ECOS DE LA CALLE: EUROPA

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Raros vientos  son los que soplan sobre la Unión Europea, sus principales valedores, Alemania y Francia, se están resintiendo de la carga que significa para sus economías la  supervivencia de una unión estable. Y recientemente tenemos que añadir el peliagudo problema por resolver: La emigración.

      Mientras, Inglaterra abandona, al socaire de otros intereses muy partidistas.

      Algunos países, entre ellos España, serán los que más sentirán las consecuencias de ambas decisiones, ya que el reajuste en aportaciones o subvenciones afectará de forma decisiva a nuestro desarrollo a tenor de los miles de millones que hemos recibido  de la Unión, desde nuestra integración a la misma, para infraestructuras  y adaptación al desarrollo tecnológico exigible.

      Para el hombre de la calle que no entiende de estadistas ni políticas, el trasfondo de la cuestión es muy simple, por un lado está el escollo de la definición real de Europa, ¿de trece países, de veinticinco o será de cuarenta? Por el otro, a cuántos más países se tendrán que subvencionar. Y por si faltara poco, ese amplio mercado común, tráfico de bienes y personas, que los países más desarrollados veían como una de sus más preciadas fuentes de ingresos, para paliar los cuantiosos gastos, pasa hoy inexorablemente por China, en cuyo suelo se empiezan a instalar muchas empresas, algunas multinacionales de la vieja Europa para poder subsistir. ¿Será esto el comienzo del descalabro del sistema económico? Y mientras el paro sigue aumentando en nuestro país.

       Está claro que todo es muy complicado, pero mientras a los españoles no nos falte el sol, pues al turismo, que es lo nuestro, porque lo que es fiar en la investigación y la tecnología, le queda hoy por hoy muy grande a este país.

                                               Antonio Prima Manzano

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