La muñeca “BIBONA” – A TODA COSTA

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El pálpito de las noches previas al día de “Reyes” se notaba próximo

Las calles rebosan de gente entregada a la sociedad de consumo. Las luces del centro de la ciudad resplandecen con un fulgor inusual y los escaparates están más repletos y opulentos que el resto del año

El rugir de los motores, la impertinencia del claxon de un conductor nervioso, las escandalosas puertas de los autobuses, conformaban el bullicio urbano que se filtraba por plazuelas, esquinas y recodos.

Un paseante poco habitual del centro de la urbe, pateaba aquella zona con deportivas desgastadas y su vaquero raído.

Llevaba de la mano a una niña de seis años. Su hija.

Ante un escaparate detuvieron su recorrido para ver a la muñeca “BIBONA” – a la cría le temblaban las manos de gozo -, su padre lo percibió.

Era la misma “BIBONA”, que ella veía por la televisión una y otra vez en los “spots” publicitarios.

La que lloraba si le apretabas la barriguita o sonreía al oprimirle la nariz. ¡Estaba allí! con su rostro invariable y en sus mejillas un exultante rojo carmesí.

Tirando del brazo de su padre lo arrastró al interior de la tienda, preguntaron el precio, ¡Era cara la endiablada muñeca!, tenía que pagarse el marketing.

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Le enseñaron otras mucho más económicas que hacían lo mismo y también pipí y hasta se les podía peinar su dorado cabello de fibra.

Pero claro no era la “BIBONA” de la “tele”.

La niña tajante rechazó cualquier otra y el padre tuvo que prometerle que los “Reyes Magos de Oriente” se la traerían en la noche del cinco al seis de enero.

La economía de la familia era modesta y la actual crisis y paro laboral también les había arañado, el padre empezó a odiar la tele. ¿Por qué gastar tanto por esa muñeca, si las otras costaban menos?

Cabalgata de Reyes, calles repletas de un gentío colosal, carrozas, pajes, luz, colorido, unos caramelos caen cerca la niña, se inclina a recogerlos, levanta la cabeza y ve cerca a Melchor, luego a Gaspar y por último a Baltasar, estaban allí y traían muchos paquetes, se acostaría pronto, dormiría tranquila, había puesto su calzado en el balcón y los Reyes eran muy buenos.

*  *  *  *  *

Sobre los zapatos de la pequeña un gran paquete: dentro “BIBONA”. Unos ojos como platos en la cría. En otros ojos, un tenue velo producido por unas incipientes lágrimas de emoción.

La publicidad machacona, el consumismo, seguirá año tras año su camino y los padres continuarán siendo padrazos a pesar de que en la mesa no tengan pavo relleno, ni roscón, solo sopa de sobre y sucedáneo de turrón.

Francisco Ponce Carrasco

0 thoughts on “La muñeca “BIBONA” – A TODA COSTA

  1. Es un día de ilusión para todos, pero para los críos es mágico y de una ilusión maravillosa, las muñecas de antes tan bonitas ya ni existen, ¡¡hasta las muñecas saben más que nosotros!!

    Gracias por compartirlo Francisco:)

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