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Libro: INERCIA (Sin manual de instrucciones)

Lugar: Cuarto Real de Santo Domingo (Granada)

Fecha: 3 de abril de 2018

Editorial: ESDRÚJULA EDICIONES

Motivo: Presentación del mismo, cuyo “PROLOGO”, obra del Profesor-Cantaor Alfredo   Arrebola, dice así:

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    El hombre es un ser que por naturaleza quiere saber qué sentido tiene la vida y qué sentido guardan las cosas entre sí. El hombre, por ser hombre, por tener conciencia, es un animal enfermo. La conciencia, históricamente analizada, es una enfermedad. Sabemos que ha habido hombres de carne y hueso que han padecido de esa inquietud metafísica: San Agustín, Blas Pascal, René Descartes, Leopardi, Rousseau, Kierkegaard…; hombres cargados de “sabiduría” e inquietos filósofos y poetas que, según opinaba don Miguel de Unamuno (1864 – 1936), son hermanos gemelos, si es que no la misma cosa. “Y el hombre, esta cosa – decía el “agonizante peregrino de Dios” -, ¿es una cosa? Por absurdo que parezca la pregunta, hay quienes se la han propuesto”, cfr. “Del sentimiento trágico de la vida”, pág. 14 (Colección Austral. Madrid, 1967).

         Yo he tenido la inmensa suerte – ¡oh dichosa ocasión! – de ser invitado por mi gran amigo Francisco Beltrán Sánchez, Profesor-Poeta, para prologar su última producción   literaria, “INERCIA (Sin manual de instrucciones)”, y me ha sucedido – guardando las debidas distancias – lo mismo que al inmortal poeta Lope de Vega (1562 – 1635), cuando le pidieron que se atreviera a componer un soneto; pero, de seguro, yo no saldré tan airoso como “El Fénix de los ingenios”.

       “Prólogo” es vocablo griego que significa, etimológicamente, “en favor de…”, texto preliminar de un libro, escrito por el autor o por otra persona, que sirve de introducción a su lectura. El “Prólogo”, en el teatro griego, tuvo una gran importancia, y fue ya aprovechado por Eurípedes (486 -407 a. de J.C.). Aún mayor la tuvo entre los latinos, ya que por vivir en Roma miles de personas extranjeras resultaba imprescindible que un actor, antes de iniciarse la representación, se dirigiera al público “para situarle” en el sentido de la acción que seguiría inmediatamente.

       El Profesor- Poeta Francisco Beltrán, natural y vecino de Chauchina (Granada) nos ha ofrecido, tras muchas horas de profunda reflexión, una exquisita, lírica, personal y filosófica obra formada por 38 poemas – 1035 versos de “arte mayor y menor – un “magistral epílogo” más las “Notas del autor”. Precisamente, benévolo   lector, debo decir que han sido las palabras del “Epílogo: Mouvements” las que me han llevado a analizar “INERCIA” desde la perspectiva poético-filosófica: “…. Empeñados en la vida o vivimos en continuo movimiento o dormimos en un tránsito anodino de la inercia de ese impulso germinal”, cfr. pág. 72. En este sentido, el filósofo y escritor Henry Bergson (1859 -1941) nos dejó dicho que “… La vida es un proceso de perenne creación, que no adopta dos veces una misma fisonomía, sin ninguna división de partes y continuo flujo de donde nada existe”, cfr. L`evolution créatrice”. Bergson, por su frecuente trato que tuvo con los filósofos, llegó a la conclusión de que el principal factor del conocimiento es la “intuición”, ya que, según él, la facultad intuitiva es la que despeja a la humanidad en el campo de la evolución. La duración verdadera, porción de nosotros mismos, es una creación continua. La vida, como la conciencia, es duración, movilidad, creación continua, libertad.

     “Es la historia – nos dice el poeta Paco Beltrán – la esencia en movimientos de lo íntimo que nos fluye en el relato de las fábulas y cuentos o en leyendas de novela a través de los espacios conjugados con el tiempo o que andan solitarios sin posible coordenada compartida. Es la historia lo contado con palabras y entre líneas en los filos que superan la conciencia sobre el hombre en su humana condición, que es por tanto “DONDE NACEN LOS SUEÑOS” una realidad que luchamos cada instante para que sea ese vuelo de latidos que habita nuestro pecho” (ibidem, 72).

