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Autor: José María Escribano Muñoz

Hendaya- Francia

El 8 de septiembre de 1517; una flota de cuarenta barcos desembarca al joven príncipe Borgoñón en territorio asturiano. El que más tarde sería rey de España con el nombre de Carlos I.

Carlos I a su llegada a España

Cuando la flota hecho anclas en las costas asturianas; la población huyo despavorida a las montañas, creyendo que se trataba de un enemigo. Este incidente fue como un presagio a lo que estaba por acontecer dentro de su nuevo reino.

Mientras el sequito real; a duras penas se trasladaba por los intransitables montes, la climatología no ayudaba con una pertinaz lluvia que les acompaño hasta las puertas de Valladolid. El nuevo monarca con tan solo 17 años; había contraído una enfermedad durante el viaje, esta situación le sirvió para reflexionar sobre la dureza del paisaje y el recelo de sus habitantes.

Las circunstancias que propiciaron su reinado; fueron una serie de matrimonios concertados y muertes prematuras, que hicieron que recayera sobre su persona el gobierno de un imperio de carácter mundial.

Carlos nacido en Gante el 24 de febrero del año 1500; fue considerado desde el principio un extraño en España, por su desconocimiento del castellano y que jamás mostró interés por aprenderlo. Durante la regencia de Jiménez de Cisneros 1516; fueron transferidas posesiones españolas a potentados flamencos, al tiempo que grandes cantidades de dinero eran enviadas a Bélgica, con el fin de financiar la corte de Borgoña. (Esto origino un caldo de cultivo entre la nobleza española, que fomento un recelo fundado ante su nuevo monarca). Pero como ocurre casi siempre; una serie de intereses particulares, hicieron que los nobles más poderosos desde el punto de vista económico, pusieran todos sus medios al servicio del nuevo rey con el fin de obtener pingües beneficios.

Esto fue lo que propicio el fracaso; de los movimientos de rebeldía surgidos por toda Castilla y gran parte de Andalucía, conocida como la guerra de las comunidades.

Con la derrota comunera; se produjo la primera gran catástrofe política de la historia moderna de España.

Antecedentes:

Este hombre nació predestinado a la acumulación de poder; con tan solo seis años a la muerte de su padre Felipe de Borgoña, hereda el primero de sus dominios, los Países Bajos, (conformados por Luxemburgo, Bramante, Flandes, Holanda, Zelanda, Hainaut y Artois, el Franco Condado y el derecho al ducado de Borgoña, que había revertido a la corona de Francia).

Su aspecto físico; delataba su ascendencia habsburguesa, como lo demostraba su mandíbula saliente que trató de disimular con su barba y su expresión de embobado, era otro de los rasgos que lo definían claramente.

En enero de 1515; el joven Carlos es proclamado rey de los Países Bajos. Un año más tarde a la muerte de su abuelo materno Fernando de Aragón, y como hijo de Juana I de Castilla y debido a su “incapacidad manipulada”. Carlos asume el trono de Castilla y sus posesiones en América, de su abuelo hereda la corona de Aragón-Cataluña, que incluía, Sicilia, Cerdeña, Nápoles y algunas plazas del norte de África.

Como nieto del emperador Maximiliano; optaba a las posesiones de los Habsburgo de Austria, Tirol y algunas zonas del sur de Alemania, posesiones que heredo a la muerte de su abuelo Maximiliano en enero de 1519.

De esta forma Carlos I de España; se convirtió también en Carlos V de Alemania, emperador de una extensión territorial, que no fue exagerada la expresión de emperador universal.

Los españoles desgraciadamente; tenemos que reconocer que para el emperador Carlos V, el territorio español paso a tener una importancia muy relativa en cuanto a su actuación política. Primero porque la herencia del trono castellano; es un acontecimiento menor dentro de todo el panorama imperial y segundo porque es compresible que estableciera prioridades a la hora de gobernar tan vasto imperio.

Para Castilla y los españoles; fue lamentable su regencia, un periodo el cual tuvo más oscuridad que espacios de luz. Por esta razón; de todos sus territorios, sin duda el español fue el que más quebraderos de cabeza le ocasionaría.

Por un lado estaba la constatación; de un regente desconectado de su pueblo, unido a la consideración del territorio como una colonia necesaria para aportar tributos a la metrópoli, que claramente no se situaba en nuestra península.

Esto y no otras causas; fueron las que desencadenaron el malestar, primero entre amplias capas de la nobleza y más tarde en el pueblo llano.

El levantamiento comunero:

Como hemos descrito en el apartado anterior; el ambiente a la toma de poder, estuvo plagado de sucesos contrarios a su elección. En España eran mayoría los que preferían a su hermano Fernando como rey por su educación castellana y su amplia popularidad.

