la Dra Toñy Castillo y el equipo del Aula Hospitalaria, conceden el Galardón en Reconocimiento a labor hacia los niños enfermos. Te concedo la Luna.

Comparte:
confM.Angels
Sra Mª Ángeles Molpeceres y Dra Toñy Castillo

 

El jueves día 18 se celebró el encuentro de los diversos profesionales que durante el curso escolar han colaborado con la Dra Toñy Castillo en el Aula Hospitalaria.   Durante la cena se entregó como ya es costumbre en estas fechas una “ Luna” , el Galardón distingue a la persona que a modo voluntario ha realizado una labor por los niños y niñas hospitalizados en el Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida que asistían al Aula Hospitalaria.

angel1

 En la presente edición la LUNA fue para la señora Mª Angeles Molpeceres, la persona de durante los dos últimos cursos ha llevado la música clásica a los pequeños. En el homenaje estuvieron prepresentados personas  e instituciones que aplaudieron la imposición de la merecida la luna  a la Sra. Molpeceres, otorgada por la Dra Castillo y colaboradores del aula e   impuesta por la Señora Maite Montañes delegada de AFANOc ( Asociación de Familias y Amigos de los Niños Oncológicos de Cataluña) 

 ¿  Pero que es el Aula Hospitalaria…?  ¿ Que función tiene un colegio y un Instituto en un Hospital…?

 clasica1

Calidad asistencial: Pedagogía hospitalaria como proceso de salud y bienestar.

“La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.” OMS

foto maleta
Llenemos de vida la estancia de los niños en el Hospital. La dra castillo y Marta vila colaboradora que realizó una maleta para la fiesta de AFANOC

La sociedad cada vez reclama al sistema sanitario más agilidad, mayor bienestar y mejor trato personal. En definitiva, más calidad asistencial. “En los últimos años, se ha producido una serie de cambios en la sociedad que están influyendo directamente en el sistema sanitario. La evolución del entorno socioeconómico y los retos que se plantea la medicina con la aparición de nuevas enfermedades, la variación en los modelos asistenciales, el envejecimiento de la población y la aparición de nuevas tecnologías médicas están modificando la estructura sanitaria de los países desarrollados”. Martínez-Ramos C. (2009). Para Alonso y otros (2006). La actividad pedagógica con niños enfermos en los hospitales no es reciente. Sin embargo, lo que hasta hace muchos años se venía haciendo a través de instancias con un marcado carácter caritativo-asistencial, poco a poco se ha ido convirtiendo en una nueva ciencia en el marco educativo y en una actividad profesional: la pedagogía hospitalaria.  Afirmando  que: “para algunos, la pedagogía hospitalaria constituye una modalidad de la pedagogía social, aunque su tarea se desarrolla fundamentalmente con niños, el hecho de que no se inscriba dentro de un contexto escolar y que frecuentemente se deba extender la acción a personas del entorno del sujeto, hace que su función se parezca más a la de un educador que trabaja en contextos sociales”. Sin embargo, para la mayor parte de los autores reviste las características de la educación especial, al entender que esta acción educativa en los hospitales es básicamente atención a la diversidad, en cuanto, enseñanza adaptada a las necesidades educativas especiales derivadas de la enfermedad y la hospitalización.

El concepto de pedagogía hospitalaria se enmarca en la atención educativa a niños hospitalizados o que requieran atención domiciliaria. Debido a su proceso de patología, esta disciplina ha supuesto para el niño en situación de enfermedad, el reconocimiento de la necesidad de un trabajo interdisciplinar que conlleve a la educación global. Polaino-Lorente (1990) describe la pedagogía hospitalaria como “Una pedagogía vitalizada, una pedagogía de la vida y para la vida”.  Su justificación abarcaría en paliar aquellos efectos de índole negativos que afectan al niño a nivel psicológico, educativo y social que pudiera ocasionar el ingreso hospitalario tanto para el niño como para su entorno familiar y social.” (Lizasoáin, 2000).argumenta que ha de esta dirigida a: 

 

Integrar Al niño ante de su nueva situación (enfermedad-hospitalización) y a su nuevo entorno (hospital).
Dar apoyo emocional Intentando paliar el posible déficit afectivo tanto del niño como de la familia.
Disminuir Los posibles efectos negativos originados por la hospitalización.
Animar Al niño a continuar con su labor educativa.
Propiciar El aprovechamiento del tiempo de ocio.
Reducir El déficit escolar.

