Al Desnudo: Entrevista a la bailarina, escritora y poeta Soledad Durnes Casañal

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El día 3 de julio nos adentramos en la casa que Soledad Durnes comparte con su marido Thom en Torremolinos (Málaga), para hablar con una de las más carismáticas componentes del Proyecto de Cultura Granada Costa.

La primera pregunta es de recibo, ¿dónde naciste?

Nací en Zaragoza, tierra de la Pilarica, donde viví primero con mis hermanos, dos varones que ya han fallecido, y después en casa de mi abuela. Allí estuve hasta los 9 años. Entonces, mi padre, nos llevó a sus tres hijos para Barcelona.

El chalé de mi abuela era bastante grande, tenía 24 habitaciones y 6 cuartos de baño. Conviví en esta casa con mi abuela y dos tías. El edificio fue construido gracias al regalo del solar por parte de los hermanos Quintero a mi abuelo y gracias a que el pueblo de Zaragoza pagó la construcción peseta a peseta.

¿A qué se debe este regalo?

Se debe a que era un gran escritor aragonés muy querido por sus gentes y, de hecho, se le conoce como “el poeta aragonés”: Alberto Casañal Shakery.

¿Os fuisteis para Barcelona sin vuestra madre?

Solos. Mi sorpresa fue que no era para estar con mi padre, sino para meternos en un colegio internos.

¿Y esta separación a qué se debe?

Pues mi padre, que no tenía trabajo, se fue a Barcelona siguiendo las instrucciones de la señora que le tenía arrendada la vivienda y que le había prometido que allí obtendría uno. A mi madre la prometieron que le enviarían dinero, algo que tampoco sucedió… Ahí fue cuando empezó a trabajar mi padre como chófer de Antonio Amaya. En un principio vivimos en la casa de esta señora hasta que encontráramos algo mejor

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¿Y tu padre tuvo algún romance con esta señora?

Mi padre era muy Don Juan, como yo digo… Y podría haber de todo. Al final se casó con la hija menor de esta señora y así se convirtió en mi madrastra.

Podíamos decir que hubo dos romances, uno con la señora y después con su hija…

O tres, porque yo tengo una hermana por ahí que todavía no sé de quién es.

Cuando llegaste a Barcelona, ¿qué tiempo estuviste allí?

Otros 9 años. Y mi pregunta era: ¿Por qué, con lo bien que estaba en Zaragoza, me tuvieron que llevar a Barcelona? Porque no fue para vivir con mi padre, sino para meterme en un internado, que en aquella época eran auténticos correccionales.

¿Hasta qué edad estuviste en el colegio?

Primero estuve en un colegio de monjas y luego estuve en una Escuela Femenina de Educación que pertenecía al Gobierno. En total estuve hasta los 14 años, cuando mi padre me sacó para trabajar. De hecho, fue con 52 años cuando me saqué el graduado escolar.

¿Y qué tal fue la experiencia en el colegio de monjas?

Había algo que me llama mucho la atención al verlo en perspectiva, que es que nos ponían para merendar el pan con vino y azúcar. Sería para ponernos fuertes.

¿Y las otras comidas?

Pues el desayuno era muy poca cosa: te ponían un bollito con un vaso de leche en polvo. Del almuerzo y la cena no me acuerdo mucho, pero a medio día te ponían un plato y por la noche algo ligerito, como algo de fruta.

¿Eran muy duras las monjas?

Realmente a mí me querían mucho. De hecho, casi me meto a monja, porque en ese colegio tenía un mínimo de cariño, mientras que no tenía la vista de mi padre o mi madre, me habían dejado sin mi abuela, etc. Aquel lugar tenía un aire maternal pero muy triste: con esas habitaciones abarrotadas de camas, la soledad…

En esta época llegó la separación de mis padres. Calumniaron a mi madre sin ninguna necesidad, le echaron muchísima tierra encima y eso fue muy duro. La acusaron de haber abusado de sus hijos con otro matrimonio y eso era mentira. Todo esto se me quedó completamente grabado.

¿Cómo era el régimen de visitas en aquellos colegios?

Era muy estricto: no podíamos ver a nuestros padres en seis meses, y me pasé años sin verlos. A mí no me vino a ver nadie hasta que me pasaron al otro colegio.

¿En qué consistía el otro colegio?

