Discurso de Jesús Pérez Mur profesor de la UdL y Padrino de la Promoción de Medicina, a la Seu Vella de Lleida el 24 de mayo de 2019.

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Jesus Perez

  El Dr. Jesús Perez Mur reconocido médico hoy nos habla desde la experiencia y el corazón. Un discurso cargado de emoción, sentimientos y amor por su profesión que transmite la belleza de curar, paliar o consolar  al enfermo y al cuidador. De sus palabras podemos palpar no solo la esencia de su profesionalidad, sino la grandeza de su persona. 

 Dejo sus palabras pronunciadas como Padrino de la Promoción de Medicina del presente curso, más que un discurso  un legado de agradecimiento, sabiduría, y derroche de humanidad.  (Dra. Toñy Castillo)

  Hoy tengo el honor de dar la última clase del curso académico 2018-19, que está dedicada a los enfermos. Menciono también las tres condiciones que considero imprescindibles para que un médico sea un buen profesional. Pero antes de empezar la exposición de la misma, debo hacer algunas puntualizaciones. Tras haberme reunido con la delegada de curso, aunque ella no lo sabe pero sí nos hemos reunido, os informo que este tema que vamos a exponer hoy, tendrá examen, que será el día 17 de Mayo del 2070 a las 16 h. en el aula 1.23. Será examen oral, que consistirá en una entrevista personal con un servidor, durante unos 10 min. Para aprobar se deberán acertar el 100 % de las preguntas, que serán eminentemente prácticas. Así comprobaremos que las enseñanzas de la lección no han caído en saco roto. Se ruega acudir con D.N.I. Jesus Perez

Después quiero dar la bienvenida a las personas aquí presentes. Queridas alumnas, queridos alumnos, familiares, amigos todos, bienvenidos a esta solemne y emotiva ceremonia. Quiero disculparme por presentarme de este modo, cubierto por una gorra y sin destocarme, pero mi cabeza no tiene la espléndida morfología de la de Yul Brynner o la de Telly Savalas, el famoso Kojak, para ser mostrada en público. Además me han dicho que la gorra me favorece. Desde que la llevo nunca había oído tantas veces que estaba estupendo. Estas razones me alivian en la necesidad de presentarme ante vosotros de este modo.

También me permitiréis que permanezca sentado, ya qué mis piernas aún no me aguantan mucho tiempo de pié, y que las palabras que os voy a dirigir las lea. La oratoria es una cualidad que tampoco tengo.

Permitidme también que muestre mi más sincero agradecimiento al personal, sanitario o no, del HUAV. Como enfermo, estoy en deuda con muchas personas de nuestro querido hospital. Nombrarlos a todos es imposible. Pero quiero significar a unos doctores en concreto. Muchas gracias a la magnífica y entrañable, entre otras cualidades, Dra. Antonieta Salud, Jefa del Servicio de Oncología. Desde el primer día de mi enfermedad  ha estado conmigo en todo momento. Además de tratar el tumor hasta hacerlo desaparecer, me ha enseñado a afrontar esta enfermedad como persona y como paciente y sé que puedo contar con ella para siempre. Al Dr. Enrique Sierra, Jefe de Sección de Cirugía y al Dr. Jordi Escoll, ambos excelentes cirujanos, que me han quitado con gran maestría el mal de las entrañas. Sin los cuidados de estos espléndidos médicos no me hubiera sido posible el poder estar aquí hoy entre vosotros, disfrutando de este maravilloso día. El ejemplo de estos profesionales ha sido mi guía en la redacción de este escrito.

También deseo daros las gracias a vosotros, nuestros queridos alumnos protagonistas de esta ceremonia, por la invitación a ser vuestro padrino de graduación. Os aseguro  que es para mí un gran honor y un motivo de alegría el poder estar aquí hoy entre vosotros, en este día tan especial. Este reencuentro, el volver a veros, me trae muy buenos recuerdos. El haber podido cooperar en vuestra formación como personas y como médicos, ha sido para mí muy gratificante. Os aseguro que a esta tarea me he entregado y la he intentado hacer lo mejor que he sabido. El tiempo que he podido disfrutar de vuestra agradable compañía siempre  he estado muy a gusto y me he sentido muy bien acompañado. Vuestra actitud y  comportamiento han sido ejemplares.

Queridos alumnos permitidme dirigirme a unas personas muy importantes para vosotros, que son vuestros padres, para darles la enhorabuena. Ellos también se han graduado. Los padres y las madres son unas personas fundamentales en vuestro desarrollo como seres humanos y como buenos profesionales. Los sacrificios que han tenido que hacer para daros una carrera han sido relevantes y siempre van a ser de mucho agradecer. Queridos padres, queridas madres, muchas felicidades por la graduación de vuestros hijos e hijas. Saben que tienen con vosotros una deuda impagable. Seguro que os estarán eternamente agradecidos. Deciros además que son unas personas fantásticas. Habéis hecho un buen trabajo en su educación. Espero que en casa se porten tan bien, como lo han hecho en nuestra Facultad, donde han dejado un grato recuerdo.

