a gusto y la ciudad era tan guapa, que nos quedamos

  • ¿Tu padre responde al tópico de los militares con una educación estricta y con disciplina?
    Mi padre siempre ha sido muy plural y generoso. Los domingos, nunca sabíamos cuánta gente seríamos a comer porque iba al cuarter y siempre traía a algún soldado. Mi padre no ha sido un tópico sino un ejemplo a seguir… De superación, de lucha por el que ha creído. Pero sí que hay que decir que en casa había normas y hábitos, sobre todo era mi madre la que los inculcaba. Y yo los he intentado transmitir también a mis hijos. Creo que hacen falta los límites. La disciplina no quiere decir autoritarismo. No tiene nada a ver. Mi padre y mi madre nunca han sido autoritarios.
  • ¿Cómo te despides?
    No me despido. ¿Quién sabe si dentro de unos días nos volvemos a encontrar?

Esto esperamos, Toñy. Gracias.

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