El otro era una escuela de Señoritas, donde te enseñaban a bordar, a coser, a hacer trabajos manuales.

¿Era de pago?

No, era por la protección de menores. De aquí sí que tengo más anécdotas.

Cuéntanos.

En este colegio estuve trabajando de telefonista, que me colocaron por ser de las más avanzadas de la clase. Esto fue un divertimento para mí, aunque sí que me dieron una pequeña paga que me entregaron cuando me casé por primera vez.

En Navidad salíamos junto a un colegio de chicos a repartir los juguetes en los orfanatos de la zona. Yo fui tres años paje: dos de paje negro y uno de paje blanco. Había un chico en el otro colegio que siempre hacía de Rey Mago y fue mi primer noviete, yo tenía 14 y él 17. Realmente aquello se llamaba noviazgo, pero no era nada porque en aquel entonces no te podías coger la mano ni nada.

¿Algún beso?

Sí. Me acuerdo que cuando íbamos en el coche, al ir yo de paje negro y él de rey mago blanco, me robó un beso y se le pusieron los morros negros. Vamos, cogí y le di una torta, así que imagínate.

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Al salir de este segundo colegio con 14 años, ¿qué hiciste?

Me fui a una pensión con mis dos hermanos menores. Allí estuve unos dos años y conocí a un chico, 11 años mayor que yo, con el que empecé a salir. Claro, siempre salíamos con mis hermanos, porque entonces sola no podías ir a ningún lado. Tanto me quería, que cuando se enteró de lo dura que había sido mi vida, vino a Córdoba cuando me había mudado, con los papales del obispado para que nos casásemos… Y yo le dije que no.

En seguida llegamos a esa parte.

Sí, pues en estos años lo que hice fue trabajar en un puesto que me había buscado mi padre con una escritora, Ana María Caleras, esposa de un ingeniero de caminos, puertos y canales. Yo entré en el cuerpo de niñera, aunque a mí me trataban como a una niña más. En este trabajo cobraba también algún dinero, pero era mi padre el que se lo quedaba. En Palencia tenían una gran finca y aquí fue donde empecé a salir y hacer travesuras, como una vez que crucé el río Carrión a nado para coger unas mazorcas que estaban en la otra orilla y por poco me ahogo.

En otras ocasiones, en Palencia, teníamos unas caminatas de 20 kilómetros para llegar a los bailes. Y allí no había más que un burro con un tocadiscos, yo decía: “¿esto es todo?”

Nunca te faltó el trabajo

Para nada. De hecho, lo buscaba, sobre todo cuando me hice cargo de mi padre y mis dos hermanos, al mudarnos a Gavá. Allí me ocupaba de la casa e iba a trabajar a 20 kilómetros de distancia.

Ahí estabas con tu padre, ¿y tu madre?

No la veía ni sabía nada de ella. Porque cuando mi madre venía a Barcelona a vernos cuando éramos pequeños nos escondían en armarios para que no nos viésemos.

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¿Y hasta qué edad no volviste a ver a tu madre?

Hasta que me mudé a Córdoba con 18 años. Ella trabaja de cocinera en el ejército en la Comandancia Militar.

Cuando te viniste a Córdoba ¿os vinisteis tu padre, tus hermanos y tú?

No, me hicieron otra faena. Mi padre, de la noche a la mañana, me sacaron del trabajo y me dijo que me venía para Córdoba con su hermana. Me dieron un abrigo con un cinturón de los de aquella época y ale, para Córdoba, sin despedirme de mis hermanos ni de nadie en realidad.

Precisamente fue por el chico este que conocí, el cual tuvo una discusión con mi padre y me lo quisieron quitar de en medio. Me advirtieron que no se me ocurriera bajarme del tren ya que iba escoltada por la Guerra Civil. Pusieron a mi hermano en la siguiente estación para que vigilara si me bajaba del tren.

Realmente podría haberme bajado en cualquier sitio y haber hecho otra vida, pero no lo hice porque mi tía Lola tenía un buen puesto de trabajo y creía que podría prosperar junto a ella.

¿Cómo fue tu vida en Córdoba?

Vivíamos en una pensión que era de una amiga de mi tía, aunque después pasamos a una casa. En Córdoba vi el cielo abierto, porque me coloqué en el Servicio Nacional del Trigo, la Cámara Agraria, y allí estuve cinco años.

