ENTREVISTA A JOSE MARÍA HERMOSO
Traer a estas páginas a un personaje tan importante como el entrevistado, es una satisfacción para mí porque me acerca de nuevo a una etapa inolvidable, cuando la Estación Experimental La Mayora inició su caminar abriendo un amplio cambio a la agricultura primigenia (tomate, patata, alcachofa, pimiento etc.) que por estos pagos de la Axarquía se adelantaba a los cultivos del resto de la península.
En aquel principio de La Mayora estaba ya Josemaría Hermoso con su peritaje a punto y trabajando a las órdenes del Dr. Wienberg, iniciándose con él en la novedosa agricultura que se preparaba con las variedades de fresón californiano, que tanta riqueza trajo a la zona; precisamente en una etapa en que las primorosas verduras eran amenazadas por los crecientes invernaderos de Almería y Canarias, capaces de producir tres cosechas e invadir por ello esa etapa de primor que la Axarquía disfrutaba.
A continuación, Wienberg encargó a Jose María Farré la creación del Departamento de Fruticultura al que se incorporó Hermoso de inmediato, y juntos, se decidieron por el “curioso” aguacate que ya en Almuñécar se venía produciendo. Sin pérdida de tiempo fueron ampliando el equipo y descubriendo nuevas técnicas de mejora que comunicaban sin demora a los primeros agricultores que se iniciaban en tan interesante cultivo tropical.
Merece reseñar, que Farré y Hermoso permanecieron trabajando juntos a lo largo de tantos años como estuvieron en La Mayora, hasta su jubilación, habiendo dejado una trayectoria brillante de trabajo y creatividad reconocida internacionalmente por sus numerosas y brillantes intervenciones.
Así es como JM Hermoso quemó satisfactoriamente su amplia etapa profesional como Ingeniero Técnico Agrícola al servicio de la investigación, como puede verse en el libro del que somos coautores titulado “Frutos Tropicales en la Costa Andaluza” que tuvo un notorio éxito, agotándose de inmediato.
Pero Jose María Hermoso tiene en su currículo algo que le define como pionero en todos los afanes tropicales, porque todavía como estudiante, se mojaba las botas de barro en las numerosas fincas que visitaba, acompañando a una clase inolvidable de técnicos que nunca debieron desaparecer, y que se nominaban por entonces “Servicio de Extensión Agraria”, compuesta por peritos emprendedores (Torrellas, García Faraco, Giardin, Cervantes y otros), que pusieron las primeras plantas tropicales en Almuñécar y Motril
-acompañando al chirimoyo que ya crecía desde muchos años antes- y quienes algo más tarde trabajaron también en la Axarquía.
A José María le conocían popularmente en La Mayora entre los técnicos, debido a su juventud, por el “nombre de guerra” Willy (recordando a Billy el niño. Conocí personalmente a Hermoso y todos estos pormenores que detallo, me vinieron de la mano del que fue director de La Mayora cuando cesó Wienberg, mi buen amigo y compañero de bachiller en los escolapios de Madrid, Antonio Gómez Barcina, que hasta entonces venía actuando como vicerrector.
Pero entre sus muchos valores profesionales tenidos y participados en numerosos viajes y diferentes países en los que Hermoso ha conferenciado como investigador y trabajado durante largas visitas y Congresos, tiene una característica que me permito señalar, y es su extraordinaria sencillez; su servicio desinteresado a quien a él se acerca preguntando cualquier tema relacionado con los tropicales. Y aún jubilado, sigue viajando y preocupándose por asistir a cualquier evento que surja, cerca o lejos de Andalucía, para colaborar en tantas iniciativas como le demandan. Y es que, Josemaría Hermoso es así, y no tiene solución.
Sentado junto a mí, y un poco incómodo porque no le gustan los protagonismos, iniciamos la entrevista y le pregunto:
—–Jose María, te has implicado con la Asociación de Tropicales, para desinteresadamente, atender técnicamente a los socios en aquello que precisaran saber sobre los cultivos. ¿De dónde sacas el tiempo?
No me lleva mucho tiempo. Colaboro con ellos en momentos puntuales. Me encanta estar siempre en contacto con el sector y de paso aportar, si puedo, mi pequeño granito de arena.
