AMIGA CLAUDIA: “¡ERES INOLVIDABLE!” VII

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“OFELIA Y CLAUDIA: DOS ALMAS GEMELAS”

Amigos y amigas lectores de nuestro Periódico, plural en temas de gran interés, -“Arte, Belleza, Poesía, Periodismo, Dietética y Medicina Natural”, y otros temas  instructivos y formativos. A los simpatizantes tanto de mis “Conversaciones con Ofelia” (cuyos 50 capítulos publicados en este medio han tocado ya a su fin), novela que veréis publicada por la  editorial del Periódico, os aclaro:

Tanto Ofelia como Claudia, dos jóvenes y emblemáticas mujeres que, a pesar de sus diferentes protagonismos en mis escritos, y en su relación personal conmigo, son ¡”DOS ALMAS GEMELAS”!  ¿Cómo lo supe? Por varios indicios inequívocos. Sin conocerse físicamente,  ambas leían cada mes el  Periódico, y era inevitable  que de tanto en tanto  Ofelia me preguntara pormenores de Claudia y viceversa.  Pero  ni una ni otra me lo preguntaban “con disimulada actitud inquisitiva”, ni  con un amago por minúsculo que fuera de “simple curiosidad femenina” (en cierto modo explicable), “ni por ningún recelo profesional”, ya que a ambas las elegí para protagonizar: a Ofelia mis “Conversaciones con ella, y a Claudia mis relatos  vinculados a su persona. Y yo notaba que Ofelia se alegraba  tanto y tan sinceramente cuando le hablaba de Claudia, como Claudia de igual modo cuando  le relataba episodios de Ofelia. Y se mostraban ambas tan sinceras  y felices y con tan bellos y candorosos sentimientos que les brotaban, ponderando mi dulce Amistad con cada una, ¡que aplaudían alborozadas mis confidencias! Ante tan sorprendentes manifestaciones “coincidentes” deduje que cada una, con inocente y espiritual cordialidad, “se sentía parte vital de  la otra sin suspicacias ni fisuras”. Quise proporcionarles el feliz encuentro que estaban deseando, y en un viaje de Ofelia a mi hogar invité a Claudia que apareció enfervorizada y espléndida. Me sorprendió, y mucho, cómo se admiraban y trataban, festivas y alegres, desbordantes de ilusión. Conversaban y reían relajadas,  gozando de una beatitud suprema y trascendental. Se intercambiaban finezas como dos criaturas sin pizca de malicia, y sus palabras les fluían dotadas de las cuatro cualidades que nuestro romántico poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer describe en una de sus Rimas. Esa categoría de palabras que son a un tiempo, como él dice, “suspiros y risas, colores y notas”. ¡Pues así les brotaban sus iluminadas palabras en su primer y felicísimo encuentro! ¡Y tan sonrientes, afables y emotivas que, alucinado, me quedé boquiabierto!

 Ofelia pernoctó en mi hogar durante los tres acostumbrados días mensuales para lo que ya saben nuestros lectores. Pero Claudia solo una jornada completa, pues nuestro infatigable y audaz difusor del Proyecto Nacional de Cultura “Granada Costa”,  (nuestro ínclito Pepe Segura) debía ausentarse por varias ciudades  para su cometido cultural y Claudia, (como fiel “Mayordoma” de su Huerto) debía  estar al  cuidado del mismo. Pero esa noche de convivencia entre los tres no pegamos ojo, gracias a una selección de poemas de diversos poetas y de algunas leyendas que les ofrecí, con anécdotas jocosas, acertijos, mucha hilaridad  y paz, bienestar y ocurrentes fantasías líricas. ¡Todo ese variopinto arsenal de festivos y bellos pasatiempos nos mantuvieron despiertos hasta el amanecer! Y muy a nuestro pesar, Claudia se nos despidió con repetidos besos, abrazos y lágrimas de felicidad.

            Llamé a nuestro creativo y emprendedor Pepe Segura,  y le expuse el tema de la “gemelidad” de Ofelia y Claudio que venimos tratando, con mis discretas indagaciones y deducciones  al respecto. Y para mi asombro me comentó:

            -Amigo Rogelio, no te miento si te revelo que en parte por intuición y en parte por una de mis corazonadas (que “mutatis mutandis” creo que viene a ser lo mismo), cuando tú comenzaste a redactar tus primeros capítulos sobre Claudia aireando sus cualidades y afinidades, mientras te ocupabas en tus “Conversaciones con Ofelia”, me dije: “o mucho me equivoco o el alma de Ofelia es un trasunto del alma de Claudia, y viceversa”.  Sí, amigo Rogelio, el alma de Claudia está `enrizada a la de Ofelia. O lo que es lo mismo: “ambas laten con el mismo corazón y piensan con idénticas frecuencias mentales”.

-¡”Madre de Dios”, amigo Pepe, cómo me placen tus expresiones,  que concuerdan con mi experiencias!

-Lo que nos ha ocurrido  –continuó- es que yo esperaba que tú lo descubrieras, para yo a continuación te confirmara que estabas en lo cierto. ¡Como así ha sido, para tu satisfacción y la mía!  Tú habrás oído, igual que yo, que por ahí se dice con frecuencia: “tal persona y tal otra” son dos almas gemelas, pero la mayoría de las veces no lo son. Es  difícil encontrar un caso como el  de nuestras bellas, simpáticas y amables Ofelia y Claudia, sin duda “dos almas gemelas” que magnificarán tus dos novelas: “Conversando con Ofelia”  y “Amiga Claudia, ¡eres inolvidable!”.

-Amigos, la personalidad de nuestro editor y Presidente del Proyecto Nacional de Cultura “Granada Costa”, me maravilla por sus dotes de observación de las personas, con su sentido crítico de las actitudes y los procederes de las mismas.

Y “dicho lo antedicho”, en adelante os seguiré ofreciendo mis capítulos  referentes a Claudia con temas instructivos y formativos, que procuraremos sean de vuestro agrado e interés.

 

Rogelio Garrido Montañana

Presidente de Honor del Proyecto Nacional de Cultura “Granada Costa”.

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