 

Serradas (2002) defiende el hecho de que “la mayoría de los niños que ingresan en un hospital están escolarizados. La escuela, junto con la familia, constituye el medio natural donde ellos se desenvuelven. Y la escolarización es la tarea primordial a desarrollar como medio específico de formación, desarrollo y socialización. A primera vista, la idea que surge es de desconexión, separación de su ambiente de convivencia cotidiana, paréntesis en la formación educativa; en definitiva, nos asalta ineludiblemente la imagen de un niño convaleciente en una cama esperando, sin más, a que su salud le permita reorganizar su vida en todos los aspectos”.

Los autores Guillén y Mejía (2002) hacen referencia a la importancia que tienen los profesores de las aulas hospitalarias y, consecuentemente, a sus funciones:

  • Educativa: procurando dar continuidad al proceso educativo escolar de los alumnos convalecientes
  • Compensadora: se desarrollarán acciones de carácter compensatorio en relación con la especial situación de la vida escolar del niño hospitalizado.
  • Preventiva: procurando paliar el posible retraso escolar provocado por la interrupción temporal del currículum.
  • Terapéutica: esforzándose en combatir el síndrome hospitalario y desviando la preocupación en torno a las enfermedades hacia actividades escolares y facilitando vías de comunicación que posibiliten un mayor ajuste de su trabajo.
  • Normalizadora: se intentará serenar la situación hospitalaria con respecto a la vida del niño fuera del hospital, introduciendo las actividades escolares en el proceso hospitalario.
  • Integradora: fomentando un ambiente relajado donde impere la buena convivencia, al margen de su procedencia, edad y enfermedad, entre otras.
  • De coordinación: se realiza a través de dos niveles. La coordinación interna se lleva a cabo entre los maestros que atienden a los niños ingresados en un mismo centro hospitalario, con el personal sanitario y con la familia. La coordinación externa es el otro nivel, y se refiere a las relaciones que los maestros deben establecer de modo permanente con la inspección de educación, con los profesores de otras aulas hospitalarias, con los tutores de los centros de origen, los centros de educación, entidades…
  • Igualmente debe aprovecharse la estancia en el marco hospitalario para introducirle en actividades de higiene y educación sanitaria.

 

Barrueco y otros (1997) señalan que se debe “compensar el posible retraso académico; ocupar el tiempo libre; promover la independencia y confianza del niño en el medio hospitalario; compartir las preocupaciones y los problemas de los niños, animándoles para que tengan una actitud positiva hacia la enfermedad; mejorar su estabilidad psíquica ante situaciones delicadas referidas a la ansiedad y al miedo ante determinadas pruebas por las que tienen que pasar, a la inquietud por conocer si se van a curar pronto, al desconocimiento del tiempo de ingreso y a la preocupación -sobre todo- por estar solos y que sus padres no estén con ellos; y, finalmente, prestar un importante apoyo emocional a los niños y a los padres”. También deben conocer formas de actuación y técnicas psicológicas que faciliten el contacto con los niños ingresados y con sus padres, ayudándoles tanto a superar el hecho de haber ingresado en un hospital como a conocer la patología que padecen y sus características.

La atención educativa y afectiva de los niños, durante el tiempo de hospitalización, debe tener en cuenta la tarea compartida por los docentes que intervienen en las aulas hospitalarias y las familias, por lo que la comunicación en cuanto al alcance de la enfermedad, las implicaciones para el desarrollo educativo y las posibilidades de colaboración de la familia en el proceso de recuperación será un objetivo a desarrollar. W.G. Bakehouse (2000): “Es esencial que médicos, enfermeras, terapeutas y profesores mantengan una comunicación constante”.

  • La interacción alumno-profesor y alumno-alumno es esencial para que se produzcan la construcción de aprendizajes significativos y la adquisición de contenidos de claro componente cultural y social.
  • Tener en cuenta las peculiaridades de cada niño y los ritmos de aprendizaje de cada uno para adaptar los métodos y recursos a las diferentes situaciones, aplicándolos a las nuevas propuestas de trabajo en actuaciones de sus vidas cotidianas.
  • Proporcionar continuamente información al alumno sobre el momento del proceso de aprendizaje en el que se encuentra, clarificando los objetivos por conseguir, haciéndole tomar conciencia de sus posibilidades, de las dificultades por superar y proporcionando la construcción de estrategias de aprendizaje motivadoras.
  • Impulsar las relaciones entre iguales, ofreciendo pautas que permitan la confrontación y modificación de puntos de vista, la coordinación de intereses, la toma de decisiones colectivas, la ayuda mutua y la superación de conflictos mediante el diálogo y la cooperación, para de esta manera poder guiar en el marco educativo a la persona ingresada en un centro hospitalario. Si un niño se siente bloqueado o en estado de parada, por la situación derivada de su ingreso o patología, la valoración significativa de un pequeño avance es el motor generalizador de nuevas puestas en marcha.

