La educación para la salud. 14 de noviembre, día Mundial de la Diabetes.
Dra. Toñy Castillo
La educación para la salud es algo más que educación de supervivencia.
Al hablar de educación deberíamos abarcar no solo contextos cognitivos, … Culturales, … Formativos…. Quizás, si hablamos de educar, deberíamos de hablar, de ayudar a caminar por la vida.
De esta manera, el término educación, quedaría enmarcado dentro de la formación global que toda persona va adquiriendo a lo largo de su existencia.
Hoy desearía hablar de educación para la salud, o quizás, educación para este camino donde pedagogía y sanidad se unen para conseguir la interacción necesaria cuando problemas de no salud no nos dejan indiferentes.
Tener salud parece que es un hecho dado, de modo que no le damos el valor que le correspondería en la escala primera de nuestra existencia. Vivimos el día a día sin reflexionar sobre aquellas cosas que nos ayudaran a andar seguros y nos darán la energía necesaria para hacer que nuestros días sean días más normalizados.
En la actualidad mi función docente como profesora en un hospital, me pone cada mañana en situaciones donde la necesidad pedagógica en el ámbito de la salud, está no solo patente, sino que condiciona de manera clara nuestras actuaciones.
Tenemos que pensar que: Un hospital es: un mundo de emociones y respuestas delante de situaciones, de estrés, de tensión, … La indefensión del niño/a delante de sus miedos ha de comportar tratamientos de choque afectivo y de respuestas sanitario-docentes que ayude a su mejora en general. La asistencia pediátrica en un hospital tiene como finalidad la curación del niño/a o joven en fase de sufrir la enfermedad y al mismo tiempo, ponerlo en situación de realizar una vida normal. La hospitalización comporta en el paciente más joven un cambio brusco en su ambiente y es necesario buscar recursos para facilitar la adaptación a la nueva situación.
La educación es el pilar donde se interiorizaran los aprendizajes significativos y estos vendrán condicionados por la actitud delante del proceso. Las personas transportamos todas aquellas informaciones que consideramos importante en nuestro hacer cotidiano y ellas se aplicarán o no, en función de nuestro sistema de necesidades.
Hoy deseo centrarme en la Educación Diabetológica, como primera necesidad para todas aquellas personas que padecen esta condición y en el hecho educativo, como base de normalización.
La diabetes tipo 1, también conocida como diabetes juvenil o insulinodependiente, se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en sangre debido a un déficit en la producción de insulina. Las personas sin diabetes fabrican su propia insulina y las personas con diabetes tipos 1 se lo han de aportar, en mayor o menor cantidad.
La diabetes no impide que el niño/a realice las actividades propias de su edad, a pesar de que hay que tener en cuenta su condición de vida. A todos los efectos, los niños con diabetes tienen que poder participar en las mismas actividades que el resto de compañeros y compañeras. Es importante tener la condición crónica, el niño/a o joven controlada pero sin sobreproteciones innecesarias y sin limitar su autonomía.
Educar en salud, es la esencia del tratamiento terapéutico de la diabetes. No hay bastante con introducir alimentaciones equilibradas, comentar a la persona afectada la necesidad del ejercicio físico y los fármacos: es necesario, educar al niño o niña sobre su condición y motivarle porque adquiera protagonismo sobre el autocuidado.
Dada la casuística de la diabetes, el éxito de una situación normalizada, está en el seguimiento de todas las indicaciones expuestas por los profesionales especialistas y del apoyo de todas las personas que forman parte de la vida del niño y niña y evidentemente, el entorno escolar.
Al hablar de diabetes tomaremos en consideración que es en primer lugar una condición de vida crónica, en la cual las personas han de conocer técnicas que van desde el autocontrol a la dieta alimenticia, desde el manejo de fármacos a la auto inyección sin obviar los aspectos de higiene, entre otros.
Una buena educación para la salud nos ha de comportar un mayor bienestar no solo físico, sino que derivará a una mejora anímica en general. Este punto es importante remarcarlo, pues considero que aspectos sanitarios trabajados desde una visión pedagógica donde la afectividad, forme parte juntamente con el conocimiento y la empatía, ayuda no solo a afianzar bases de autoconocimiento, sino que me atrevería a decir que sentir bases de autoestima y este punto es el eje del proyecto del aula hospitalaria Dr. Antoni Cambrodí.
Os dejo Algunos materiales de Consulta:
El blog Diabetes y escuela… podréis encontrar gratuitamente mis materiales pedagógicos y formación en Educación Diabetología.
Que encontraréis en este Blog: