Al Desnudo: Entrevista a la escritora, poeta y diseñadora, María Manrique

Hoy hablamos con una persona que lleva poquito tiempo en el periódico Granada Costa, pero que en ese periodo se ha hecho querer, ha editado un libro, y como es una gran aficionada a las redes sociales, se ha hecho íntima amiga de los socios de Granada Costa a través de estos canales. Estamos hablando de María Manrique, quien nace en Mallorca en el año setenta.

¿Cuál es el motivo de que nacieras en Palma de Mallorca?

Mi padre era periodista, trabajaba en la Nueva España y por motivos de trabajo se trasladó a Palma de Mallorca, donde yo nací. Nací en el seno de un matrimonio con siete hijos. Por diversas circunstancias nos volvimos a trasladar a nuestra tierra natal, Mieres (Asturias), donde estuve con mis abuelos hasta los tres o cuatro años. Mis otros hermanos fueron trasladados a colegios internos.

¿Cómo fue tu estancia en Asturias?

Como digo, viví con mis abuelos, que nos mantuvieron como pudieron, ya que eran de clase obrera, siendo mi abuelo minero. Mi padre abandonó a mi madre cuando yo tenía dos años y nunca más volvió. Después de unos años nos trasladamos con mi madre aquí a Torremolinos a vivir en la zona del Calvario.

¿En qué año exactamente llegáis a Torremolinos?

En el 74.

Entonces en cuatro años recorres Mallorca, Asturias y Andalucía, ¿Y ya te quedas aquí?

Pasé mis primeros años en Torremolinos, mientras que mi madre tenía que ir sorteando varios trabajos para mantener a sus siete hijos. Sin embargo, cuando tenía siete u ocho años, nos separan, yéndose los niños por un lado, a la Ciudad de los Muchachos, y a las niñas nos llevan a un internado en Málaga, el Hogar San Carlos.

¿Qué tal fue tu estancia en el internado?

Pues apenas vi a mi madre en el tiempo que estuve allí, ya que ella empezó a pasarlo muy mal… En el internado estuve ocho años y era una niña muy solitaria. Por otro lado, sí que me gustaba enseñar a los menores, el fútbol, la lectura… Allí me saqué el graduado escolar.

Aunque en aquella época no había tantos recursos, conseguí con ocho años ser la campeona de natación de mi categoría y las monjas me llevaban a hacer certámenes, enseñar a otros… Hacíamos teatro en Granada, Sevilla, Córdoba, Cádiz.

De esta experiencia lo que más me marcó fue el pasar de Torremolinos, donde todo era verde y lleno de naturaleza, había piscinas, cierto grado de comodidad, luego pasar por los olivos y la tierra marrón del trayecto que hicimos junto a los agentes que nos llevaban al internado, para llegar finalmente a un lugar triste, gris, apagado… Cambió mi realidad totalmente. Allí me asignaron un número y un apellido, sin más.

¿Qué contacto tenías con tu padre y tu madre?

Con mi padre ninguno porque es alguien a quien en mi vida sólo he visto en una fotografía, y a mi madre en los seis primeros años de internado no la vi apenas.

Por lo que dices no fue una experiencia muy agradable, ¿fue instructiva?

No fue agradable, allí sufrí bullying, me apartaron de mi familia, estaba muy sola… Pero bueno, allí estuve hasta octavo de EGB, y aprendí de todo, incluso a bordar, aunque yo prefería jugar al fútbol. Aprendí también que la vida no es tan bonita como te la pintan, que tiene que aprender a convivir con niños de todo tipo porque no sabes lo que te vas a encontrar, que el respeto es fundamental.

¿Alguna anécdota de esta época?

Era muy común que en el internado por la tarde nos dieran pan con chocolate para merendar, era algo muy típico. Tal aberración que cogí, que me metía el chocolate en los zapatos, luego no veas los calcetines.

Como digo, me gustaba mucho la naturaleza, así cuando otros días nos daban gusanitos, yo me ponía muy tranquilamente a darle gusanitos a las hormiguitas. Cuando veía alguna avispa ahogada o muerta, intentaba reanimarla dándole en la tripa…

En algún momento de mi vida yo quise ser monja, porque sí que es verdad que ellas fueron muy buenas. Hubo una etapa en la que quise ir a la Cruz Roja como enfermera… Pero claro, la vida no te da lo que quieres siempre.

¿Qué hiciste al terminar el internado?

Cuando me obligaron a salir casi con 16 años ayudé a mis hermanas a cuidar a sus hijos, y estuve con mi madre y mi padrastro. Él se dedicaba a la venta ambulante y debido a nuestras diferencias, no teníamos un trato cordial. Por ello empecé a trabajar, ya que no quería seguir en la venta ambulante y mi madre me dijo que tenía que aportar para la casa. Así empecé de escaparatista en joyerías y empecé a estudiar sacándome mi titulación de puericultura. Cuando cumplí dieciocho años me independicé porque la convivencia era nefasta.

¿Tenías alguien que te apoyara?

Estaba saliendo con mi marido, por aquel entonces mi novio y con el cual llevo 32 años juntos.

Podemos decir que es el único amor de tu vida.

Sí, el único. En aquella época hubo un transcurso de convivencia y a los cinco años nos casamos, yendo a parar a casa de mi suegra por circunstancias de la vida.

¿Cómo trascurrieron los primeros años de matrimonio?

Me quedé embarazada de mi hija mayor, que tiene ahora 25 años y a los pocos meses dije que no: que estar allí no era para mí, porque, aunque soy muy conservadora y recta para unas cosas, también soy muy liberal para otras. Nos fuimos mi marido, mi niña y yo y nos independizamos.

Al cabo de unos años nació mi segunda hija y me diagnosticaron cáncer por primera vez, aunque ya van tres… Esta primera vez fue con 27 años y me operaron.

Hemos trabajado muy duro los dos para llevar nuestra casa adelante, mi marido con su profesión de carpintero; yo cuidando de niños o de gente mayor y también en las redes sociales, como voluntaria altruistamente…

Cuando os fuisteis de casa de tu suegra ¿a dónde fuisteis?

Nos vinimos aquí a Torremolinos.

¿A qué se dedican tus hijas?

La menor está terminando segundo de bachiller y vive independiente con su pareja. Mi hija mayor ha terminado su carrera de modelo y de publicidad e imagen y está ahora mismo haciendo sus pinitos. Por ahora estoy muy satisfecha con las dos.

La relación con tu marido, ¿cómo es después de 32 años?

Extraordinaria. No puedo tener quejas: él me apoya en todo siempre. Al principio le pareció extraño que retomara la escritura, porque, aunque ya lo hacía con 14 y 15 años lo tuve que dejar aparcado muchos años para atender a mi familia.

Tú te has dedicado a ser ama de casa.

En general sí, pero en concreto he hecho de madre, prima, abuela, tía… de todo, hasta de padre, ya que él trabajaba 13 horas al día.

Pero tu vocación realmente, ¿Cuál es?

Mis vocaciones son escribir y ayudar a los demás de forma altruista. Independientemente, trabajo en la hostelería, trabajo con niños y como limpiadora. Soy una pluriempleada. También realizo trabajos como diseñadora, especialmente de tocados. Estuve en una asociación llamada Atenea elaborando jabones, para lo cual me saqué el título…

¿Qué clase de diseños haces?

Son tocados flamencos, también tocados para ocasiones eventuales: comuniones, bodas…

Y ahora mismo, ¿cuáles son tus ocupaciones?

Me dedico a mi casa como he hecho siempre, pero a la vez desarrollo dos trabajos: el de la hostelería, siendo una especie de ama de llaves ya que ejerzo labores tanto de enfermera, como de cocinera y ama de casa en una casa particular con unos señores de alto standing. Y, por otro lado, el trabajo del diseño de tocados, para lo cual me ha llamado Don Manuel Beltrán a presentarlos en Málaga recientemente.

Viendo la cantidad de cosas que llevas para adelante, ¿de dónde sacas tiempo para ti, especialmente para escribir?

Pues el secreto está en que duermo las horas justas. Cuando llega la noche me evado, empiezo a escribir y entro en otro mundo.

Con tan larga trayectoria de escritora… tendrás infinidad de trabajos inéditos guardados en el cajón.

La verdad es que sí, tengo mucho trabajo por sacar a la calle. Son poemas, reflexiones, experiencias de mi vida, son vivencias un poco surrealistas que no cuadran mucho con la realidad y por tanto cuestan un poco creerse.

También dices que tienes un trabajo en las redes sociales.

Es curioso, porque yo antes era anti redes sociales. Pero, cuando me diagnosticaron de cáncer por tercera vez, quise hacer algo que me reconfortara en esa situación, así que todo empezó cuando hice una donación que consistía en mandar una cantidad de dinero para causas sociales en Sudáfrica, concretamente para la realización de tubos con los que los niños tuvieran agua potable. Todo parecía muy real: me mandaron justificantes, fotos y confirmaciones de que todo había ido bien… Pero, una vez hecho el ingreso me di cuenta de que iban fallando cosas y de que todo era falso. Mi mundo se fue al garete.

Entonces tomé cartas en el asunto y me puse a apoyar a las personas que realmente hacen labores por la causa justa y que no engañan a la gente. Los llevo apoyando desde hace 18 años, pero desde hace 2 realizo labores en el marketing social de estas fundaciones. Como bien digo, lo hago altruistamente. No me piden ayuda monetaria, pero sí que les ayude con sus difusiones, porque por lo visto les da bastante impulso.

¿Cuántas personas te siguen en las redes sociales?

En Twitter me siguen cerca de 4.000 personas en un año. En Facebook y en Instagram soy más selectiva, ya que he sufrido muchísimas suplantaciones. Por ello ahí me limito a seguir solamente lo que considero que conozco y cuando me piden ayuda procuro pedir identificación. De las muchas denuncias que he puesto por suplantación de identidad, la mayoría han salido para adelante y me han felicitado por mi labor.

Mencionaste anteriormente que de pequeña te gustaba jugar al fútbol, algo que por entonces era raro… Las niñas jugaban a la comba u otras cosas. ¿Qué te decían tus amigas o amigos de esto?

Bueno, como se decía por aquel entonces, que era un poco “marimacho”. Los niños me llamaban para jugar, normalmente de portero o defensa porque era muy buena parando… ¡y lo sigo siendo!

En cuanto al cáncer que has sufrido en repetidas ocasiones, ¿cómo fue la primera vez que lo supiste?

Cuando me enteré de que tenía cáncer de ovarios al principio no lo asimilé. Pero un día, estando sentada en el sofá con mi marido, le dije: “Llévame al hospital, porque me estoy muriendo”. Al médico le presenté la documentación que llevaba, en la cual otros doctores me habían dicho que no tenía nada, ya que él decía que si es que no iba al médico. Me dio la opción de operarme para extirparme el tumor y la cogí. A los pocos días me fui del hospital por mi propio pie.

Te relajaste pensando que había desaparecido.

Sí, me dijeron que se había ido para siempre, pero a los tres años reapareció en el mismo sitio. Me dijeron que aquello había que quitarlo al completo… Pero me tuvieron dieciocho años dando vueltas porque me decían que no me querían tocar, que era muy joven. Yo decía que quería seguir viviendo, que no tendría más hijos. Entonces fui a la consulta privada y me dieron cita para operarme en unos meses y quitármelo todo.

Y hace dos años me sucedió de nuevo: me dijeron que no es malo estrictamente hablando pero que tiene que estar muy controlado, al principio con revisiones trimestrales, luego semestrales y por último anuales; y que tenía que aprender a vivir con ello. Así lo estoy haciendo, intento poner una sonrisa donde hay una lágrima, cambiar un poquito el sistema…

También has mencionado tu labor como diseñadora de tocados, ¿Cómo empezaste a dedicarte a esto?

En la comunión de mi hija le diseñé el tocado que llevó junto al resto del conjunto. Posteriormente he diseñado alguno para eventos o desfiles…

¿Quién se encarga de promocionarlo?

De momento Manuel Beltrán, profesor de Modelo aquí en Málaga.

¿Has trabajado alguna vez como modelo?

Sí, precisamente con este señor. Hace dos años estuve en Málaga en Mare Nostrum. En un principio patrociné gafas de sol, ropa de motero…

Llegamos así a la escritura, la cual te estás tomando muy en serio, ya que has sacado tu primer libro La vida es Sueño, un poemario con ilustraciones a color, con unas 200 páginas.

Se trata de un proyecto que comenzó cuando me diagnosticaron el cáncer, ya que sentía que cuando escribía se me aliviaba el dolor, me evadía de la cruda realidad. Hasta tal punto que los doctores me dijeron que me disminuyó el tumor. El libro está teniendo muy buena aceptación y los lectores están contentos.

¿Tienes más libros pensados para publicar?

Sí, tengo tres libros más registrados, cuya edición comenzará cuando considere que he acabado con la promoción y venta de este que acabo de editar.

¿Has presentado el libro en algún evento?

Sí, lo presenté en la asociación de rapsodas de Málaga. Allí se vendieron unos cuantos libros y me han comentado que les ha gustado bastante.

¿Te gustaría dar una conferencia de algún tema en concreto?

Me gustaría hablar sobre el cáncer, para aminorar el miedo que le tiene la gente, ya que en la mayoría de ocasiones se supera, aunque hay que tener mucha positividad y mucha energía. En segundo lugar, hablaría sobre la fibromialgia, una enfermedad para la que no existe cura, pero sí paliativos. Por último, me gustaría hablar sobre la educación de los menores, los necesarios cambios necesarios en la ley del menor y el apoyo que necesitan los padres y educadores, partiendo de las instituciones públicas.

Desde Granada Costa te ofreceremos la oportunidad de hablar de alguno de estos temas en público. El proyecto también te ha concedido recientemente el Premio Conde de Hubrite, con lo cual se te editará un libro de ochenta páginas, quedándote tú 100 ejemplares y repartiéndose multitud de ellos entre los asociados al periódico Granada Costa y las instituciones públicas y privadas a las que alcanza su difusión. ¿Qué ha supuesto para ti este Premio?

Os agradezco mucho esta oportunidad para dar las conferencias. En cuanto al premio, he de decir que, aunque no conocí a mi padre, sé que se sentiría muy orgulloso de mí al saber que estoy escribiendo a nivel profesional, ya que en su familia se han destilado numerosos escritores y periodistas.

Ahora, en la madurez de tu vida, te has reencontrado con la faceta de escritora que tan dentro de ti llevabas. ¿Has pensado en escribir una novela?

Me siento yo misma. Después de tantos años dándolo todo por los demás, cosa que seguiré haciendo, por supuesto, estoy disfrutando de hacer lo que a mí me gusta y siempre con el apoyo de mi marido, que siempre me anima a que haga esto para mí misma.

Sí que tengo en mente una novela, a la que estoy dándole vueltas. Sería un poco surrealista, basada en la experiencia que he tenido en estos dos últimos años, sobre todo con la vinculación a las redes sociales.

Una vez llegados a este punto, sólo me queda preguntarte si crees que nos hemos dejado algo atrás en esta entrevista.

Pues yo diría que no, en la entrevista hemos tocado todos los aspectos relevantes de mis experiencias, intereses, expectativas, etc.

Quedan unas preguntas basadas en tu experiencia vital. La primera sería: A una niña que pasase por donde tú pasaste, ¿qué le recomendarías?

En primer lugar, que tenga mucha fortaleza, que confíe en las personas que la están educando, que se agarre muy fuerte a la vida y sobre todo que se forme, como persona y a nivel profesional, para que tenga un futuro. Y, por supuesto, que nunca renuncie a sus sueños, que saque adelante lo que tenga en la cabeza.

Supongo que tienes muy claro qué compañero elegirías para vivir tu vida.

Evidentemente mi marido.

¿A qué poeta te gustaría recitar?

A Antonio Machado.

¿Algún problema social que querrías ver resuelto?

Sobre todo, aquí en España, me gustaría que las autoridades, Gobiernos y demás entes y personalidades públicos, nos dieran autoridad a los padres para poder educar a nuestros hijos de modo que en el día de mañana sean personas de bien.

¿Alguna profesión que te hubiera gustado ejercer?

Me hubiera gustado ser enfermera.

¿Soñadora o realista?

Es algo complicado, ya que dentro de la poesía es muy ambiguo. Soy una persona muy soñadora con los pies en el suelo. Pero a la vez, en los momentos de soledad, nos trasladamos a mundos de ensueño para escribir.

¿Qué tipo de artesanía es la que más te ha gustado realizar?

Los tocados de comunión. Es el que más me ha llenado.

¿En qué ciudad te gustaría presentar estos tocados?

Me gustaría volver a presentarlos en Málaga, y hacerme así un nombre.

¿Tu ciudad favorita?

Mieres, en Asturias, o Covadonga.

¿Qué es lo que más te gusta del Principado de Asturias?

Es muy complicado elegir. Creo que es que la sangre tira tanto… El simple hecho de respirar el aire de allí, haría que te quedaras. Para ser más concreta diré la Virgen de Covadonga, la cripta, los sepulcros…

¿En qué te gustaría triunfar en esta vida?

Realmente, más que triunfar… Busco que se me conozca tal y como soy. A veces da la impresión de que soy seria y distante, pero no es más que firmeza en mis convicciones. Realmente soy una persona cercana, cariñosa y que se entrega a los demás sin esperar nada a cambio.

¿Qué te gustaría que recordasen de ti el día de mañana?

 Me gustaría que me recordasen tal y como soy, sin más. Una mujer humilde y sencilla, que no se fijen solo en una imagen sino en la persona.

¿Qué persona te gustaría que fuese tu amigo/a?

Voy a decir dos: Soledad Durnes Casañal y Hugh Jackman.

Carlos Álvaro Segura Venegas

Extraído de la entrevista que se hizo a María

Manrique para la Televisión Granada Costa