iNO TE RINDAS POR FAVOR!

Comparte:

Cuanto más leo sobre la vida en el último tramo de nuestro lento caminar hacia la meta definitiva, más me afianzo en la creencia y filosofía que pregonó Mario Benedetti, “No te rindas por favor, ¡aunque el fin azote!”.

Las personas, es sabido que somos un animal de costumbres y rutinas, rutinas y costumbres arraigadas en nuestro diario quehacer y que se afianzan y aumentan en nuestra esperada jubilación.

Con la jubilación nos llega bruscamente un cambio importante de nuestro diario desarrollo de actividad. Cambia nuestra labor y nuestra vida familiar radicalmente. De pronto nos encontramos en nuestro hogar, invadiendo pasivamente un espacio que estaba muy acotado por el ama de casa, y en ese escenario tenemos un limitado protagonismo.

Hay un periodo de adaptación que puede ser más o menos largo, según la capacidad de reacción de ambos cónyuges y la voluntad y el empeño que se ponga en ello.

“La vejez es la pérdida de curiosidad”.

Conozco casos en donde a partir de la jubilación se emprende un sinfín de actividades, precipitadamente que van declinando poco a poco, al descubrir que no era lo que les satisfacía.

iY se rinden! Renuncian con cierta precipitación, volviendo a una rutina opaca y cansina. No prueban en otros campos y actividades. Vuelven a la inoperancia y al ordinario desorden organizado de costumbres y vida cómoda, de periódico, café, televisión, comidas familiares y tertulia, olvidando que la vida está ahí, delante de nosotros, dispuesta a darnos parte de lo que le pidamos y podamos ejecutar, de acuerdo con nuestra salud y capacidad.

Hay que seguir “pensando en pensar lo que piensas, lo fundamental es escuchar y manejar la voz de tu pensamiento”. Y ejecutar los pensamientos, proyectos, actividades que nos ocupen y nos proporcionen satisfacción y conocimiento.

¡Nunca es tarde para aprender! Comparte con los más jóvenes y activos y hasta de imitarlos y hasta superarlos. Descubrirás que tienes unas capacidades por explotar que no conocías y que están ahí. Prueba la satisfacción de ¡Yo lo he hecho!

Perdemos capacidades, eso es cierto, pero el ritmo de pérdida de estas fuerzas físicas e intelectuales va de acuerdo con nuestra voluntad de conservarías.

Por mis actividades participativas en este periodo dorado de mi tardía jubilación, conozco casos verdaderamente sorprendentes de desarrollo de facultades a muy avanzada edad.

“Busca amigos. Tomate tiempo”.

Tomate tiempo. Piensa, escoge y selecciona las actividades que vas a emprender, ¡No te rindas a los primeros intentos! Compagina gustos, descanso y ocupación. Sácale provecho al regalo del tiempo.

¡No quemes el tiempo! El tiempo es la vida.

Las personas que conozco más satisfechas con su jubilación, son las que tienen su tiempo ocupado y no me refiero solo a los que tienen la santa obligación de atender a los nietos, que esto es primordial.

Pero también nosotros tenemos derecho a disponer de tiempo libre para nuestros bien ganados tiempos lúdicos.

¡Que cada mañana sea distinta y agradable, además de ocupada! Descubre todas tus posibilidades. Te asombrarás de lo que puede hacer un jubilado.

José María Gutiérrez

Deja un comentario