 

 Junto al niño siempre hay una familia o grupo de relación. “Al atender por lo tanto a un niño enfermo es imprescindible incluir a su familia en el proceso, puesto que ésta influye en gran medida en la evolución u obstaculización de la enfermedad” Attie-Aceves, (1995). El contacto docente-familias será continuo y sistemático a lo largo de todo el proceso de hospitalización, comunicando a los padres el proceso educativo que sigue su hijo. Para ello se aconseja que el contacto con la familia del alumno se lleve a cabo durante los primeros días de ingreso para concretar horarios de atención educativa y todo lo relacionado con la organización y funcionamiento del aula: la flexibilidad de atención, dependiendo de la valoración del progreso de su patología y aquellos servicios que pueda derivar la misma y, en caso de larga enfermedad, se ha de informar de la tramitación de solicitudes para recibir atención domiciliaria de ser necesario. 

La participación de los padres o hermanos en las actividades del aula ayudan al alumno a vivir su situación en un entorno cotidiano, que contribuye a una mejora de su estado emocional. También pueden organizarse actividades protagonizadas por los padres o algún otro familiar a partir de las propias habilidades y experiencias, por ejemplo, talleres, trabajo por rincones…

Otra manera de apoyar a las familias durante estos momentos delicados es a través de la exposición de materiales y trabajos de los alumnos hechos en la escuela en diferentes espacios del hospital, como en los pasillos y las habitaciones, que transmitan mensajes de ayuda, apoyo y que inviten a la reflexión, a la  espera de resultados, pruebas o intervenciones. Según Lizasoáin (2000), “las tareas en torno al tratamiento de la enfermedad y cuidado del niño enfermo se convierten así en vehículo para el cambio de conducta entre los miembros de la familia”.

Coordinación con el equipo médico y personal sanitario, adaptando la intervención educativa a las directrices de evolución de la patología y actuando de manera coordinada con el equipo multidisciplinar.

El proceso de atención educativa siempre está en función del tratamiento dado al alumno y a las necesidades individuales derivadas de la patología, por lo tanto, la coordinación con el área sanitaria se hace absolutamente indispensable para conocer la situación diaria que presenta el alumno, ya que de ello derivará el tipo de intervención a realizar con él y el espacio a utilizar para el desempeño de la misma.

  • Es muy frecuente que una vez que los niños son dados de alta en el hospital, continúen la convalecencia en su domicilio. En el caso de permanecer en casa por periodos largos, su atención educativa pasa a manos del profesorado de atención domiciliaria; ello hará necesario una buena coordinación entre los docentes del hospital y los de atención educativa en el domicilio.

En la medida de lo posible, se procura que el niño realice las mismas actividades que el resto de sus compañeros, siendo su referente el currículum ordinario del grupo donde se encuentra escolarizado, lo que facilitará su posterior integración o escolarización, cuando pueda volver a clase. Por todo ello es necesaria la coordinación sistemática de los sujetos que intervienen en el proceso con la finalidad de ofrecer un tratamiento integral al niño hospitalizado.

Las aulas hospitalarias son unidades docentes ubicadas en un centro hospitalario, de ámbito educativo, y en las que se favorece el seguimiento del itinerario del alumno en régimen de ingreso hospitalario que, a causa de una situación de enfermedad, no puede asistir a su centro ordinario debido a su patología y el grado de manifestación de ella. Los alumnos continúan escolarizados en su centro de procedencia mientras siguen temporalmente su proceso educativo en el aula hospitalaria. El niño en régimen de hospitalización tiene unas necesidades básicas que desarrollar, por lo tanto le asiste el derecho a la educación y a la disponibilidad de maestros y medios que guíen su proceso de aprendizaje y colaboren en el desarrollo armónico de su personalidad. Es evidente que la mayor parte de los niños hospitalizados requieren una atención educativa especial y especializada, independientemente del tratamiento médico recibido Palomo del Blanco (1992).