¿Cómo fue tu experiencia en este puesto?

Entré como auxiliar administrativa. Aprendí a escribir a máquina con un cartón en el que escribí las teclas de la máquina y pasaba las horas practicando. Me gané el puesto a pulso, desde luego. El sueldo que me pagaban los gestionada mi tía, y yo el dinero o lo recibía con cuentagotas.

Aun así, no nos privábamos de nada. Salíamos a los hoteles, bailábamos, que siempre me ha gustado… Y claro, ahí estaba mi tía de carabina con todos los novios que me eché en aquella época, chafándomelos todos, porque siempre tenía que salir con ella. Hubo uno, un joyero muy guapo y rico, que me dijo que, de casarse, sería conmigo, no con mi tía. Aun así, no estaba muy por la labor yo y, de hecho, una vez que me iban a nombrar miss de una caseta él se opuso… Finalmente fue él quien se cansó de salir con mi tía siempre que salía conmigo. También salí con varios futbolistas, estrellas…

En el trabajo llegaron también unas oposiciones, ¿no?

Sí, aunque ya mi tía me advirtió de que no me confiara porque podía haber chanchullos. Yo creo que hice perfectos, tanto el teórico como el mecánico, y sin embargo no me llegaban los resultados. Entonces, fui a preguntar y me dijeron que había repetido un reglón de máquina. Pedí el ejercicio para repasarlo, pero no me lo entregaron. Metieron a un chico que luego me enteré que estaba casado y tenía dos niñas y creo que por ello tuvo preferencia.

Te quedaste sin el puesto.

Sí, pero por mediación de la propia oficina, me colocaron en Abonos Ruiz. Ahí estuve de Secretaria de Organización hasta que me casé con 24 años.

Con 24 años ya eras una mujer hecha y derecha de aquella época.

Además, me pasaba que, con todos los novios, estaba mi tía de carabina. Al final nos hartamos los dos y nos casamos. Yo lo que quería era salir de las faldas de mi tía y después de un año de novios llegó el enlace. Realmente, amor no había, pero ya quería tener una vida, hijos…

¿Cuántos años estuvisteis casados?

Pues casi 20 años estuvimos casados. Por mis hijos no pedí la separación en varias ocasiones con anterioridad.

¿Qué motivos había para el divorcio?

Pues mi marido fue bastante egoísta en todos los aspectos. Yo intenté aguantar por mis hijos, aunque no sé si me mereció la pena. Él no quería hijos y yo sí, me sacó del trabajo (cobrando él el finiquito) porque decía que la mujer tenía que estar en su casa con el delantal.

Y eso no era lo tuyo.

No, para nada. Yo quería ver mundo, tenía mis propias aspiraciones… y sin embargo cada vez que yo proponía algo, él me lo echaba por tierra. el “NO” era continuo: yo no podía decir de que iba a hacer algo porque a todo le decía que no.

Era un hombre que iba solo a lo suyo. Yo me iba de vacaciones con mis hijos a Barcelona para que vieran a sus abuelos y sin embargo él se quedaba en Córdoba. Tenía a sus compadres con las salas de fiesta de alto standing con los lujos que ya os podéis imaginar… y él era más feliz ahí. Hasta que un día me dijeron: “¿Tú no sabes que tu marido es de ahí, del otro lado?”. Yo me olía algo, pero no me lo podía creer, al final ya me di cuenta de que era bisexual.

Nosotros siempre tuvimos una ferretería en la que trabajaba atrayendo clientela con ensaimadas y dulces sin traer nunca nada a casa. Eso sí, su cuartito de kilo de carne para él sólo siempre se lo traía. Me seguía viendo discriminada en todo y por todo… No veía la felicidad por ningún lado.

Y al separaros, ¿qué hicieron los niños? ¿Cómo os dividisteis?

Mi hija decidió quedarse con el padre y mi hijo conmigo. A mí el juez me designó la casa y allí me quedé luchando para salir adelante con mi hijo. Mi marido se fue a casa de su madre con mi hija. Al final, vendimos el piso y como tenía deudas nos quedó una miseria, 600 pesetas.

Yo me busqué la vida cuidando de la madre de la maestra de mi hijo y luego a otro señor mayor, que era demente. La hija de este señor era consejera de Banesto y fue la que me echó el cable para financiar la compra de un piso. Y me arriesgué.