—– De tantos países visitados ¿con cuál de ellos te has identificado más, profesionalmente?
Sin lugar a dudas con Perú. Es el país fuera de España donde he trabajado de forma continuada el mayor tiempo que me ha sido posible. Y ha sido también donde tuve más contacto personal con los empresarios.
—–Si tuvieras que decidir una plantación personal, ¿por cuál de los tropicales apostarías?
¡Sin la menor duda por el aguacate!
—–Y si tuvieras que decidir entre el mango y aguacate en lo concerniente a su futuro económico, como inversión a medio o largo plazo, ¿con cual te quedarías?
Es una pregunta difícil de contestar. Salvo que me tocara una primitiva sería imposible que me embarcara en tal actividad. Pero si tuviera que aconsejar a una persona muy cercana, no lo dudaría, me decidiría por el aguacate. Es un cultivo que me apasiona
—–¿Crees que los buenos precios del aguacate se mantendrán mucho tiempo, con la locura desatada para aumentar los cultivos actuales, no solo en España sino en otros continentes y con China como peligroso productor?
No lo sé. Desconozco el funcionamiento de los mercados y las claves de las fluctuaciones de los precios. Visto desde fuera y como mero observador, estamos asistiendo a un momento en el que la demanda está muy por encima de la oferta y debemos preguntarnos ¿hasta cuándo va a durar esto? Por ello cabe pensar cual va a ser el papel de nuestro sector si bajan los precios en el ámbito mundial. Es momento de hacer una catarsis de las circunstancias y replantearse un nuevo modelo de comercialización.
—– Los estudiosos del lugar entre los que me encuentro, pensamos que en los próximos cuatro años aumentarán las producciones y el precio del cultivar Hass se venderá a la mitad del precio actual. ¿Cuál es tu opinión?
Dadas las características de nuestra zona productora, con unos precios carísimos de la tierra, una baja productividad, y unos jornales elevados que tenemos como desventaja, al mismo tiempo contamos con la gran ventaja que supone la cercanía a todos los mercados y con un sector muy profesionalizado, que nos permite producir un aguacate optimo, “gourmet o premium” que nos distinga de todo lo que llega procedente de otros países alejados, con la ventaja añadida además, de la escasa incidencia de productos fitosanitarios con los que nosotros producimos…
—–Jose María, te has quejado de la baja productividad que tenemos por aquí. ¿A qué se debe tan importante problema?
El marco de plantación tradicional que tenemos en la costa y tal vez por razones climáticas, no nos permite aumentar la producción por hectárea. Pero yo, que soy optimista por naturaleza, estimo que puede ser otra ventaja a nuestro favor, si sabemos aprovecharla. Disponemos anualmente de 60 a 70 mil toneladas de fruto que deberíamos repartir entre los seis meses que disponemos de enero a junio, para salir a los mercados con un aguacate especial que valorará el consumidor como ya lo viene haciendo por su extraordinaria calidad. Dejando el Hass reposar en el árbol hasta mediados de diciembre, ganará peso el fruto y evitará salir al mercado en el mes de octubre -como algunos vienen haciendo- con un aguacate inmaduro por falta de grasa que desprestigia nuestros cultivos.
—–¿Qué opinas de los cultivos intensivos con mil árboles por hectárea? ¿Crees en su futuro, o estimas que el marco tradicional de doscientos y pico árboles hectárea es el adecuado?
A mí personalmente, los marcos intensivos que se recomiendan actualmente no me gustan. En España con los reguladores de crecimiento prohibidos como tenemos, y una mano de obra carísima, habrá que comprobar su rentabilidad, con tantos gastos que precisan.
—–El aguacate está de moda. Son muchos los espontáneos que están surgiendo en la península y te pedirán consejo para cultivar aguacates en Santander, Asturias, Valencia etc. ¿Piensas que se equivocan, y que deben continuar con sus manzanas, tomates o cítricos?
Aunque se vienen haciendo plantaciones en varias provincias, yo creo que Huelva y alguna zona climática de la comunidad valenciana, son los que cumplen con las condiciones indispensables para este cultivo. Con el tiempo habrá una criba y se limitará a los lugares donde las plantaciones ofrezcan una rentabilidad.
