En el Día de la Hispanidad y del Pilar

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En los tres últimos siglos precedentes al nacimiento de Cristo, el Imperio Romano dedicó incontables esfuerzos a la conquista de un territorio que era a la vez yermo y rico en recursos. Tenía un enclave privilegiado al estar rodeado casi al completo por mar, lo que agilizaría mucho la comercialización, pero también la extracción de recursos para llevarlos a la propia Roma o a otras provincias. Durante la conquista, murieron personas y otros fueron convertidos en esclavos. Tras esto, llegaron los pueblos bárbaros a Hispania, con los visigodos encabezando la marcha, y después los musulmanes, que ocuparon la península, o parte de ella, durante casi mil años. En todas estas conquistas antepasados nuestros perecieron o fueron esclavizados. Durante muchos más siglos las naciones del mundo se dedicaron a perpetuar esta práctica, pues, si se podía, era una vía rápida de obtener materias primas y riquezas.

En el caso de España, todos sabemos que somos herederos de múltiples pueblos, que hemos sido adversarios de tribus, poblados, naciones y hasta de nuestros propios hermanos (no ha pasado ni un siglo desde la última vez). Somos herederos del conflicto, interno y externo. Todo ello ha conformado nuestro carácter, cultura y rico patrimonio, los cuales merecen sin lugar a dudas un día en el calendario.

En la Ley 18/1987, se expone que “la fecha elegida, el 12 de octubre, simboliza la efemérides histórica en la que España, a punto de concluir un proceso de construcción del Estado a partir de nuestra pluralidad cultural y política, y la integración de los reinos de España en una misma monarquía, inicia un período de proyección lingüística y cultural más allá de los límites europeos.”

Celebramos el Día de la Hispanidad el 12 de octubre, día en que el explorador Cristóbal Colón arribó a las playas americanas pensando que llegaría a las Indias Orientales, y que había descubierto una ruta comercial importantísima. La realidad resultó ser mucho más suculenta para todas las naciones que sacaron partida a este gran descubrimiento, empezando por la mismísima España, que financió a través de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (los Reyes Católicos), este hallazgo. Empezó así, la “colonización”.

Pero convendría no ser ingenuos, y pensar que por “ser otros tiempos”, todo valía. No es así, pues cuando se conquistaba un territorio de los llamados “civilizados”, ya en aquel tiempo era costumbre firmar un tratado, respetar hasta cierto punto las tradiciones y costumbres autóctonas, etc. Podemos ahondar en este tema, de hecho, ya lo están haciendo numerosos ejercicios de revisionismo que afloran por todas partes hoy en día. No comparto este movimiento, pues quinientos años más tarde vemos cómo afloran viejos miedos, furias y odios, después de muchos esfuerzos de acercamiento y reconocimiento mutuo. Creo que los hechos no pueden “revisarse”, tan sólo pueden estudiarse para aprender de miles de años de evolución y progreso.

Como decía, todos los pueblos tienen un origen que nos conforma. Es por eso que seiscientos millones de personas en el mundo pueden decir con orgullo que el castellano es su lengua materna, gracias a la cual han fluido lazos de amistad entre ambos continentes. La facilidad con que tantas personas han accedido a Borges, Cervantes, Vargas Llosa, García Márquez, Lorca, Bécquer, etc. Se ha dado en parte gracias a tener un lenguaje en común. Así ha pasado con cantidad ingente de cantantes que han triunfado en el lado opuesto del Atlántico, con producciones audiovisuales que han hecho lo propio, entre otros muchos ejemplos. Es de reseñar el éxito que tuvieron las obras de teatro de Lorca en Argentina. Con esto, lo que quiero decir es que quizás, cuando nos inculquen palabras de odio, nos digan lo que tenemos que pensar, simplemente debamos mirar si de verdad hoy en día es necesaria la disputa. La cultura nos da la solución al interrogante, debemos tratarnos como los hermanos de sangre que somos, debemos apoyarnos y ser mejores juntos, los que siguen mirando atrás, se quedan atrás.

La importancia de la comunión de ambos mundos, el europeo y el americano, no acaba en el plano literario y lingüístico, sino que son muchas más las cosas que nos acabamos aportando recíprocamente, como tradiciones, gastronomía, cultivos inexistentes hasta entonces en la otra región e incluso formas de entender la vida y cómo hemos llegado a ser quien somos. Por lo tanto, que este sea un día a celebrar es indiscutible. Son tantas las cosas buenas que nos unen, que no merece la pena invertir nuestro tiempo en pensar en lo que nos separa.

Por último, no querría dejar de mencionar a la Virgen del Pilar, cuya festividad así mismo se celebra el 12 de octubre. En esta fecha se celebran las fiestas patronales de Zaragoza, pero también es la patrona de la Guardia Civil española. Desde aquí conmemoramos este día y agradecemos a este cuerpo de seguridad del estado sus esfuerzos incansables, más teniendo en cuenta su importante papel durante la pandemia.

Carlos Álvaro Segura Venegas

Vicepresidente del Proyecto de Cultura Granada Costa

0 thoughts on “En el Día de la Hispanidad y del Pilar

  1. Un repaso sereno y documentado, que dice verdad histórica y que pretender obviarlo es una dejación e insensatez por quienes por motivos poco nobles pretenden modificar la historia a su comodidad y conveniencia.
    Los hombres somos el resultado de nuestras hazañas, aventuras, conquistas, aportaciones, enseñanzas, virtudes… también imperfecciones, pero los hombres “Todos”, incluidos los que ahora se ufanan en denostar un hecho de avance en progreso, fusión de culturas y feliz hermanamiento.
    ¡Que el sentido común los acompañe!

    1. Muchas gracias estimado amigo Ponce. Concuerdo con cada una de las palabras que nos dejas escritas con tanta sabiduría.
      Un cordial saludo.

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