21 de marzo de 2020, Día Internacional de la Poesía

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Como todos sabéis, desde el Proyecto Nacional de Cultura Granada Costa, llevamos siendo habituales en esto de celebrar el Día Internacional de la Poesía varios años. Bien con 24 horas ininterrumpidas de poesía, con coloquios sobre poetas famosos o dando voz a todo aquel que ame la poesía. Para este año teníamos organizado un evento en el que homenajearíamos a San Juan de la Cruz, patrón de los poetas españoles, en el que contaríamos con charlas-coloquios sobre su impronta a nivel histórico y poético, y también asistirían diversas autoridades relacionadas con esta figura. Sin embargo, por motivos de fuerza mayor, como lo es el Coronavirus, el proyecto decidió posponer este encuentro hasta que la situación recobre cierta estabilidad.

No obstante, no es esto impedimento para que sigamos celebrando el Día de la Poesía e incluso gire esta celebración en torno a la figura de San Juan de la Cruz. Por ello, recopilamos aquí los poemas que nos habíais mandado para incorporar en el libro dedicado a San Juan, y también muchos de los poemas que el propio homenajeado nos dejó.

Empezamos con las poesías que nos habéis enviado:

DE LA TIERRA AL CIELO

Del penar hiciste tu apostolado

con fervorosa  caridad suprema.

Tu don de ser humilde te elevó…

A cielos de lunas eternas.

Viviste envuelto en celdas

de barrotes enjaulados.

Unos eran de hierros…

Otros de oraciones forjados.

Poeta de lo cercano

embajador de versos.

Compositor de vida…

Escritor de lo divino y humano.

Tu  fe en ocasiones cuestionada

te hizo ser fuerte en el empeño,

de dedicar tu vida a Dios…

Más allá de la vida y los sueños.

Fuiste hijo de Fontiveros

lugar privilegiado en tu memoria.

Donde enhebraste rezos…

De caminos venideros.

Poeta de lo cercano

embajador de versos

compositor de vida…

Escritor de lo divino y humano.

 A ti de debemos el don del no ego

pues basabas tu armonía en la humildad.

En la razón de la existencia callada…

En abrazar el aire de la caridad.

Poeta de lo divino y cercano.

Santo de lo sublime…

Bendice caminos

que eleven a ser humano.

A ti, San Juan de la Cruz

Hijo de Fontiveros…

Bendice vidas y rezos

de la tierra al cielo.

 

Toñy Castillo Meléndez

NOCHE SIN LUZ

La tinta de estos versos, cuándo eran ya gemidos,

son remansos de amores, fue calor destrozado,

fue aroma suspendido, fue un desgarro en lo humano,

y un latido prendido en corazón gastado.

En esta noche triste de un cielo ya quebrado,

camino del lamento, silencio acompasado,

me he subido a la rama de un almendro rosado

para cómo muero sin la voz en el canto.

Siempre quise quererte con cielo luminario,

pues mi sueño se hundía entre tiernos abrazos

pensando que el amado percibe ya la luz

con los ojos abiertos mirando aquel regazo.

La música del rezo en el coro más alto,

ha brillado en el claustro con timbre gregoriano,

con recuerdos de días en siglos ya pasados

para gloria de dios. Inocencia de hermano.

Estampo el beso al Padre con emoción de anciano

por trigales de campos de una Castilla en vela.

Carmelitano andando con gesto en la limosna

para unos pies descalzos y un apoyo en el llanto.

Tengo un cielo pendiente en la casa del Santo,

en el joven novicio, en los vasos de barro,

en las manos que imploran los frutos aún no hallados.

Tranquila está mi sangre, mi cuerpo descansado,

mi alcoba sin tiniebla y mi voz terminando.

Jesús Solano

 

SAN JUAN DE LA CRUZ

 

                                               Patrono de los poetas españoles

Por el Amor enviado, como un canto de aliento,

para besar las almas que forjan la esperanza

del hombre generoso, sembrador de confianza

en el seno de oro y luz del pensamiento.

Tu palabra se enrosca, desde su fundamento,

a la voz de los huertos, legado de la alianza

vital entre destinos, con sones de romanza,

y esa alba que nos tala dolor y sufrimiento.

Contigo los poetas cultivan los mensajes

abiertos a la vida de cualquier peregrino

que, en rosas y en diamantes, su credo se prodiga.