Apreciados alumnos, enhorabuena por el esfuerzo realizado y por vuestra graduación en Medicina.¡ Ahora sí  que estáis metidos en un monumental y maravilloso lío, del que no querréis salir nunca más!.

Cuidar-Manos-Medico-Apariencia-730x487Tras haber conseguido este primer paso en vuestra carrera médica, seguro que estáis inquietos, es natural, por lo que está por venir.  No os preocupéis, que os espera lo mejor. Os espera una nueva vida profesional, ávida de vuestra pronta incorporación. ¡Faltan médicos!. Pero antes tenéis que pasar y superar un pequeño y necesario obstáculo, que es el  examen MIR, que seguro irá bien. No tengáis miedo. Vosotros continuad siendo generosos y perseverantes en el estudio  y el resultado será óptimo, sin ningún tipo de duda.  Y cuando el examen MIR este aprobado, seguid estudiando, no dejéis este hábito.  Porque, como os he dicho, os espera lo mejor, el contacto y la atención a nuestros queridos pacientes, las personas fundamentales en nuestra profesión, por las que nos formamos y esforzamos. Recordad siempre que el objetivo fundamental de la medicina, nuestra principal obligación y lo que da relevancia al médico, es la atención correcta de la persona enferma y esta no es posible sin una buena formación.

En vuestro futuro como médicos, os esperan momentos  de todo tipo, buenos y malos. Yo os puedo asegurar que las mayores alegrías en mi actividad laboral, me han venido de vosotros los estudiantes, de los MIR y de los enfermos.

En el actual sistema sanitario, los MIR tienen un papel fundamental. El desarrollo de las actividades sanitarias más básicas y relevantes, como por ejemplo son las pesadas guardias, no es posible sin su colaboración. En cuanto os incorporéis a vuestros destinos, donde os formaréis como médicos especialistas, pasados los primeros días de aclimatación, vais a iniciar el contacto directo con los enfermos, que siempre impone y sobre todo al principio. Me atrevo a daros unos pequeños consejos para que esta relación sea para siempre plácida y se produzca sin contratiempos relevantes. El secreto está en tres palabras: esfuerzo, entusiasmo y dedicación. Esfuerzo en el trabajo. Entusiasmo en la formación. Y con los enfermos dedicación. Me disculpareis si estos conceptos los repito en el desarrollo del tema, pero quiero que queden muy claros, que no haya dudas sobre la importancia de los mismos.

37665_407970334330_1087889_nAllí donde vayáis, sea donde sea, tened muy presente que se os recibirá con gran entusiasmo y  expectación. Vuestra espléndida juventud, vuestra fuerza, vuestras ganas de ejercer, de saber y de aprender y el deseo de iniciar el contacto con los enfermos, os convertirán en unos profesionales fundamentales. No desaprovechéis esta magnífica oportunidad. Esperarán mucho de vosotros. Desde el principio seréis observados con detalle. Por supuesto que se os disculparán acciones realizadas incorrectamente, que puedan ser achacadas a vuestra inexperiencia, pero no tendrán justificación ni excusa las que se deriven de la apatía o el desinterés. Evitar siempre el caer en estos comportamientos erróneos e injustificables. Desde el primer día, deberéis mostrar una actitud activa, de predisposición al trabajo y a aprender. No esperéis a que os marquen el ritmo en vuestro diario quehacer, marcarlo vosotros. Y que este ritmo sea alto. Deberéis ser ejemplo repito, de abnegada entrega en el trabajo, en el estudio y en la dedicación a los enfermos. Huid de la desidia y de la indolencia. Y no esperéis otra recompensa que, ni más ni menos, el aprecio y el reconocimiento de vuestros pacientes y la satisfacción del deber cumplido. Esta actitud no debéis abandonarla nunca. Ser ejemplo para vuestros compañeros. Mostrarles este correcto camino.

En el estudio, vuestras ganas de aprender serán un continuo acicate para nosotros, los médicos más veteranos encargados de vuestra educación. Seréis un estímulo para estar al día científicamente y poder así impartiros una enseñanza adecuada. Nos recordareis cada día que sin una correcta formación la  asistencia de calidad a los enfermos, es imposible. El estudio serio y cotidiano, es un requisito imprescindible en el desarrollo del buen profesional. Con él nuestra experiencia se ve jalonada por un mayor saber y evitamos así convertirnos en unos simples “practicones”, sin recursos ante situaciones médicas nuevas, y sin más remedio que seguir de un modo automático e irracional, las indicaciones de unos desconocidos, por no comprendidos, protocolos. Perseverad en el estudio, en esta esta actitud tan positiva y tan necesaria. Continuar en este empeño siempre.

