Las cosas se pueden hacer de otra manera

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Si me permiten mi opinión más o menos acertada, las cosas se podían haber hecho de otra manera en el 1-O, pero una Huelga General con una crónica anunciada de piquetes y el escrache o descontento con la actuación policial no son compatibles a posteriori, si no queremos lamentarnos después con los disparos de la violencia. Más vale prevenir más desaguisados que curarlos después. La situación dramática puede llegar a ser insostenible. No entiendo o si comprendo con qué intención se coacciona a la policía en un Estado de derecho. Es curioso que el paro para los funcionarios sin pérdida de remuneración, esté permitido por parte de la Administración de la Generalitat.

Lo que se trata es de seguir sumando aunque suponga ponerse más de un lado de la balanza. Sobre el posicionamiento y la responsabilidad de los partidos políticos, habría que plantear que le corresponde a cada uno. Las libertades individuales deben ser garantía para todas las partes. Lo que sí está claro es que las F.F y CC de Seguridad del Estado han actuado o intervenido como no podía ser de otra manera legalmente ante un mandamiento judicial, digamos pues que su función ni ha sido desproporcionada ni injustificada pese a quien le pese. Permítanme decir que la culpa no es de la violencia policial sino de la respuesta política y judicial. Porque la policía ha arriesgado su integridad física ya que si los colegios no se hubieran abierto no se tendría que haber desalojado y enfrentado a una gran multitud de miles de personas.

Otra posible lectura por el dispositivo  lamentable policial, quizá haya sido una represión brutal  por la que ha habido lesionados, pero no se puede esperar otra respuesta con el acoso desmesurado que también ha sufrido ella, porque ¿cómo se actúa ante la resistencia  por orden judicial? Respecto a su profesionalidad, sólo nos deja perplejos la pasividad de los Mossos, y la expulsión  de hoy, de agentes. En este sentido, haciendo un análisis somero, no es un debate con intención de curar las heridas y la tensión violenta que se está generando.  La solución encima de la mesa no es fácil. Pero no  se debe permitir que el pueblo sufra más la mala gestión del problema, de los 40 años que llevamos de sus gobernantes. Hay que escuchar y dialogar para un referéndum garantizado. Hace falta autocrítica, una empatía para aquellos que no se sienten representados y para los que sí.

Queda mucho por hacer para lo que se nos viene encima o para salir de ésta. Cuando se llega a la violencia del enfrentamiento, se ha perdido el respeto, se ha perdido la razón y la democracia se ha roto. Sobre todo en una época convulsiva, en la que en cualquier momento puede estallar y desestabilizar más la situación conflictiva, donde la masacre con armas de 50 personas ocurrida ayer en E.E.U.U, deja un mal referente para un golpe de Estado ante cualquier tipo de armas. La idea de una España en desintegración con miedo y violencia, donde no se respeta la libertad, y desigual ya está servida.

Francisco Velasco Rey

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