¡Oh San Juan!, tu embajada al caminante obliga

a ser el corazón de soles, que imagino,

en lucha persistente contra los vasallajes.

                            Carlos Benítez Villodres

SAN JUAN DE LA CRUZ, LUZ Y AMOR

 

Ansío caminar siempre contigo,

así enciende tu luz toda mi esencia

al calor de tu amor, con consistencia,

que mi sed apacigua al ser mi amigo.

Llevo tu fuente de pasión conmigo,

en la pleamar de un mar, en convivencia

vital con tu verdad y su coherencia,

porque está escrito en la bondad del trigo.

A nuestro amado Dios, que está en la cima

del universo, canto mis plegarias

de peregrino, con valor, que intima

con las palomas y sus luminarias.

Tu vida comprensiva me reanima

para escuchar tus brisas solidarias.

                            Carlos Benítez Villodres

               

SAN JUAN DE LA CRUZ O LA UNIÓN PERFECTA CON DIOS

Tu santidad fecunda me enternece,

al calor de las siete luces blancas,

que me anima a seguir por el camino,

donde la tierra pródiga me llama.

Siento en mi corazón tu fe de oro,

que me envía, en silencio, sus palabras

en vuelo permanente por los aires

de la vida colmada de esperanza.

En mi oleaje, en calma o encrespado,

permaneces unido a mi mirada

de amor a los torrentes, sin rincones,

que prefieren tocar la balalaika.

Oh San Juan de la Cruz, poeta místico,

cultiva en mí tu estrella, con luz alta,

al ritmo de claveles y de rosas,

mientras tus aves, con tesón, me cantan.

San Juan eres poeta de poetas,

desde tu cielo abierto a las manzanas,

tu belleza de alma engendra flores

que aroman mi rebelde madrugada.

La soledad destella en mi universo,

con dagas y con lágrimas que talas

por amor a mi río caudaloso

que se desliza por tus huellas santas.

Oh San Juan de la Cruz, eres destino

de mi alma gris a su dolor atada,

pero tú lo transformas en violetas

puras para la esencia de mi arpa.

                            Carlos Benítez Villodres

                                     

 

SAN JUAN DE LA CRUZ, MANANTIAL DE AMOR

Tu gloriosa santidad

da amor a la luz serena,

por eso, te proclamaron

patrono de los poetas.

Al echar tus puras redes

al mundo, mi fe se eleva

sobre el alma que mantiene

sus alegres primaveras.

Eres San Juan de la Cruz

el sol de las cantinelas,

que ilumina hasta el desierto

con temblorosas arenas.

Ansías borrar pecados

cometidos por estrellas

engendradas por semillas

que dan aliento a la tierra.

Oh San Juan, cuánto te ama

mi alma que tu amor sustenta,

mientras me bajas el cielo

con tus fuentes nunca secas.

                     Loli Molina

                   

SABIÉNDOSE HOMBRE DE DIOS AMADO

Con la voz quebrada de amor excelso.
Sabiéndose hombre, de Dios amado
lanzaba un ruego al cielo; la mano en pecho.

¡Dios mío, sálvame del fuego  del infierno
de  pobre alma herida de amor terreno!
Que quemándome por dentro ,muero.

¡Muero… y contigo vivir quiero!
Ten piedad y líbrame del sufrimiento.
Que no es vida  por la que yo porfío.

Bajo el manto de tu amor, busco cobijo.

Pobre de  mi, mortal, que viviendo penó

las tentaciones, revelándome el averno.

No me desampares en mi ruego.

Deseo vivir en un dulce abrazo

 de amor eterno.

María Eloina Bonet Sánchez

DEDICADO A SAN JUAN DE LA CRUZ

Patrón de los poetas españoles

lo nombraron por unanimidad,

por su lenguaje sencillo y cercano

por su inteligencia y humildad.

Nació el año 1542 en Fontiveros { Ávila }

Juan de Yepes Álvarez, se llamaba,

empezó a trabajar en un hospital

su familia empobrecida, lo necesitaba.

Se formó intelectualmente, en los Jesuitas de Medina del campo

en el 1564 empezó a estudiar, arte y filosofía,

en la universidad de Salamanca, conoció a santa Teresa de Jesús

los dos amaban la poesía.

Sus versos están esparcidos por muchos países

se le considera uno de los mayores poetas de España,

con un lenguaje vivo de la unión mística

sin comprometer, creencias, tradiciones ni amañas.