¿Hasta cuándo estuviste viviendo en Córdoba?

Pues hasta el año 2000, que me vine aquí a Torremolinos.

En ese tiempo tuve una relación que duró aproximadamente ocho años, en la que me pareció todo fabuloso y que fueron los mejores años de mi vida. Encontré a un hombre que estaba separado y no tenía hijos. Precisamente, intentó a tratar a mi hijo como si fuera el suyo propio, pero conforme se iba haciendo mayor empezó a contestarle y… Se tuvo que acabar la relación. Él se cansaría, habría alguien de por medio… No lo sé.

Luego estuve trabajando en Asaja, en Córdoba, durante 5 años. Después, como digo, me vine a Torremolinos, dando la entrada de un piso y ya sin mi hijo, que había decidido buscarse la vida por su cuenta.

¿Cómo fue el traslado a Torremolinos?

Pues di de entrada 25.000 pesetas para un piso que valía cuatro millones y medio. Pero, al vender el de Córdoba por diez millones, pude comprarme dos: uno lo tenía para vivir y del otro comía. Al año y pico de estar aquí fue cuando conocí a Thom.

Entonces, en el año 2001 conoces a la que es tu tercera pareja, Thom.

Sí, y aquí seguimos 18 años después. Con Thom me he sentido y me siento muy agusto. Él siempre me ha dicho que haga lo que quiera y me apetezca. Aquí es cuando yo he empezado a subir: a escribir, leer, editar, bailar… A él lo enseñé a bailar y hemos participado en multitud de campeonatos de España y de Europa.

Lo conocí en unas vacaciones de verano que él se cogió, pero se tuvo que ir, aunque luego volvió. Lo más gracioso es que yo había hecho un curso acelerado de inglés de cinco meses, y si a mí me llegan a decir que me voy a casar con un inglés dos meses después de acabar el curso, no me lo creo ni harta de whisky. Aprendí lo más básico, y aquí en casa hablábamos como Tarzán y la mona Chita y aun hoy es así, porque él no ha aprendido español.

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Soledad y su marido Thom

En aquella época era cuando Torremolinos era capital europea del baile.

Además, nosotros hemos aprendido sin ninguna academia. Simplemente nos poníamos nuestra cinta de vídeo y tuvo la fuerza de voluntad de a los 15 días meterse en un campeonato. Él me decía que lo había tirado a un pozo sin fondo, pero es la única manera de meter la cabeza en el mundillo. Empezamos con cosas sencillitas, cogerme la espalda, etc. pero poco a poco fuimos avanzando. A partir de ahí estuvimos en muchísimos campeonatos, también con nuestros amigos Francelina y Claude.

Entonces, aparte de Torremolinos habéis visitado otras ciudades para participar en los concursos.

Claro, nosotros hemos sido campeones de Andalucía, de Cáceres, de Badajoz, de Barcelona, de Madrid, de Europa… Hemos visitado muchísimos sitios y aquí puedes ver los trofeos.

También vamos a hablar de tu faceta como escritora. ¿Cuántos libros tienes editados?

Pues 12 libros tengo editados.

¿Y cuándo empezaste a editarlos?

En 2009 edité Poesía Variada, que fue editado en Córdoba.

Participas en literatura y baile, pero también realizas labores sociales.

Así es, he sido Presidenta de una Asociación de mujeres del medio rural. Tuve la suerte de ir a la Casa Real a visitar a la reina con todas las presidentas de España.

Podemos decir que eres una mujer de perfil conservador en lo político, ya que esta asociación pertenecía a Alianza Popular.

Sí, te lo puedo decir con toda tranquilidad. Desde que estaba Fraga soy del Partido Popular, antes Alianza Popular, con mi carnet y todo.

Bien, en Torremolinos empezó tu trayectoria como bailarina, poeta, escritora…

Y rapsoda últimamente también.

En cuanto a esa Asociación de mujeres rural que mencionas, ¿sigue en activo?

No, ahora mismo no está en activo y no tiene representación. Yo tengo los estatutos (aunque me los quisieron usurpar), y por eso, ya que la Asociación no tiene fecha de caducidad, podría reanimarla en cualquier momento.

Y para ti, una mujer que realiza tantas actividades, ¿qué supuso el incorporarte al Proyecto Granada Costa?