Desde el punto de vista institucional; el Consejo de Castilla desde el principio se opuso con fuerza a que Carlos fuera proclamado rey, sobre todo estando viva su madre Juana I de Castilla.

En mayo de 1520; el rey parte de España, para cumplimentar una misión ajena a los intereses del reino. Su sequito estaba formado; por un amplio número de asesores todos extranjeros.

En este momento el malestar social; dio paso a la rebelión la acumulación de agravios y la constatación de que todas las medidas adoptadas por la corona, eran contrarias a los intereses del pueblo. Pero la gota que colmo el vaso; fue el desprecio hacia los españoles de Chiébres, el monopolio ejercido sobre los nombramientos de altos cargos, todos extranjeros. La presión fiscal fue otro de los agravantes y para culminar tal sarta de despropósitos, el nombramiento de Adriano de Utrecht, como Gobernador de Castilla en ausencia del rey.

La revolución comunera; fue más una lucha de clases que un movimiento meramente político. Los comuneros provenían; de sectores medio-bajos de la sociedad, su levantamiento fue contra la aristocracia terrateniente y sus aliados.

Es cierto que no debemos olvidar; que veníamos de un malestar subyacente surgido tras el reinado de los Reyes Católicos, que al contrario de lo que los poderes trataron de presentar, tuvo más errores que aciertos.

El Movimiento Comunero; es cierto que ya le dimos un tratamiento monográfico, en un número anterior pero si, quería resaltar entre todos los actores principales de aquella operación. La gesta valiente de una mujer; María Pacheco miembro de la nobleza castellana, por línea paterna a los Mendoza, mientras que por parte de  madre a los Pacheco marqueses de Villena. Pero María lejos de acomodarse en su clase, tomo parte por la causa noble, convirtiéndose en una heroína.

María contrajo matrimonio con Juan Padilla; caballero y oficial militar de Toledo, en julio de 1520 Padilla fue elegido  Capitán General de las tropas comuneras en la Santa Junta de Ávila, mientras que María fue nombrada Gobernadora de Toledo. En marzo de 1521; llega a Toledo el obispo de Zamora Antonio de Acuña, compartiendo con María el gobierno de la ciudad toledana. El movimiento; tubo su asentamiento principal en las grandes ciudades, pero desgraciadamente fue en Villalar donde tuvo su fin.

Los intereses contra revolucionarios:

Es fácil suponer el enfrentamiento y sus actores; como decíamos anteriormente el movimiento surge por un hartazgo social, por lo tanto enfrente tenía a los que habían venido siendo los beneficiarios de aquella situación.

El comunero fue un movimiento; que desde el principio nació en desventaja frente a lo que suponía el ejercito real. Por norma general; los estados opresivos saben que el éxito del mantenimiento del “orden” tiene que ser a base de fuerzas que ejerzan la represión necesaria para acallar cualquier levantamiento, por lo tanto hay que reconocer que frente a un pueblo en su mayoría desarmado, el ejercito busco la batalla a campo abierto donde la ventaja era de supremacía total. Sin embargo fue en las ciudades; donde a nivel de reuniones donde el movimiento lograba adhesiones, cada vez más numerosas.

Pero a la superioridad militar; sin duda había que sumar la ayuda material que aportaba la oligarquía tradicional, que con su apoyo al rey buscaban obtener pingües beneficios.

El movimiento comunero; tenía una base muy solida de convencidos, tanto sociales como patriotas que veían pisoteados sus derechos, pero lo cierto fue que en el campo de batalla, los comuneros no fueron enemigo para el ejercito real y los apoyos de algunos nobles. Esto quedo demostrado en la Batalla de Villalar el 24 de abril de 1521, al día siguiente de la derrota, los jefes de la rebelión, fueron ejecutados:

Juan Padilla; representante de Toledo, Juan Bravo, representante de Segovia y Pedro Maldonado representando a Salamanca,( desgraciadamente fuera de estas ciudades, donde en su recuerdo se alzaron sendas estatuas, sus figuras no son recordadas como merecen).

Tras la derrota comunera; los aristócratas que apoyaron al rey no tardaron en reclamar su botín, basado en recompensas y pensiones vitalicias, por un lado supuso un aumento de atribuciones y derechos, pero al mismo tiempo ante el pueblo supuso un desenmascaramiento, quedando en evidencia que su apoyo al rey solo se debió, a la defensa de sus propios intereses.