Son estos los factores que atraen más a los no creyentes

su propósito es dejar entre vez la realidad del amor divino,

sus poemas nos delatan la grandeza de su alma

y el amor y devoción que le tenía al Santísimo.

Muchos poemas no se recuperaron

estos son algunos de ellos, que se publicaron

después de su muerte.

LLAMADA DE AMOR VIVA

NOCHE OSCURA DEL ALMA

CANTAR DE LOS CANTARES

VIVO SIN VIVIR EN MI

¡OH LLAMADA DE AMOR VIVA!

CÁNTICO ESPIRITUAL.

y muchos más.

Sus versos son las vías expresivas

de una experiencia íntima y personal,

produce una rica literatura mística

de una vida consagrada a lo espiritual.

Murió en el año 1591 Úbeda { Jaén }

está enterrado en el convento, las Carmelitas de Segovia,

fue canonizado en el año 1726

y hasta aquí sé de su historia.

Madrid 2 de marzo de 2020,

Ángeles Martínez

SAN JUAN DE LA CRUZ

Sus versos quedarán

para ser recitados

un dolor escondido

su alma malversaron.

Sufrimientos pasados

con sollozos y llantos

cárceles y conventos

de místicos pecados.

Perdón de Dios imploro

deseo mi alma limpia

tú sabes que te adoro.

Con mi querer te quiero

este mi lazo fuerte

morir porque no muero.

Soledad Durnes Casañal

 

SAN JUAN DE LA CRUZ

POEMA A UN FRAILE LLENO DE BONDAD

Naciste en humilde cuna

De padre tejedor

Tu labor la conoce el mundo entero

ese motivo te llevó a ser santo y señor

Tus desventuras te pasaron factura,

aunque en aquellos años tus vivencias y letras daban paso

a lo mejor que estaba por venir…

Debajo de aquellos cedros en Granada

Tus mejores escritos dejaste en papel plasmados …

hasta nuestros días han llegado

Tu amiga Santa Teresa fue también tu alumna

y amiga infatigable de caminos

Los designios de Dios son tan grandes

que a ti San Juan el destino te forjó.

Levantaste monasterios

Ayudaste a los más desprotegidos

Ignorando que tu nombre se conocería por tu buen hacer

Sin haber nacido en Granada pues de tierras de Úbeda son tus raíces,

Granada es tu segunda tierra donde encontraste la paz

para escribir todo cuanto guardan los libros

hoy día llegan a manos de estudiosos

lectores con ansias de saber

De aquel fraile que siendo tan humilde

Entrego su vida a los demás

Así te recuerdan hoy con una estatua a tu memoria

que de por vida a de perdurar.

Maria Manrique Pérez

TRAS LAS HUELLAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ

 

Hoy me miraste, Señor,

con esas manos clavadas,

con esa frente sangrante,

con esa horrenda lanzada,

 y la dulzura de tus ojos,

¡han desgarrado mi alma!

Clavado por mí. Por todos.

¡Apuesta desesperada!

Tu sangre por nuestras faltas

y muchos te dan la espalda.

¿Qué podría  hacer, Señor,

para que otros te miraran?

¿Qué podría hacer, Señor,

para que otros más te amaran?

¿Qué podría hacer, Señor,

para poder evitarles,

que al rehuir tu mirada,

por insensatos y crueles,

dejen su alma condenada?

 

                                                          Antonio Prima Manzano

ME BASTA

 

Me basta mi Dios para conocerte,

gozar ya del cielo en esta vida,

pues la dicha que me tienes prometida

la vivo junto a Ti, ahora cada día.

Convertido en pan, a mi alma acudes,

mi alimento predilecto, ¡qué delicia!

Y qué mayor medicina encontraría

cualquier alma  atormentada y dolorida.

Ni el temor del infierno supondría

un dolor mayor del que tendría,

si perdido tu amor, tu compañía,

ese pan de tu carne, me perdía.

Eres parte de mí. Yo de tu cuerpo.

Y en tal grado en el amor ambos se funden,

que aunque todo lo del mundo lo perdiera,

sólo permanecer en Ti, ¡gloria obtuviera!

 Antonio Prima Manzano

 

SAN JUAN DE LA CRUZ

UNA NOVIA ETERNA a San Juan De la Cruz

Mirlo de alas azules,

ave pura y dócil de amor.

