Comparte:

Cuántos suspiros por ti

en aquel amor tan tierno

el que sentía en mi ser,

dulce amada de mis sueños.

 

Cuántas veces presentí

en esas tiernas caricias

que en ellas me entregabas

junto a tu pasión tu vida.

 

Y en aquellos años mozos

de dulces  atardeceres,

qué complacido quedaba

si un beso de tu boca

como un ladrón te robaba

cual furtivo cazador

al acecho de su caza.

 

Si en mis brazos te estrechaba,

si en los ojos te miraba,

creía que todo el mundo

entre mi pecho abarcaba.

 

Cuántas veces nuestros sueños

raudos, felices, volaban,

pensando que alcanzaríamos

un paraíso mañana.

 

 

Cuántas y cuántas promesas,

cuántas ilusiones juntos

pensando ya en esos hijos

que alegrarían la casa.

.

Cuántas veces,  ¡miles de ellas!

soñamos tenerlo todo,

que poseíamos el mundo

cuando no teníamos nada.

 

Cuántas veces, cuánto esfuerzo

trabajo, dolor y lágrimas,

para hacer realidad

los sueños que no llegaban.

 

Cuántas veces la ilusión

nos embarga el corazón,

viendo los niños nacidos

del germen de nuestro amor..

 

Cuántas veces, cuántos planes

en su futuro y el nuestro.

Cuántas veces, cuántos sueños

de nuestras manos se escapan.

 

Cuántas veces al mirarnos

mientras los años pasaban,

contemplamos nuestros cuerpos

que ya caducos, se acaban.

 

Cuántas veces, al mirar

el camino a nuestra espalda

nos parece que fue ayer

toda la vida pasada.

 

Y se robustece mi amor,

se fortalecen mis ansias,

cuando te contemplo hoy

enferma y medio postrada.

 

Pero nuestro amor que sigue

fuerte y jovial, pues no pasa,

aún me brinda la esperanza,

¡de soñar en un mañana!

 

Antonio Prima Manzano

Deja un comentario