Permitidme resaltar el último y principal punto, el de la atención a los enfermos.  Y permitidme hablar en su nombre, ya que tengo el honor de haber sido elegido para ser uno más entre ellos.

Hace bastantes años, siendo aún muy joven,  oí hablar a un gran pontífice de la iglesia católica, una persona de mucha valía como era el Papa Karol Wojtyla, Juan Pablo II, ahora Santo. En su homilía se dirigía a un grupo de enfermos, y les dedicó unas palabras que se me quedaron grabadas. Dijo: “los enfermos, las personas que sufren, son el tesoro de la Iglesia”. Yo me atrevo a decir hoy y ahora que también para nosotros los médicos, ellos son la parte más importante de nuestra profesión, nuestro delicado y preciado tesoro. Por y para ellos existe el médico. Nuestro principal deber, repito, nuestra ineludible obligación, es su correcta atención, por encima de cualquier otro interés. En la atención a los enfermos, también deberéis ser ejemplares, desde el primer día de vuestra formación hasta el final de vuestro ejercicio profesional. Siempre.

aca5572d-ef32-475d-b22c-227257988c19Los médicos tenemos el privilegio de poder atender al ser humano en situación de clara inferioridad, de enfermedad, de sufrimiento. El enfermo es una persona atemorizada. No os podéis hacer idea del valor que para ellos, para nosotros los pacientes, va a tener vuestra presencia desde el primer momento en que aparezcáis, con vuestro envidiable aspecto juvenil. Creedme. Somos los médicos los que podemos aportarles remedio, curación  y si esta no es posible, aportamos alivio y consuelo. Siempre nuestra valorada presencia y compañía va a ser reconfortante.

La vida es una batalla continua, en la que buscamos y pretendemos legítimamente, mejorar en situaciones a las que damos importancia, como son nuestras condiciones personales, laborales, económicas, queremos  tener más prestigio, más comodidades, mayor relevancia profesional y proyección social. Pero cuando aparece la enfermedad, para la persona enferma todo cambia. Es la enfermedad la que nos marca el paso. Todos nuestros planes se desbaratan, el futuro o se limita o se desvanece, y el presente es doloroso, una pesadilla difícil de asumir, y que tarda en acabar o no lo hace. Lo que antes tenía importancia, ahora carece de ella y adquiere su verdadero valor, casi mínimo. Nuestra batalla es por lo realmente importante, es por vivir. Esta pelea a veces la ves imposible de ganar y se te apodera el miedo a perderlo todo. Te abandonan las fuerzas. La desesperanza hace su presencia. Los momentos de soledad son desesperantes. Los pensamientos negativos se amontonan. La idea de no poder seguir disfrutando de la compañía de tus seres queridos, de las personas más próximas, de todos vosotros, el verte privado de este gozo, ¡que tantas veces no valoramos!, es muy dolorosa.  Piensas en las oportunidades pasadas y perdidas de mostrar cariño, de dar un abrazo, un beso, que no volverán…

Nosotros, los enfermos, esperamos de vosotros, nuestros médicos, TODO. Sois personas muy relevantes en nuestra vida. En vuestras manos depositamos toda la esperanza. Nuestra confianza en vosotros es ilimitada. Os confiamos lo más valioso que poseemos, nuestra vida. Vuestra visita es un acontecimiento. Una cita con vosotros es esperada con ansia, está remarcada en rojo en el calendario y está por encima de cualquier otro compromiso. Toda actividad se anula. Vosotros sois lo primero. Anhelamos veros, oíros. Vuestras palabras y vuestros gestos adquieren un valor inmenso. Cada palabra que articuléis, cada frase, va a quedar grabada a fuego en nuestra mente. Será recordada para siempre y  tendrá toda la credibilidad. Haremos lo que nos digáis. En vuestra mirada buscamos seguridad, consuelo y esperanza. Una sonrisa vuestra tiene para nosotros un valor incalculable. Un gesto de aprecio, una simple palmada en el hombro, nos reconforta. Nos sentimos más protegidos. De  vosotros, nosotros los enfermos esperamos, sobre todo, sinceridad, interés, compromiso, comprensión, tolerancia, paciencia, accesibilidad y respeto. También un comportamiento diligente, conocimiento y eficacia.  Necesitamos resolver el problema. ¡Necesitamos y queremos vivir!. Pero por supuesto que no os pediremos imposibles. Si la curación no es factible, por favor darnos alivio y consuelo.  No nos podéis defraudar.

