DIARIO DE UN POETA – EL DÍA QUE CONOCÍ AL POETA JUSTO JORGE PADRÓN

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El día que conocí al gran poeta y escritor Justo Jorge Padrón fue en el Círculo de Bellas Artes de Palma de Mallorca, una tarde del mes de mayo del año del 1981, con ocasión de su participación en un acto cultural que se celebraba ese día. Aunque personalmente no nos conocíamos, sí había una relación epistolar entre nosotros, ya que fue el poeta invitado en un número de la revista Arboleda. Recuerdo que antes de entrar en el salón de actos estuvimos charlando un rato, entre otras personas nos encontrábamos Alfonso Monteagudo, Heraclio López Bonilla, Esteban Pisón y dos personas más cuyos nombres no recuerdo en estos momentos. Estuvimos hablando unos 20 minutos sobre el acto en el que tenía que participar, recuerdo que yo estaba hablando del último libro que se había publicado del poeta exilado en México León Felipe, le estaba comentando lo que me parecían los poemas de dicho libro cuando en un momento dado, en mi apasionamiento verbal, en vez de decir León Felipe dije Felipe González. La equivocación fue motivo de risa y Justo Jorge comentó: <<Todo lo que hemos hablado aquí será olvidado inmediatamente, pero lo que sí voy a recordar es el que hayas confundido a León Felipe con Felipe González. Sirva esta anécdota para recordar ese momento>>.

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Justo Jorge Padrón recibiendo el Premio Nobel en nombre de Vicente Aleixandre

            Justo Jorge Padrón nació en las Palmas de Gran Canarias en el año 1943 y murió en Madrid 2021. Escritor y poeta. Premio Boscán, Premio Fastenrath 1990. Miembro de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Ensayista y traductor y una de las figuras más importantes de la generación poética de los setenta. Premio Internacional de la Academia sueca 1972, Premio Boscán 1973, Premio Fastenrath de la Real Academia Española 1976, Medalla de oro de la Cultura China 1983, Premio Europa de Literatura 1986, Premio de Literatura de Sofía 1988, Premio Orfeo 1992, Premio Canarias de Literatura 1997, Premio Internacional de Trieste 1999, Premio de poesía Senghor 2003, etc. En 2005 recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Valparaíso (Chile). Estudió derecho, filosofía y letras en la Universidad de Barcelona. Figura destacada de la lírica canaria contemporánea.

            Me imagino que, entre sus actos culturales importantes, uno de ellos sin lugar a dudas fue cuando recogió en Estocolmo en 1977 el Premio Nobel de Literatura concedido al poeta Vicente Aleixandre, quien no pudo recogerlo por motivos de salud y tuvo el honor de abrir el baile de gala en la fiesta posterior a la entrega de los premios. Ese día pienso que fue uno de los momentos más emotivos de su vida literaria.

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            Qué duda cabe de que Justo Jorge Padrón es uno de los poetas más importantes de parte del siglo XX y de lo que llevamos del siglo XXI. Sus libros han sido traducidos a infinidad de idiomas de todo el mundo. Es reconocido -sobre todo- en los países escandinavos, en donde se le considera como uno de los poetas más importantes de España. Hombre afable y buena persona, siempre dispuesto a participar en cuantos eventos se solicita su colaboración. Actualmente reside en Madrid.

            Justo Jorge es un viajero incansable, teniendo en su haber múltiples anécdotas curiosas y divertidas que a él le gusta contar. Es un poeta universal, ya que sus libros de poesía se editan en muchísimos idiomas, por lo que su poesía vibrante y esplendorosa llega a todos los públicos.

            Después de aquel día en que lo conocí en Palma en 1981, tuve la oportunidad de coincidir con él en varias ocasiones, en actos culturales en los que después de saludarnos efusivamente charlábamos unos minutos. Debo destacar que en el número 59 de Arboleda, junio de 2003, tuvimos el honor de que aceptara ser el poeta invitado, con lo que enriquecía la importante galería de poetas reconocidos que han participado en la revista que fundé y dirigí durante 27 años ininterrumpidamente.

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Marcelino Arellano, Carlos Murciano y Justo Jorge Padrón

            La última vez que coincidí con Justo Jorge Padrón fue en el verano de 1999, cuando junto al gran poeta Carlos Murciano, pasamos cuatro días invitados por una amiga en común, en su casa del levante mallorquín. Fueron cuatro días que convivimos en armonía y que a mí me sirvieron para aprender y enriquecerme. Por las mañanas hablábamos sentados en el porche norte de la casa y la mayoría de las veces hablábamos de poesía y de poetas y anécdotas divertidas y curiosas que ambos poetas contaban y que a lo largo de su trayectoria literaria les habían sucedido. Por las tardes cuando ya el sol aminoraba su candente fuego, dábamos largos paseos por los alrededores de la urbanización, terminando casi siempre tomando alguna bebida refrescante en el bar del campo de golf que existe dentro de dicha urbanización. Por la noche y, después de la cena, departíamos en la terraza posterior de la casa. La tertulia duraba hasta altas horas de la noche. Para mí fueron cuatro días espléndidos y nunca podré olvidar haber podido convivir esos días con dos impresionantes poetas.

 

EL FUEGO DE LA VIDA

Te miro en esta luz que languidece.

La sombra voluptuosa del ocaso

es en tu desnudez ondulación y río,

ingrávido vergel entre las dunas,

tibia luna asomada a una noche insistente.

He soñado en tus ojos el fuego de la vida,

el sosiego, la luz de las manzanas.

Tú ardes con el sol de todos los espejos,

anidas en mi oído, giras por mi memoria,

tu cuerpo es la vereda que embriaga hasta mi sed.

Tierra de uvas y espigas, corazón extasiado.

¿Cómo no descender al centro de tu llama?

Soy la risueña mano que pulsa tus caderas.

Soy contigo el más diáfano deseo:

plenitud entregada, un destino sin muerte.

Porque tú eres mi patria diminuta

en la que cabe entero el universo;

y eres también ausencia y presencia incesante,

enloquecido amor que su entereza vive

en el vaivén efímero de un día terrenal.

Justo Jorge Padrón

 

 

Artículo por Marcelino Arellano Alabarces

Palma de Mallorca

Churriana de la Vega web

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