Voz de piedra pulida y deleite.

Voz de arpa madre de las cuerdas.

Caminas de la mano de Chaikovski,

¡ángel herido!

Orfebre del tapiz de la perfección.

Es tu vida un mar de oleaje bravío,

 dónde las penas y enojos vienen y van.

Al alba, que permite ver el cielo

al que te avezas,

recorres Castilla y Sierra Morena,

con tu canto de oración.

«Eres libre, como libre es el espíritu de Dios».

¿Quién apagará tus enojos?

¿Quién pondré fin a tu desgarradora soledad?

Tal vez:

la lluvia de luz extática,

sabiduría divina.

Bajo el abedul, junto al rio,

crecerán violetas y narcisos.

Sacará Dios el flexo del cielo

abrillantando tu arcoíris.

Ana María López Expósito

Una vez leídos los poemas dedicados a San Juan de la Cruz, sumerjámonos en algunas de las poesías de este genio:

POESÍAS

de

San Juan de la Cruz

 

CANTICO ESPIRITUAL (CA)

 

Canciones entre el alma y el Esposo

 

Esposa

 

  1. ¿Adónde te escondiste,

Amado, y me dejaste con gemido?

Como el ciervo huiste,

habiéndome herido;

salí tras ti clamando, y eras ido.

  1. Pastores, los que fuerdes

allá por las majadas al otero:

si por ventura vierdes

aquel que yo más quiero,

decidle que adolezco, peno y muero.

  1. Buscando mis amores,

iré por esos montes y riberas;

ni cogeré las flores,

ni temeré las fieras,

y pasaré los fuertes y fronteras.

Pregunta a las criaturas

 

  1. ¡Oh bosques y espesuras,

plantadas por la mano del Amado!

¡Oh prado de verduras,

de flores esmaltado!

Decid si por vosotros ha pasado.

Respuesta de las criaturas

 

  1. Mil gracias derramando

pasó por estos Sotos con presura,

e, yéndolos mirando,

con sola su figura

vestidos los dejó de hermosura.

Esposa

 

  1. ¡Ay, quién podrá sanarme!

Acaba de entregarte ya de vero:

no quieras enviarme

de hoy más ya mensajero,

que no saben decirme lo que quiero.

  1. Y todos cuantos vagan

de ti me van mil gracias refiriendo,

y todos más me llagan,

y déjame muriendo

un no sé qué que quedan balbuciendo.

  1. Mas ¿cómo perseveras,

¡oh vida!, no viviendo donde vives,

y haciendo porque mueras

las flechas que recibes

de lo que del Amado en ti concibes?

  1. ¿Por qué, pues has llagado

aqueste corazón, no le sanaste?

Y, pues me le has robado,

¿por qué así le dejaste,

y no tomas el robo que robaste?

  1. Apaga mis enojos,

pues que ninguno basta a deshacellos,

y véante mis ojos,

pues eres lumbre dellos,

y sólo para ti quiero tenellos.

  1. ¡Oh cristalina fuente,

si en esos tus semblantes plateados

formases de repente

los ojos deseados

que tengo en mis entrañas dibujados!

  1. ¡Apártalos, Amado,

que voy de vuelo!

El Esposo

 

-Vuélvete, paloma,

que el ciervo vulnerado

por el otero asoma

al aire de tu vuelo, y fresco toma.

La Esposa

 

  1. Mi Amado, las montañas,

los valles solitarios nemorosos,

las ínsulas extrañas,

los ríos sonorosos,

el silbo de los aires amorosos,

  1. la noche sosegada

en par de los levantes del aurora,

la música callada,

la soledad sonora,

la cena que recrea y enamora.

  1. Nuestro lecho florido,

de cuevas de leones enlazado,

en púrpura tendido,

de paz edificado,

de mil escudos de oro coronado.

  1. A zaga de tu huella

las jóvenes discurren al camino,

al toque de centella,

al adobado vino,

emisiones de bálsamo divino.

  1. En la interior bodega

de mi Amado bebí, y cuando salía

por toda aquesta vega,

ya cosa no sabía;

y el ganado perdí que antes seguía.

  1. Allí me dio su pecho,

allí me enseñó ciencia muy sabrosa;

y yo le di de hecho

a mí, sin dejar cosa:

allí le prometí de ser su Esposa.