Por favor, como entregado paciente tuyo que soy, te pido que no me pierdas el respeto. Cada vez que no te involucres en mi problema por desidia o desinterés, que no estudies bien mi caso, que no me valores correctamente por una inadmisible falta de formación, o que lo hagas de modo apresurado, por falta de tiempo o por cualquier otra injustificable circunstancia, me estarás tratando sin respeto, con posibles graves consecuencias para mí. Y no me lo merezco.

Te pido también que cuando te refieras a mí lo hagas de modo respetuoso, este yo presente  o no.  Yo simplemente soy tú paciente, con muchos defectos y algunas virtudes, pero nada más. No merezco otros calificativos. Un desaire tuyo, supondrá para mí un serio e inesperado revés, un disgusto que me será difícil superar y afectará seriamente nuestra relación, a la que tanta importancia le doy.

Permitidme recordaros que el compromiso del médico con su paciente debe ser total. Ambos compartimos los mismos intereses, el bien del enfermo, su sanación. Y este compromiso debe durar mientras dure nuestra relación profesional. Queridos alumnos, compañeros y amigos, no podemos defraudarles. No nos podéis defraudar.

Queridos amigos, queridas amigas, esforzaros en el trabajo diario, que  vuestras ganas de aprender y de formaros perduren para siempre,  y que la esmerada dedicación hacia los enfermos sea el hábito primordial en vuestra profesión. Acordaros de estas tres cualidades. Ser ejemplo de este comportamiento allá donde vayáis. No dejéis escapar esta magnífica oportunidad que os habéis ganado con esfuerzo, la de haceros y ser MÉDICOS de verdad, ¡BUENOS MÉDICOS!. ¡Los enfermos os necesitamos!; esperamos y necesitamos vuestro inquebrantable apoyo y sentirnos queridos y respetados por vosotros, mientras este bonito sueño que es la vida, continúe.

Mi más sincera enhorabuena. Disfrutad de esta magnífica profesión. Disfrutad de la compañía de los enfermos. Haceros ejemplares profesionales. Perseverad en esta actitud de esfuerzo, entusiasmo y dedicación, siempre. No olvidéis esta última lección que he tenido el gran premio de podérosla dar. Muchas gracias y ADELANTE.

Jesús Pérez Mur

Lleida, 24 Mayo2019

0 thoughts on “Discurso de Jesús Pérez Mur profesor de la UdL y Padrino de la Promoción de Medicina, a la Seu Vella de Lleida el 24 de mayo de 2019.

  1. El Dr. Jesús Pérez Mur, ha set l’exemple clar de el que tots els metges hauríem d’haver intentat seriosament ser. Va ser un metge estudiós per mantenir els coneixaments actualitzats. Va ser meticulós sempre en la seva feina, de cara a no cometre errors técnics amb els seus pacients, fruït de la seva bondat natural i del seu esperit de sacrifici. Sempre recordaré el seu somriure mig socarrón i mig paternalista i sempre respectuós amb els companys que no savíam tant com éll. Segurament, es el metge que més s’ha fet estimar de tots els que he conegut al llarg de la meva vida.

  2. Querido doctor Jesus has sido una persona que siempre he respetado y admirado, tu educacion y respeto han sido un ejemplo y como profesional has sido ejemplar.Espero que alla donde estes tu sonrisa no desaparezca en mi corazon siempre habra un hueco para ti…

  3. Hoy he sabido de su muerte. Siento una gran pena por su pérdida. Un gran médico, siempre te escuchaba, pero aun era mejor persona. Seguro que muchos compañeros y pacientes te encontraremos a faltar. Un abrazo y mi sentido pésame a la familia.

  4. Que pena mas grande.DESCANSE EN PAZ.Fué un gran médico y una excelente y bellísima persona.Cuando en el trabajo lo necesitabas siempre estaba dispuesto a ayudarte y a echar una mano porque para Jesús siempre el bien del paciente FUE LO PRIMERO.Has puesto el listón muy alto tanto profesional como personalmente.
    UN FUERTE ABRAZO QUERIDO JESÚS.

  5. Por causas personales he estado ausente del hospital me he enterado de la muerte de el Dr Jesús Perez Mur era una persona admirable por su calidad humana y como médico el mejor donde los haya.Descansa
    en paz.

  6. Gran persona i metge.
    Jo el vaig coneixer quan era metge resident a l’HUAV i jo vaig començar a treballar d’infermera a urgències. Es preocupava molt pels malats, tant per la seva malaltia com per la seva persona.
    Per a mi ha estat un honor haver compartir guàrdies.
    Ara que es parla molt d’humanitzar els cuidatges dels malats, ell ho va fer sempre!!.
    Sempre el recordaré!.
    El meu condol a la família, segur que des del cel vetllarà per vosaltres.

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