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Por todos es sabido que desde hace unos años las campañas electorales se convierten en un espectáculo bochornoso, de mal gusto, en el que para solicitar el voto de los ciudadanos se emprende una lucha de insultos, descalificaciones, mentiras, amenazas,  y a veces otras cosas más gordas, contra los otros partidos y contra los candidatos personalmente. La mayoría de las veces con un lenguaje de lo más grosero. Estas tácticas son empleadas por todos, unos más y otros menos ya sean de izquierdas, de derechas o de centro.  Ignoran que con estas formas de expresión lo que ponen de manifiesto es su nivel, su bajo e indigno nivel para representar a los ciudadanos y menos aún para administrarlos. Sin embargo, en absoluto hablan de los problemas, graves problemas que tenemos en España como son el tema tan importante de la educación, las deficiencias sanitarias, la tasa de paro que es alarmante, del gasto disparatado de los gobiernos, de las corrupciones, de la deuda que tenemos que pasa del BILLÓN de euros, del incumplimiento de los programas electorales, de la amenaza constante de la desmembración de España, de la violación de los símbolos nacionales y de otros muchos temas que necesitan tratamiento urgente. Y si no hablan de ello es que lo desconocen o no les importa, y por tanto se irán agravando día a día.

         Si indignante ha sido la  campaña electoral no lo ha sido menos la última campaña de los pactos para formar gobierno autonómico y ayuntamientos. Daba vergüenza el ver repartirse los cargos con el mayor de los descaros. La inmoralidad y las traiciones  han presidido muchas de las negociaciones y en los pactos han prevalecido los intereses personales y de partido sobre el de los ciudadanos,  que han confiado en ellos dándoles su voto, y el de su comunidad y el de sus municipios, en definitiva, para España.

         En estos tiempos hasta las palabras han perdido su significado y su valor. A algunos se les llena la boca con la palabra democracia que es la igualdad de derechos políticos, y sin embargo no tienen empacho en negarse a sentarse a dialogar con los de otro partido, bien por soberbia, vanidad, por actitudes dictatoriales y otros intereses personales.  Otros se definen a sí mismos o a su partido como  progresista que significa el progreso político de la sociedad en todos los aspectos y resulta que sólo progresan ellos, los dirigentes sus familias y amigos. Valga como ejemplo la casa del Sr. Iglesias en Galapagar, que también defiende a los “ocupas” pero él exige que su casa la custodie la Guardia Civil permanentemente,  y en su campaña ha desarrollado un feroz ataque contra el mejor embajador que hoy tiene España, modelo de empresario como es Amancio Ortega reconocido y aplaudido en todo el mundo. Al Sr. Iglesias le molesta cualquier español que triunfe, por ejemplo Rafa Nadal.

La quema de símbolos nacionales de España como la Bandera, el retrato del Rey, Jefe del Estado es libertad de expresión; su defensa, puro franquismo, fascismo o cosa de retrógrados.  Otras como Himno Nacional y Patria son vergonzantes.

         En cuanto a la elección de los candidatos para desempeñar las complejas labores de gobierno en una época de continuos cambios y decisiones rápidas, muchos de los elegidos están por debajo de la mediocridad cuando no de la total ausencia de formación. Otros de una inmoralidad extrema engrosan sus currículum con títulos que no poseen y trabajos que jamás han realizado. Y no pocos presentan su currículum en blanco sin importarle un bledo, pues para la política no es necesario ningún mérito, lo importante es poder comer. Así nos va.

         En los primeros días de junio el Tribunal de cuentas informaba que desde el año 2010 al 2017 se habían gastado de la caja de la Seguridad Social cien mil millones de euros y certificaba que la Seguridad Social estaba quebrada. Las pensiones no se pueden pagar porque no hay dinero. Ante esta situación ¿nadie dice nada, nadie pone el grito en el cielo?

Hace unos días, poniendo orden en mi oficina, me encontré un archivo con los documentos de aquellos años en que fui alcalde en mi pueblo, JETE, cuando sólo tenía 25 años. Poco tiempo después lo sería también de Almuñecar. Era aquella época en que los alcaldes de provincias y municipios de más de 10.000 habitantes los nombraba el ministro de la Gobernación y los otros pueblos el Gobernador Civil. Los concejales eran elegidos entre los cabezas de familia, los sindicatos y por personas de la cultura y empresarios. Todos los ciudadanos estaban representados. Y hay que destacar que ningún cargo cobraba sueldo alguno. Cada uno seguía en su puesto de trabajo y por las tardes  y noches se celebraban las reuniones y se tomaban las decisiones pertinentes y de todo se informaba puntualmente a los vecinos, la gestión del Ayuntamiento era transparente. Y vuelvo a repetir: NO SE COBRABA NADA, por tanto, quien no tuviera vocación de servicio no podía desempeñar ningún cargo. Estas condiciones espantaban a los advenedizos, a los buscavidas y a cualquier aprovechado.

         En la actualidad alcaldes y concejales, presidentes de comunidad y de cualquier otra institución tienen las  manos libres para ponerse el sueldo, dietas, pluses, comisiones que les dé la gana, y así actúan, se matan por ocupar un cargo (hay quien dice que comprándolo) para mandar y cobrar buenos sueldos por no hacer nada. Los cambalaches realizados por los partidos políticos así lo confirman aunque le llaman “pactos de gobierno”.

         A los que hacíamos  política en aquellos tiempos  le llamaban algunos “vieja política” y a la de ahora “nueva política con un pretendido objeto de justificar la ineficacia, el gasto innecesario de dinero público, la corrupción…  La política ni es vieja ni es nueva, sólo existe una buena o mala política.

         Releyendo el “Príncipe” de Maquiavelo, en el capítulo XXI dice: “Ninguna cosa le granjea más estimación a un príncipe que las grandes empresa y las acciones raras y maravillosas”.  Nadie ignora que la clase política está pésimamente considerada.

         Si sustituimos  la palabra de Maquiavelo “príncipe” por políticos, la única forma que tienen estos de granjearse estimación sería que los sueldos que perciben  a cualquier nivel, que mensualmente los ingresaran en la Caja de la Seguridad Social, pues ellos son los responsables de la quiebra.

Todos sabemos que cuando una empresa es llevada a la quiebra por una mala administración de los Directivos, los accionistas exigen responsabilidades judicialmente al Presidente, Consejeros y responsables de la mala administración.

         Pues bien, yo considero a España- Empresa Nacional y como dice la Constitución en su  artº. 1º-2º. Que la soberanía Nacional reside en el pueblo, etc. pues soy un accionista entre los 47 millones de  de accionistas que formamos  a nuestra querida España. EMPRESA.

         Y considero que los diferentes gobiernos desde 1975, le han llevado a la “quiebra”, la Caja o mutualidad de los pensionistas que durante toda  la vida Laboral de cada pensionista,  estuvieron mensualmente pagando sus cuotas para percibir sus pensiones de conformidad  con la Ley del Subsidio de Vejez promulgada el 23 de septiembre de 1939. No es un regalo, lo pagaron ellos.

         Y cuando se  “recobre” la Caja de los pensionistas, continúen ingresando sus sueldos al Banco de España, para que éste pague y nos libere a los Españoles de la deuda del BILLÓN doscientos mil euros que informa la prensa que adeudamos los españoles a la Banca Internacional.

         Y si los políticos no quieren trabajar sin sueldos, que se vayan a sus casas y con las cantidades Presupuestadas en todos los Estamentos Oficiales para haberes y otros emolumentos se ingresen en el Banco de España, hasta saldar las deudas.

         Y si los políticos se ponen “altaneros”, su Majestad el Rey de conformidad con la Constitución actúe, y si hay que aplicar el artículo 8º que lo aplique, y con las formalidades que la Ley exija, se nombre en cada Corporación pública del pueblo español, un “consejo de personas mayores –hombres y mujeres, a ser jubilados pensionistas, (para que nadie se le ocurra de pedir complementos de sueldo, ya que la situación sería de “Emergencia” y para los representantes europeos hay grandes políticos que están en la situación de Jubilados, y trabajarían bien para España. (Se evitarían corrupciones, etc).

            JOSÉ ANTONIO BUSTOS FERNÁNDEZ

0 thoughts on “LA NUEVA POLÍTICA

  1. Felicidaedes don antonio por este articulo de reflexion para muchos y son verdades porque es cierto que con tanto pacto y adedo la mayoria vamos por mal camino .muchas veces no sabemoslo que queremos pero se incita a llevar la contraria por rebeldia o por ignorancia y odio mucho odio del pasado que no va a solucionar problemas si vivieramos con el presente no ocurririan estas cosas .lo dicho muy bien explicado todo señor bustos .un saludo y haber quien arregla la madeja .todo mi aprecio .

  2. El Sr. Bustos, que fué un caballero de la política, nos hace una descripción pormenorizada y acertada del preocupante estado de la cosa pública. Recomendable artículo.

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