Es algo que siempre he dicho: conocer el Proyecto de cultura Granada Costa fue como meterme en el ojo del huracán cultural. Cuando viniste a hablar de tu Proyecto a la Asociación de Escritores, una de las que formo parte, me llamó bastante la atención, en parte gracias a la gran intuición que tengo. Yo decía: “Aquí puedo hacer las cosas que me interesan y desarrollarme personalmente”

Llevas ya seis años dentro del Proyecto, ¿cuál es tu valoración en este periodo de tiempo?

La verdad es que estoy muy satisfecha, Pepe, no te lo digo porque estés tu delante. Estoy satisfecha porque he visto un reconocimiento que me hacía falta después de la dura vida que he tenido… Es mucho lo que he pasado y aquí me veo consiguiendo todo lo que quiero. De hecho, en mis poemas y portadas de mis libros se puede conocer parte de la historia de mi vida. Para mí fue una gran ilusión recibir la medalla de oro al Trabajo Cultural por parte de Granada Costa.

Todo lo que hemos hecho en ese Proyecto he intentado transmitírselo a otras personas. Creo que es una gran Asociación, una gran Fundación y una gran Academia. Veo que mucha gente se está perdiendo el poder evolucionar, por lo cual los invito a unirse.

En tu paso por Granada Costa, has aportado también mucho para el propio Proyecto. Aquel día que nos conocimos en el Pimpi yo hablaba de Granada Club Selección y como ya hemos dicho muchas veces, se hace camino al andar y esta Asociación ha pasado por muchos estadios y en ellos se han entregado varios reconocimientos… Sin embargo, tiene especial trascendencia la Medalla de Oro al Trabajo Cultural, que solo ha sido recibida por aquellas personas que publicaron algún libro con nuestra Editorial y que había participado en numerosas ocasiones en el periódico Granada Costa.

Agradezco muchísimo el recibir esta medalla que supuso un reconocimiento a mi actividad cultural. Para que otras personas pudieran sentir la misma satisfacción siempre he intentado atraerlas al Proyecto. También me gustaría recalcar que me he sentido siempre muy querida pues se han tenido siempre en cuenta mis opiniones, también para los temas importantes del Proyecto.

El pasado febrero también recibiste la medalla de oro de la Academia de las Ciencias, Bellas Artes y Buenas Letras Granada Costa. Y este mes de julio te hemos concedido el Premio Conde de Hubrite que supone un reconocimiento en forma de libro que se va a repartir gratuitamente a todos los asociados del periódico Granda Costa, y a todas aquellas instituciones públicas y privadas a las que el periódico llega.

Me siento muy halagada, es importante para mí difundir mi poesía.

En septiembre se realizará la gala en la que se entregarán estos reconocimientos de Conde de Hubrite. Este libro de Conde de Hubrite será el último por el momento, ¿de qué va a tratar?

Pues es un poemario en que ha cabido de todo, incluso política.

Como poeta, ¿realizas versos libres o estudias la métrica de tus poemas?

Hago ambas cosas, trabajo la poesía libre pero también estudio la métrica de forma autodidacta, porque me he preocupado de aprenderla.

Pero la mayoría de tu poesía es libre.

Sí, así es, aunque siempre intento que haya rima, que es lo más bonito que hay. Soy una persona a la que le gusta la sencillez de modo que cualquier persona que me lea me entienda, así que no soy muy rebuscada con las palabras.

En el baile también eres autodidacta, y del mismo modo has conseguido que un inglés aprenda de esta forma.

Precisamente estuvimos bailando pasodobles en los Corralones de Málaga porque nos llamó el Ayuntamiento expresamente. La verdad es que tuvimos un exitazo.

Has hecho de Thom todo un artista.

La verdad es que sí, porque hasta hace unos años vivíamos las experiencias muy unidos, pero yo a veces necesito mi espacio. Así que un día hará unos seis años le dije que empezara a pintar, que encontrara un hobby, aunque se lo dije medio en broma. ¡Y cuál fui mi sorpresa al verlo un par de días después que había cogido unos pinceles y se había puesto a pintar! Me cogió la idea el tío y, de hecho, al ver sus primeras creaciones lo alenté aún más porque vi que tenía madera de pintor. Por eso estuvo yendo a Cultura a aprender y muchos de los cuadros que adornan mi casa son de su autoría.