  1. Mi alma se ha empleado,

y todo mi caudal en su servicio;

ya no guardo ganado,

ni ya tengo otro oficio,

que ya sólo en amar es mi ejercicio.

  1. Pues ya si en el ejido

de hoy más no fuere vista ni hallada,

diréis que me he perdido;

que, andando enamorada,

me hice perdidiza, y fui ganada.

  1. De flores y esmeraldas,

en las frescas mañanas escogidas,

haremos las guirnaldas

en tu amor florecidas

y en un cabello mío entretejidas.

  1. En solo aquel cabello

que en mi cuello volar consideraste,

mirástele en mi cuello,

y en él preso quedaste,

y en uno de mis ojos te llagaste.

  1. Cuando tú me mirabas

su gracia en mí tus ojos imprimían;

por eso me adamabas,

y en eso merecían

los míos adorar lo que en ti vían.

  1. No quieras despreciarme,

que, si color moreno en mi hallaste,

ya bien puedes mirarme

después que me miraste,

que gracia y hermosura en mi dejaste.

  1. Cogednos las raposas,

que está ya florecida nuestra viña,

en tanto que de rosas

hacemos una piña,

y no parezca nadie en la montiña.

  1. Detente, cierzo muerto;

ven, austro, que recuerdas los amores,

aspira por mi huerto,

y corran sus olores,

y pacerá el Amado entre las flores.

Esposo

 

  1. Entrado se ha la esposa

en el ameno huerto deseado,

y a su sabor reposa,

el cuello reclinado

sobre los dulces brazos del Amado.

  1. Debajo del manzano,

allí conmigo fuiste desposada.

allí te di la mano,

y fuiste reparada

donde tu madre fuera violada.

  1. A las aves ligeras,

leones, ciervos, gamos saltadores,

montes, valles, riberas,

aguas, aires, ardores

y miedos de las noches veladores,

  1. Por las amenas liras

y canto de serenas os conjuro

que cesen vuestras iras,

y no toquéis al muro,

porque la esposa duerma más seguro.

Esposa

 

  1. Oh ninfas de Judea!,

en tanto que en las flores y rosales

el ámbar perfumea,

morá en los arrabales,

y no queráis tocar nuestros umbrales

  1. Escóndete, Carillo,

y mira con tu haz a las montañas,

y no quieras decillo;

mas mira las compañas

de la que va por ínsulas extrañas

Esposo

 

  1. La blanca palomica

al arca con el ramo se ha tornado

y ya la tortolica

al socio deseado

en las riberas verdes ha hallado.

  1. En soledad vivía,

y en soledad ha puesto ya su nido,

y en soledad la guía

a solas su querido,

también en soledad de amor herido.

Esposa

 

  1. Gocémonos, Amado,

y vámonos a ver en tu hermosura

al monte ó al collado

do mana el agua pura;

entremos más adentro en la espesura.

  1. Y luego a las subidas

cavernas de la piedra nos iremos,

que están bien escondidas,

y allí nos entraremos,

y el mosto de granadas gustaremos

  1. Allí me mostrarías

aquello que mi alma pretendía,

y luego me darías

allí, tú, vida mía,

aquello que me diste el otro día:

  1. El aspirar del aire,

el canto de la dulce Filomena,

el soto y su donaire,

en la noche serena,

con llama que consume y no da pena

  1. Que nadie lo miraba,

Aminadab tampoco parecía,

y el cerco sosegaba,

y la caballería

a vista de las aguas descendía.

NOCHE OSCURA

 

Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de

la perfección, que es la unión con Dios, por el camino de la

negación espiritual. Del mismo autor.

  1. En una noche oscura,

con ansias, en amores inflamada

¡oh dichosa ventura!,

salí sin ser notada

estando ya mi casa sosegada.

  1. A oscuras y segura,

por la secreta escala disfrazada,

¡Oh dichosa ventura!,

a oscuras y en celada,

estando ya mi casa sosegada.

  1. En la noche dichosa

en secreto, que nadie me veía,

ni yo miraba cosa,

sin otra luz y guía

sino la que en el corazón ardía.

  1. Aquésta me guiaba

más cierto que la luz del mediodía,

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía,

en parte donde nadie parecía.

  1. ¡Oh noche que guiaste!

¡Oh noche amable más que el alborada!