—–Jose María, Marruecos está incrementando sus cultivos y disponen de tierra y agua abundante para no tener apuros. ¿Crees que serán nuestros competidores aventajados con mano de obra mucho más económica que la nuestra?
Marruecos ha sido siempre una incógnita. Porque se habla mucho, pero allí no tienen estadísticas fiables; se sabe poco y generalmente no cumplen con las exigentes normativas europeas. Es cierto que hay un interés por parte de grandes empresas fuera de Marruecos por plantar aguacates. Pero por lo que yo conozco de aquel país, su mayor desarrollo lo tiene de Kenitra a Larache y alguna otra zona del entorno; pero, tampoco es que sea una panacea ideal, ya que tienen bajas temperaturas algunos inviernos y altísimas en verano que no benefician su cultivo. Todos los que cultivamos Hass, sabemos lo sensible que es dicha variedad. Resulta suficiente con hacer una visita al país para comprobar que hay unas plantaciones ejemplares, bien orientadas, y una gran parte que no cumple los estándares mínimos para la exportación: pero el vecino país tiene la gran ventaja del consumo local, nada exigente con la calidad y la mayor parte de esa fruta se la comen ellos. Además, tienen allí muchas limitaciones de tipo social y mucha carencia alimentaria. No es un país que me quite el sueño. Me preocupan más otros países alejados como Perú y Colombia, con la tradicional garra frutera y mayores recursos. Tienen profesionales de gran altura, emprendedores, y con posibilidades de todo tipo y abundantes vías de transporte para acercar su fruta a Europa.
—– Hablemos un poco del mango Jose María: estamos limitados aquí a dos cultivares productivos como Osteen y Keitt, que ocupan el 80% de nuestras plantaciones. El cultivar Kent que es el mejor y consigue mayores precios no produce bien en nuestra costa; es muy alternante y no estamos satisfechos con su rendimiento. ¿Qué otras variedades aconsejarías tú de tantas como se cultivan en el mundo?
De entrada se me ocurre el Irwim, que es un fruto de altísima calidad. Es una variedad que reúne las mejores condiciones, pero exige que lo cultive un agricultor muy cuidadoso: que aproveche su bello color y lo coseche en varias sesiones para obtener su exquisito perfume y delicioso sabor. En la Mayora están estudiando alguna nueva variedad y cabe suponer que lleguen a descubrirla. De hecho, tienen localizado algún cultivar de coloración amarilla que puede encajar entre nuestros cultivos. Merece reseñar la labor de Trops enseñando al agricultor a recoger el mango y cuidando a la entrada en almacén, de vigilar cualquier defecto del fruto que pueda llegar con alguna imperfección.
—–En los últimos años se venían cambiando muchas plantaciones de aguacate por el cultivo del mango. Contrariamente ahora, y debido a los mejores precios que se obtienen, los nuevos cultivadores apuestan por el aguacate. ¿Por qué cultivo apostarías tú si tuvieras que hacer hoy una plantación de futuro?
Anteriormente ya he dicho que lo haría por el aguacate. Para mí, es una cuestión pasional más que económica. Y el mercado tiene cambios imprevisibles difíciles de explicar que se irán dilucidando en los próximos años. Espero y deseo que ambos frutos ofrezcan la rentabilidad necesaria.
—– Nuestro principal problema es la sequía. Tuvimos una terrible vivencia en el año 94/95 y pudimos recuperar los árboles después de dos años improductivos. La Viñuela nos salvó con sus primeras dotaciones y desde entonces, nos ha facilitado agua hasta el pasado año que empezó con los recortes. Josemaría, no eres adivino, ya lo sé. ¿Pero confías que seguiremos produciendo a pesar de tan graves sequías?
Evidentemente no soy adivino, pero soy suficientemente viejo para saber que recursos tenemos suficientes. Agua tenemos, pero no sé si esos recursos se están aplicando debidamente por parte de la administración; sea la Junta de Andalucía o Madrid a quien corresponde ayudar en tan gravísima situación. Hay que poner orden en el sector. Hay gente que está tirando el agua, mientras otros se vienen esforzando para tecnificar sus cultivos y reducir el consumo.