  El término “aula hospitalaria” tiene connotaciones, en la mayoría de las veces, físicas, ya que hace referencia a la ubicación del recurso dentro del hospital, tomando por espacio el lugar donde se desarrolla la actividad, ya sea la propia sala dedicada a las actividades docentes específicas como a la atención en habitaciones para todos aquellos niños en edad escolar obligatoria, que debido a su patología no pueden asistir a la clase del hospital y reciben atención educativa en la habitación o en cámaras de aislamiento.

  • Compensando las deficiencias derivadas de una situación de enfermedad. Facilitando la integración escolar.
  • Evitando la marginación escolar y social.
  • Disminuyendo el estrés del niño.

En relación a este último punto, la enfermedad puede provocar estrés en el niño y en las funciones psicológicas que suscita la patología, que influyen en el curso de la misma.

 La atención educativa de los niños hospitalizados se realizará, considerando al niño de modo integral, estimulando y favoreciendo su desarrollo físico, afectivo, intelectual y social. Otra finalidad de estas actuaciones será la de procurar paliar el retraso escolar que ocasiona la prolongada hospitalización y la convalecencia.

 A continuación se exponen los objetivos básicos que según García deben contemplarse en las aulas hospitalarias:

A nivel Pedagógico

  • Continuar, siempre que las condiciones de salud lo permitan, el currículo establecido con carácter general en el nivel correspondiente a cada niño hospitalizado, realizando en cada caso las oportunas modificaciones.
  • Fomentar la conciencia de responsabilidad mediante el desarrollo de una programación individual adaptada, teniendo como referente la del curso del alumno convaleciente, que será proporcionada por su tutor.
  • Paliar el retraso escolar en las áreas curriculares ocasionado por la ausencia del centro durante el tiempo de hospitalización a través de la continuidad de las actividades escolares.
  • Crear una situación de continuidad en su proceso educativo mediante la coordinación entre los diferentes profesionales que entran en contacto con el niño.
  • Elaborar programas flexibles e individualizados, tomando como punto de partida los intereses del niño. Establecer las medidas necesarias para que cada niño pierda lo menos posible el contacto con sus compañeros, tutor, centro, amigos.
  • Estimular y potenciar, intentando mantener viva la inquietud por aprender, y ejercitar el hábito del trabajo.
  • Favorecer la ocupación constructiva del tiempo libre mediante actividades estructuradas que contribuyan al desarrollo integral del niño.
  • Promover el proceso de comunicación entre el centro de origen y el entorno del niño mediante el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.
  • Facilitar la integración del niño en su nivel de escolarización en el momento en el que se produzca el final de su hospitalización, afianzando su seguridad y su autocontrol a través del proceso educativo desarrollado en el hospital.

A nivel Psicológico

  • Contribuir a disminuir las vivencias negativas de ansiedad y angustia que el niño experimenta en su proceso de hospitalización.
  • Dar información adecuada y contrastada. Respondiendo a las inquietudes e interés del niño, se han de aclarar, con un lenguaje sencillo, todas aquellas dudas que se puedan plantear acerca de su patología.
  • Conseguir mediante las áreas curriculares que el niño sea capaz de valorar y situar correctamente las dimensiones reales de su enfermedad, evitando que se produzcan procesos de angustia y aislamiento.
  • Dar un carácter positivo y un contenido formativo al tiempo libre y de ocio en el hospital, programándose junto a otras personas que se incorporen a esta acción, actividades de ocio de carácter educativo.
  • Diseñar y desarrollar actividades de carácter formal e informar que colaboren en ofrecer una atención educativa al niño hospitalizado, en procura de mejorar su estado en el aspecto psico-afectivo.
  • Organizar actividades terapéuticas y específicas en casos concretos.

A nivel Participativo

  • Fomentar un ambiente de humanización en el hospital, basado en relaciones de confianza y seguridad.
  • Crear y dar origen a distintas situaciones de relación, tanto en el aula como en la planta, que favorezcan las relaciones interpersonales entre distintos niños ingresados en el centro hospitalario.
  • Estimular la participación de otras entidades o grupos organizados en la atención de los niños hospitalizados.

Un nuevo curso concluye en el hospital pero ya estamos iniciando con ilusiones renovadas las actividades próximas

  Dra Toñy Castillo Directora Aula Dr. Antoni Cambrodí Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida

Deja un comentario