¡Oh noche que juntaste

Amado con amada,

amada en el Amado transformada!

  1. En mi pecho florido

que entero para él sólo se guardaba,

allí quedó dormido,

y yo le regalaba,

y el ventalle de cedros aire daba

  1. El aire de la almena,

cuando yo sus cabellos esparcía,

con su mano serena

en mi cuello hería

y todos mis sentidos suspendía.

  1. Quedéme y olvidéme,

el rostro recliné sobre el Amado,

cesó todo y dejéme,

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.

LLAMA DE AMOR VIVA

 

Canciones del alma en la íntima comunicación,

de unión de amor de Dios. Del mismo autor.

  1. ¡Oh llama de amor viva,

que tiernamente hieres

de mi alma en el más profundo centro!

Pues ya no eres esquiva,

acaba ya, si quieres;

¡rompe la tela de este dulce encuentro!

  1. ¡Oh cauterio suave!

¡Oh regalada llaga!

¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,

que a vida eterna sabe,

y toda deuda paga!

Matando. muerte en vida la has trocado.

  1. ¡Oh lámparas de fuego,

en cuyos resplandores

las profundas cavernas del sentido,

que estaba oscuro y ciego,

con extraños primores

calor y luz dan junto a su Querido!

  1. ¡Cuán manso y amoroso

recuerdas en mi seno,

donde secretamente solo moras

y en tu aspirar sabroso,

de bien y gloria lleno,

cuán delicadamente me enamoras!

Coplas hechas sobre un éxtasis

de harta contemplación.

 

Entréme donde no supe:

y quedéme no sabiendo,

toda ciencia trascendiendo.

  1. Yo no supe dónde estaba,

pero, cuando allí me vi,

sin saber dónde me estaba,

grandes cosas entendí;

no diré lo que sentí,

que me quedé no sabiendo,

toda ciencia trascendiendo.

  1. De paz y de piedad

era la ciencia perfecta,

en profunda soledad

entendida, vía recta;

era cosa tan secreta,

que me quedé balbuciendo,

toda ciencia trascendiendo.

  1. Estaba tan embebido,

tan absorto y ajenado,

que se quedó mi sentido

de todo sentir privado,

y el espíritu dotado

de un entender no entendiendo.

toda ciencia trascendiendo.

  1. El que allí llega de vero

de sí mismo desfallece;

cuanto sabía primero

mucho bajo le parece,

y Su ciencia tanto crece,

que se queda no sabiendo,

toda ciencia trascendiendo.

  1. Cuanto más alto se sube,

tanto menos se entendía,

que es la tenebrosa nube

que a la noche esclarecía:

por eso quien la sabía

queda siempre no sabiendo,

toda ciencia trascendiendo.

  1. Este saber no sabiendo

es de tan alto poder,

que los sabios arguyendo

jamás le pueden vencer;

que no llega su saber

a no entender entendiendo,

toda ciencia trascendiendo.

  1. Y es de tan alta excelencia

aqueste sumo saber,

que no hay facultad ni ciencia

que la puedan emprender;

quien se supiere vencer

con un no saber sabiendo,

irá siempre trascendiendo.

  1. Y, si lo queréis oír,

consiste esta suma ciencia

en un subido sentir

de la divinal esencia;

es obra de su clemencia

hacer quedar no entendiendo,

toda ciencia trascendiendo.

Coplas del alma que pena por ver a Dios.

Vivo sin vivir en mí

y de tal manera espero,

que muero porque no muero.

  1. En mí yo no vivo ya,

y sin Dios vivir no puedo;

pues sin él y sin mí quedo,

este vivir ¿qué será?

Mil muertes se me hará,

pues mi misma vida espero,

muriendo porque no muero.

  1. Esta vida que yo vivo

es privación de vivir;

y así, es continuo morir

hasta que viva contigo.

Oye, mi Dios, lo que digo:

que esta vida no la quiero,

que muero porque no muero.

  1. Estando ausente de ti

¿qué vida puedo tener,

sino muerte padecer

la mayor que nunca vi?

Lástima tengo de mí,

pues de suerte persevero,

que muero, porque no muero.

  1. El pez que del agua sale

aun de alivio no carece,

que en la muerte que padece

al fin la muerte le vale.

¿Qué muerte habrá que se iguale

a mi vivir lastimero,

pues si más vivo más muero?

