CAMPAÑA DE MANGO. AGOSTO 2018

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Bienvenida sea la cercana campaña andaluza de mango que, pese a la carencia de agua y otros inconvenientes que hemos venido soportando, se presenta pletórica de cantidad y calidad, a juzgar por los numerosos escaparates que podemos observar en las tierras de la Axarquía, con árboles sobrecargados de fruto prestos a ser cosechados.

        Pese a que la especie responde idealmente por estos pagos, con la alternancia consabida, la especie suele cumplir cada año, y creo llegado el momento de poder contar con medios que nos permitan saber las hectáreas reales que tenemos de cada una de las cuatro variedades que, en general, representan la oferta de mango que venimos remitiendo a los mercados europeos. Y si no es fácil saber la superficie y todos son datos “supuestos”, mucho más complicado es conocer las producciones exactas que venimos teniendo, cuyas cifras publicadas por una y otra fuente, son siempre “estimadas” por no decir que inventadas…

        A lo largo de los últimos quince años, he venido publicando el problema que se nos avecinaba a los agricultores, porque la variedad Osteen ocupaba el 80% de la superficie plantada. Y advertía de la grave situación que se nos presentaría cuando las 4.000 hectáreas que se decía que teníamos en el año 2010 entraran en producción y tuviéramos que vender la fruta en Europa durante cuatro semanas solamente; la cosecha de esas 3.200 hectáreas de Osteen, a razón de 20.000 Kg, por hectárea

-como se presumía entonces-, llegaríamos a 64.000 toneladas (?).

       Vamos a ser realistas: Tomando como ciertos los datos que manejan los técnicos de La Mayora en su libro “Introducción al Cultivo de Mango en el Sur Peninsular”,  la superficie plantada de mango y en producción a día de hoy entre los distintos cultivares  sería alrededor de 5.000 hectáreas. Y estimando que la producción real por hectárea de fruto exportable fuera de 14.000 Kg.  Alcanzaríamos una cifra anual de Osteen de 56.000 toneladas, cantidad que deberíamos obtener en la campaña que ahora comienza…

CONCLUSIÓN: Como lamentablemente no disponemos de publicaciones reales, estimo que la cifra de producción de mango en la Axarquía que debemos considerar como media razonable, serían los 14.000 Kg. hectárea que aquí vengo tratando; en cuyo caso, la cosecha que ahora se inicia, y que puede ser un test definitivo para saber dónde estamos, debe alcanzar en general, una producción de 70.000 toneladas.

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EL 18 DE DICIEMBRE DE 2013, ESCRIBIA EN MIS PÁGINAS VERDES LO SIGUIENTE:

Ateniéndonos a la historia, observaremos que la aventura española de los frutos tropicales no se corresponde con los cultivos recientes, ya que nuestra intervención se inició realmente   hace cinco siglos, cuando los conquistadores se deslumbraron por primera vez ante la riqueza vegetal y frutal de las tierras descubiertas en el Nuevo Mundo.   En aquel entonces, los cronistas que acompañaban a los primitivos viajeros se encargaban de reproducir en sus láminas y dibujos para poder mostrar a sus Reyes, la belleza de hojas, flores y frutos que a su paso encontraban en las tierras conquistadas.  Y llevados de su inusitado asombro,  en no pocas ocasiones sucumbieron a la exageración,  atribuyendo a los nuevos  frutos mágicas propiedades, unas veces nacidas  de su fantasía periodística y otras, tomadas de la tradición indígena, cuyo consumo también  los nativos solían rodear  de misterios, mitos y leyendas.

      Si los hechos se produjeron así, y los frutos llenaban  de asombro  en tiempos no tan lejanos  a conquistadores y conquistados en el Nuevo Continente,  entenderemos  muy bien, que hace más de cuatro mil años  los poetas hindúes subieran a los altares con sus cánticos  y  poesía,  a un fruto  sin igual, cargado de perfume y sabor inigualable como el MANGO, del que un escribano de entonces se atrevió a publicar,  que se trataba de un  fruto difícil de describir, “de sabor extraño e inolvidable, superior incluso al néctar y la ambrosía…”

      Algo misterioso tiene el mango, cuando naturalistas y botánicos y hasta poetas y juglares han llenado numerosas páginas y estudiaron sus virtudes; sobre todo en la más remota antigüedad, y en fechas más cercanas en los siglos XVIII y XIX.

      Revisando la historia llegaremos a saber, que los españoles no sólo han sido capaces de traer en fechas recientes a la costa andaluza tan exquisita especie frutal, sino que además, fueron también los responsables de introducir el mango en suelo americano alrededor del siglo XVI, llevándolo a Acapulco (Méjico) procedentes de Manila, cuando las Islas Filipinas eran ya españolas.  (Ello pudo ocurrir unos días antes o unos días después de que también los portugueses los llevaran a Brasil desde el este asiático).

      En fechas no muy lejanas, algunos agricultores de la costa veníamos haciendo ensayos sin desmayo, a pesar de que en el año 1970 el profesor de la Universidad de Honduras, Dr. Simón Malo, dijera públicamente en su conferencia de Málaga, “que desistiéramos de nuestro deseo de producir mangos en Andalucía, por encontrarse fuera de la zona climática necesaria, como tampoco sería posible en las Islas Canarias”.  Y  lo decía en un momento inoportuno, porque  en  Tenerife en aquellos precisos días colgaban ya los frutos de los árboles con apellidos ilustres como Irwin, Tommy,  Haden,  Osteen,  Sensation  y  Kensington, entre otros cultivares de Florida;   y   en  Almuñécar  el  Secretario de la Hermandad de Labradores D. José Antonio Bustos,  disponía también de varios árboles  de pequeña talla que  venían  produciendo exquisitos frutos sin fibra…

      Debemos reconocer que la naturaleza ha sido pródiga con Andalucía, porque si bien es cierto que las isotermas nos apartan de toda posibilidad para el cultivo del mango con los 18º de temperatura media que disfrutamos en Málaga, ello precisamente ha posibilitado que los árboles mantengan una talla mucho más baja que en las zonas tropicales, ofreciendo incluso mayores producciones que por aquellos pagos.

      Sería presuntuoso decir que nuestros tropicales andaluces superan en calidad a los frutos que se producen en su zona nativa del trópico, pero tal aseveración no sería gratuita a juzgar por la preferencia que el consumidor europeo tiene por nuestros mangos;   fundamentada tal vez por la cercanía de los mercados a los que nuestro fruto llega madurado en el propio árbol y a la mesa del consumidor en menos de 24 horas…

      Los agricultores y técnicos de la Asociación no cejan en el empeño de poder ampliar su oferta con nuevos cultivares, y cabe esperar que en los próximos años, podamos disponer de nuevas variedades que sorprendan al consumidor. Y podemos aspirar a que la superior calidad de nuestra fruta merezca en los mercados el mismo precio que los llegados de ultramar por vía aérea; aspiración legítima si tenemos en cuenta que España es el único país productor de mangos de la Unión Europea…

      Como el mango es el tercer tropical cultivado por el hombre, después del plátano y la piña, merece recordar que la especie “Mangífera indica”   fue cultivada por el agricultor hace 6.000 años en su área de origen de la región indo-birmánica,   y desde allí su cultivo se extendió por más de cien países de clima tropical entre los que destaca Latinoamérica, siendo Méjico el principal exportador del mundo.  Confiamos que en un futuro cercano, nuestras producciones figuren en el ranking de los más importantes países productores, si no en cantidad, sí en la superior calidad de nuestros fruto.

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