      Vendrá, pues, bien traer aquí los versos del poeta gaditano José María Pemán (1897 – 1981):

LA VIDA QUE NO FLORECE

Y ES ESTERIL Y   ESCONDIDA,

ES VIDA QUE NO MERECE

EL SANTO NOMBRE DE VIDA.

  La “vida” es la constante e inmanente inquietud de este joven filósofo y poeta, aunque tal vez no haya pensado él en estos calificativos. Es serio, inquieto, vivencial y profundo “anzropos” para quien la vida, ¿es una repetición monótona, inexorable, de las mismas cosas con distintas apariencias, como se preguntaba José Martínez Ruiz “Azorín” (1873 – 1967) en “La ruta de don Quijote”, pág. 77 (Cátedra, 1984)?  La Antropología racional nos enseña que el “vivir humano” es un combate inacabable, sin premio, por ideales que posiblemente no veremos realizados; pero el “hombre” – la “res cogitans” de Descartes (1596 – 1650) o “credo, ergo sum” de Pascal (1623 – 1662) –  inexorablemente obra así. Esta perenne interrogativa dubitativa está clara y manifiesta en las setenta y seis páginas de “INERCIA” (Sin manual de instrucción).

    Puedo vanagloriarme, hasta cierto límite, de que conozco ampliamente al profesor, poeta y filósofo Beltrán Sánchez – aparte de mi sincera admiración – y afirmar, sin el más mínimo pudor, que Paco es ante todo “un temperamento lírico, un contemplativo de la belleza cósmica”; su facultad esencial reside precisamente en la “sensibilidad”, en la capacidad de percibir (“percipere” escolástico) el valor emotivo y poético de las cosas. Su espíritu “fino y delicado” le permite ver los más sutiles matices y destacar con arte – “non ficto” – el profundo sentido humano y -¡cómo no! – estético de un paisaje, un simple gesto, una amistad, una acción  del hombre en el cosmos que somos o que percibimos.

        No me duelen prendas, pues, en decir que Francisco Beltrán es un neopositivista moderno que lleva el análisis psicológico positivista a sus poemas, encarnación vivencial de su perenne e inmanente inquietud – “poesía” cobra aquí su verdadero sentido etimológico y semántico, “POIESIS”, idest, crear, hacer … -: nunca queda “quieto”, ni siquiera en un simple y efímero festival poético-musical. Lo sé por propia experiencia.  Y en sus versos (poemas) se revela el “yo concreto y personal”; no el yo de Fichte (1762 – 1814), sino el hombre Fichte, es decir, el profesor -poeta don Francisco Beltrán Sánchez. La memoria es la base de la personalidad individual, así como la tradición lo es de la personalidad de un pueblo. “La historia – escribe Paco Beltrán (ibidem, 75) se hace en nuestros pasos, “donde se vierte la vida” en susurros de rumores, donde vuelan los sentidos y el calor de insignes sentimientos, donde son ejemplo como espejos en los ojos que llevamos, las leyendas desde “lo que cuentan los muros” por su boca, hasta los oídos del mismísimo hielo”.

    El profesor docente y poeta sabe cuidar al máximo, y con armonía, estas dos formas en la composición poética. Sabe, conoce, los caminos ya viejos, y no menos lejanos, de cuantos grandes vates y escritores han jalonado la historia de la humanidad.

       Estas connotaciones hacen ser lo que es Francisco Beltrán Sánchez – “id quod est et non aliud” – en el complejo y enigmático campo literario, no tan asequible como algunos creen. Esto me impulsa a exhortar no sólo a los estudiantes – del ramo que sea -, sino a los mismos docentes a que pongan sus ojos y “expliquen” debidamente qué es “poesía”, a través de esta innovadora y sugerente obra del Profesor-Poeta Paco Beltrán: “INERCIA” (Sin manual de instrucciones).

 

                                                  Alfredo Arrebola, Doctor en Filosofía y Letras y

“Miembro de Honor” del Sindicato Nacional de Escritores Españoles.

Paco Beltrán Sánchez, autor de 'Inercia', mi tercer poemario (cuarto libro publicado), en el Cuarto Real de Santo Domingo 31/03/2018 FOTO: ANTONIO ARENAS
Paco Beltrán Sánchez, autor de ‘Inercia’, mi tercer poemario (cuarto libro publicado), en el Cuarto Real de Santo Domingo
31/03/2018
FOTO: ANTONIO ARENAS

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