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Pintura realizada por Thom

Os habéis convertido en una pareja de artistas, con el baile, la poesía, la pintura…

Ahora estoy detrás de que le monten exposiciones a Thom, porque tengo muchísimo material y el que sigue produciendo.

Como en cualquier entrevista, se puede haber pasado algo, ¿hay algo que quieras añadir?

Realmente creo que la entrevista está muy bien, ha sido un buen repaso a mi vida. Sí que quiero decir que ahora mismo estoy muy satisfecha, especialmente gracias a Granada Costa, donde he encontrado un sitio en donde se me reconoce y se me valora, y donde puedo dejar un legado que mis hijos valoren en un futuro.

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PREGUNTAS TEST:

¿Te consideras una mujer adelantada para tu época?

Bastante.

¿A quién te gustaría tener como pareja de baile?

A mi marido.

¿A qué poeta te gustaría recitar?

A Alberti.

Un problema social que querrías ver resuelto.

Me gustaría que los políticos se pusieran de acuerdo para sacar adelante a España y no para llenarse los bolsillos.

Una profesión que te hubiera gustado ejercer.

Me hubiera gustado ser médico.

¿Te consideras una mujer soñadora o realista?

Yo muy soñadora, aunque también realista si la situación lo requiere.

¿Una fruta favorita?

La fresa.

¿Tu ciudad favorita?

Málaga.

¿Qué es lo que más te gusta de Málaga?

Me gusta todo, especialmente lo cultural que es. Valoro mucho a su Alcalde, Paco de la Torre.

¿Qué te gustaría hacer antes de morir?

Poder editar todo lo que tengo pendiente.

¿A quién consideras tu mejor amigo o amiga?

Imposible elegir uno: tengo muchísimos amigos que se preocupan por mí.

Carlos Álvaro Segura Venegas

Extraído de la entrevista que se hizo a Soledad

Durnes Casañal para la Televisión Granada Costa

0 thoughts on “Al Desnudo: Entrevista a la bailarina, escritora y poeta Soledad Durnes Casañal

  1. Felicidades Soledad por tu sincera entrevista. Con luces y sombras. Asi. la vida te ha forjado y hecho una gran mujer. Valiente, emprendedora, y sabiendo lo que quiere.
    Y con todas las facetas que ya conocemos. Mi enhorabuena.

  2. No se es mujer pirque se nace sino porque se hace camino al andar y yo encontré mi camino con la cultura y con el apoyo de Granada costa gracias al equipo y gracias a todas las amistades que suuempre me apoyasteis en todo siempre a lo largo de mi vida .os quiero.
    Soledad durnes casañal

  3. Felicidades amiga, dices lo que tienes en el corazón. Es mejor la sinceridad. Luchaste mucho, somos parecidas. Teniendo salud podrás escribir todo lo que te propongas. Además, ¡tienes el idioma! Eres una mujer valiente y todavía puedes seguir el camino, que Dios te dé suerte y sigas escribiendo y recitando muchos años, todavía tendrás muchos premios en Granada Costa. Tu amiga Francelina, te desea mucha suerte y salud, ¡un gran abrazo y un gran beso!

  4. Creo que tengo la suerte de ser muy querids por todas mis amistades y parte de mi familia y eso es lo que más me satisface yo estoy muy contenta de haber entrado en el camino de gransda costa y le doy las gracias por todo el apoyo conseguido oar mi ez oarte de mi familia y od quiero un montón gracias muchas gracia esoero que mus nuetS el día de mañana se sientan orgullosas de su abuela lo mismo que yo me siento orgullosa de mi abuelo Alberto casañal que me dejo los genes de la escritura fue un gran poeta.y aunque nollevue a conocerle lo llevo en mi corazón yo me crié con mi abuela su mujer.

  5. Tu, amiga Soledad has luchado mucho en la vida, pero ahora tienes lo que mas te gusta, ademas de un buen marido, ha Granada Costa, que te ofrece la posivilidad de que te reconosca muchisima gente que te quiere bien, como yo y mi Jose. Un fuerte abrazo amiga

    Marisi Moreau

  6. Lo más importante en la vida a parte de la salud es sentirse querida yo gracias a dios soy rica de cariño con todas mis amistades os quiero y soy feliz con mi trabajo por la cultura y por Granada costa

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