A pesar de todo; Toledo se convirtió en el bastión que resistió durante seis meses más, un ejército popular comandado por el obispo Acuña, que fue recibido por el pueblo con gritos de ¡ Comunidad! ¡Comunidad! ¡Acuña! ¡Acuña!

El obispo Acuña; termino siendo capturado y encarcelado en el castillo de Simancas, donde fue ejecutado a garrote, no sin antes llevar a cabo un violento intento de fuga. En octubre de 1521; Toledo cayo rendido ante la imposibilidad de responder con éxito a las fuerzas reales y oligarcas.

El sometimiento de Castilla:

La derrota comunera de Villalar; dejó a Castilla más indefensa que antes ante el absolutismo de Carlos V. Originando  un acto de humillación; como antes no se había conocido, las causas que propiciaron el levantamiento, se multiplicaron principalmente por las medidas represivas impuestas por los vencedores. La presencia controladora; por parte de los extranjeros, se hizo más patente sumándose a todo esto la multiplicación de tributos, para hacer frente a los gastos de guerra contra las comunidades. Este castigo fue selectivo; castigando con mayor rigor a las provincias que habían tenido mayor protagonismo en el movimiento comunero.

Los gobiernos municipales; dejaron de tener autonomía pasando a ser controlados por los corregidores. Las Cortes castellanas; nunca habían sido un ejemplo de órgano democrático, una institución dividida en tres grandes bloques, la nobleza, el clero y una parte destinada al pueblo llano.

Las Cortes incrementaron la actividad legislativa; como antes no se había conocido, pero es cierto que la gran cantidad de leyes aprobadas, fueron para ampliar tributos y mayor control de la población, en esta operación no fueron ajenas las elites locales.

Durante su mandato; quizá una de las medidas más interesantes fue la creación de los Consejos Reales, órganos que trataron de modernizar la organización del Estado. Fue aquí donde el protagonismo; comenzó a ser más equilibrado con respecto a la participación.

El emperador Carlos V; encomendó a Francisco de los Cobos ordenar la administración, entre las medidas más relevantes se cuenta la creación del funcionariado profesional.

Sin duda Carlos V; quiso dejar su impronta como emperador; una muestra es el palacio que mando construir dentro de la joya Nazarí, derribando gran parte del complejo de la Alhambra, con el fin de perpetuar su nombre.

En enero de 1548; Carlos I ya había redactado su testamento político en favor de su hijo Felipe. El 16 de enero de 1556, en la casa de Bruselas donde vivía, hace entrega a su secretario de la abdicación de todos sus dominios españoles tanto en el viejo como en el nuevo mundo.

El emperador decide pasar sus últimos días; llevando a cabo una vida monacal en un monasterio de los jerónimos, situado en la población extremeña de Cuacos de Yuste (Cáceres).

Pero ni en este periodo; dejo de practicar su cultura, un ejemplo fue la gastronomía para la que se trajo sus cocineros, así como maestros cerveceros, con el fin de sentirse como en su tierra.

Conclusiones:

Haciendo un balance de lo que supuso el reinado de Carlos I; diremos que la notoriedad del título de emperador Carlos V, sobre el reinado castellano, habla bien a las claras de lo que significo el mandato de este rey que por motivos familiares se vio con una herencia que en muchos momentos le desbordo.

Es cierto que de no haber tenido tantos lazos; de compromiso fuera de esta tierra, su figura podía haber sido la de un buen regente, sobre todo si la comparamos con varios de sus antecesores, entregados a los oligarcas y a la jerarquía eclesial.

La apuesta por la empresa de circundar la tierra; es un ejemplo de su independencia con respecto a la iglesia, que teniendo en cuenta los tiempos en los cuales se produjo, fue una decisión de suma valentia.

Sin embargo en su contra; se cuenta el haber contribuido a la marginación de su madre, que podía haber sido una buena reina entregada a su pueblo y no a los poderes facticos del momento.

Su desarraigo con España; quedo ampliamente demostrado durante todo su reinado, que si al fin de sus días decidió retirarse a Extremadura, las razones principales fueron de salud, un clima más benévolo para sus dolencias de artrosis, por lo demás reprodujo todo lo que siempre había tenido en su tierra de origen.

La desgracia de España; el haber tenido una serie de reyes mediocres, que en la mayoría de los casos hicieron dejación de sus obligaciones, dejando en manos de los validos como ocurrió con Felipe III y el duque de Lerma. (Mientras que ellos se entregaban a la holgazanería, la caza y a la vida disipada). Y mientras tanto el pueblo llano se empobrecía económica y culturalmente no pudiendo optar al estudio que ayudara a progresar como individuos y así contribuir al desarrollo del país.

María Pacheco, abatida por el dolor

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