—–Viene al caso recordar, que en la sequía referida del año 94 teníamos una superficie total en la Axarquía de cuatro mil y pico hectáreas de aguacate, dentro de la cota 140 que el Plan Guaro censó y autorizó para el riego. Y hoy puede haber fuera de cota y regando, alrededor de 7.000 hectáreas más. ¿Será el incremento de plantaciones tropicales, más que la sequía en sí misma?
Si, en parte, porque un porcentaje importante ya estaban regando otros cultivos antes de la llegada del aguacate con agua procedente de pozos y en toda la vega había fincas en producción con diferentes cultivos…Por lo que convendría disponer de una política de trasvases entre cuencas, de forma que las cuencas deficitarias pudieran aprovechar lo sobrantes de otras.
—–Cerca de Torre del Mar, hay un vivero de Pitayas con diversas variedades, que buscan inversores. Hace más de treinta años que yo fracasé por su complicada polinización. ¿Has tenido tú mejores experiencias y confías que puede ser un cultivo alternativo para el futuro?
La verdad es que llevo años que no estoy muy relacionado con este cultivo. Es una alternativa más para la zona, pero yo aconsejaría que se pasaran por La Mayora y se informaran antes de meterse en el cultivo. No tengo ninguna duda de que allí tendrán conocimiento suficiente que les sirva de consejo.
—–Hablemos del litchi. Han pasado muchos años (39) desde que las primerísimas plantas que trajimos de China vía maleta, nos demostraron que el litchi supervivía en Andalucía. ¿Por qué crees que los cultivos no han evolucionado en la costa, gozando de unos precios extraordinarios en Europa?
Porque me remito a una frase que leí en tu reciente libro Tropicales Raros, Raros, Raros y que en el prólogo dice Iñaki Hormaza: “aquí el agricultor se ha adaptado a una ruta de confort entre aguacate y mango y de ahí no se mueve”. Y ahí están. Nosotros tenemos el lujo de estar produciendo en una zona de alto nivel turístico. Cualquier jefe de cocina cualificado, estaría contento de poder tener un suministro puntual de una guayaba, una pitaya, un lúcumo, una carambola etc. y si le dices que se lo puedes acercar a su cocina para que disponga de ello, estaría encantado.
—– Josemaría, recuerdo que estás participado en un proyecto de papaya con los recursos precisos a vuestro alcance, para producir el célebre “papayón” que tan de moda está y con el que ya hubo sonados fracasos. Sin embargo, Cajamar viene apostando por la papaya en Almería. ¿Crees que llegarán a obtener resultados, con tantos cultivares como vienen ensayando?
El caso de la papaya ha sido un claro ejemplo, con el que se ha incentivado al sector a producir una cosa sin la suficiente experimentación previa…Y no se puede vender la moto antes de probarla. Y menos con unas expectativas de producción utópicas. Se desconocía lo que podía producir aquí y se hablaba de 180.000 a 200.000 Kg. por hectárea; y a un precio medio de 2,5 a 3 € el kilo. Hace muchos años que se iniciaron los cultivos sin tener idea de las variedades que aquí se adaptarían, y por el mismo camino apostó mucha gente que les ocasionó la misma ruina. Por ello, una parte de culpa la tuvo el empresario, que no se informó adecuadamente antes de arriesgar su dinero.
—–Para terminar, solo me resta pedirte que me hables de alguna especie interesante que no tengamos por aquí y hayas visto en mi décimo libro “Tropicales raros, raros, raros”, que el 23 de abril voy a presentar en las Jornadas de la Asociación, en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Torremolinos.
En la zona donde estamos siempre tendremos oportunidad de producir algún fruto alternativo, dejando muy claro que deberá empezarse a plantar en pequeña escala, minimizando el riesgo hasta conocer sus reales posibilidades. Cuando paseo por el mercado Atarazanas de Málaga, disfruto mucho observando que cada vez hay más puestos que ofrecen frutas exóticas a los clientes; lo cual demuestra que hay una creciente demanda por dichas frutas.
Podríamos seguir charlando de los tropicales que tanto nos apasiona a los dos. Pero hemos llegado al final de la entrevista y nos vamos a comer algún pescado de tantos como disponemos en nuestra bendita costa andaluza.
Julián Díaz Robledo