 

  1. Cuando me pienso aliviar

de verte en el Sacramento,

háceme más sentimiento

el no te poder gozar;

todo es para más penar

por no verte como quiero,

y muero porque no muero.

  1. Y si me gozo, Señor,

con esperanza de verte,

en ver que puedo perderte

se me dobla mi dolor;

viviendo en tanto pavor

y esperando como espero,

muérome porque no muero.

  1. ¡Sácame de aquesta muerte

mi Dios, y dame la vida;

no me tengas impedida

en este lazo tan fuerte;

mira que peno por verte,

y mi mal es tan entero,

que muero porque no muero.

  1. Lloraré mi muerte ya

y lamentaré mi vida,

en tanto que detenida

por mis pecados está.

¡Oh mi Dios!, ¿cuándo será

cuando yo diga de vero:

vivo ya porque no muero?

Otras del mismo a lo divino.

Tras de un amoroso lance,

y no de esperanza falto,

volé tan alto, tan alto,

que le di a la caza alcance.

  1. Para que yo alcance diese

a aqueste lance divino,

tanto volar me convino

que de vista me perdiese;

y, con todo, en este trance

en el vuelo quedé falto;

mas el amor fue tan alto,

que le di a la caza alcance.

  1. Cuanto más alto subía

deslumbróseme la vista,

y la más fuerte conquista

en oscuro se hacía;

mas, por ser de amor el lance

di un ciego y oscuro salto,

y fui tan alto, tan alto,

que le di a la caza alcance.

  1. Cuanto más alto llegaba

de este lance tan subido,

tanto más bajo y rendido

y abatido me hallaba;

dije: ¡No habrá quien alcance!

y abatíme tanto, tanto,

que fui tan alto, tan alto,

que le di a la caza alcance.

  1. Por una extraña manera

mil vuelos pasé de un vuelo,

porque esperanza del cielo

tanto alcanza cuanto espera;

esperé solo este lance,

y en esperar no fui falto,

pues fui tan alto, tan alto,

que le di a la caza alcance.

Otras canciones a lo divino de Cristo y el alma.

  1. Un pastorcico solo está penado,

ajeno de placer y de contento,

y en su pastora puesto el pensamiento,

y el pecho del amor muy lastimado.

  1. No llora por haberle amor llagado,

que no le pena verse así afligido,

aunque en el corazón está herido;

mas llora por pensar que está olvidado.

  1. Que sólo de pensar que está olvidado

de su bella pastora, con gran pena

se deja maltratar en tierra ajena,

el pecho del amor muy lastimado.

  1. Y dice el pastorcito: ¡Ay, desdichado

de aquel que de mi amor ha hecho ausencia

y no quiere gozar la mi presencia,

y el pecho por su amor muy lastimado!

 

  1. Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado

sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos,

y muerto se ha quedado asido dellos,

el pecho del amor muy lastimado.

Cantar del alma que se huelga

de conocer a Dios por fe.

 

Qué bien sé yo la fonte que mane y corre,

aunque es de noche.

  1. Aquella eterna fonte está escondida,

que bien sé yo do tiene su manida,

aunque es de noche.

  1. Su origen no lo sé, pues no le tiene,

mas sé que todo origen de ella tiene,

aunque es de noche.

  1. Sé que no puede ser cosa tan bella,

y que cielos y tierra beben de ella,

aunque es de noche.

  1. Bien sé que suelo en ella no se halla,

y que ninguno puede vadealla,

aunque es de noche.

  1. Su claridad nunca es oscurecida,

y sé que toda luz de ella es venida,

aunque es de noche.

  1. Sé ser tan caudalosos sus corrientes.

que infiernos, cielos riegan y las gentes,

aunque es de noche.

  1. El corriente que nace de esta fuente

bien sé que es tan capaz y omnipotente,

aunque es de noche.

  1. El corriente que de estas dos procede

sé que ninguna de ellas le precede,

aunque es de noche.

  1. Aquesta eterna fonte está escondida

en este vivo pan por darnos vida,

aunque es de noche.

  1. Aquí se está llamando a las criaturas,

y de esta agua se hartan, aunque a oscuras

porque es de noche.

  1. Aquesta viva fuente que deseo,

en este pan de vida yo la veo,

aunque es de noche.

ROMANCES

 

Romance sobre el Evangelio

“In principio erat Verbum”,

acerca de la Santísima Trinidad.

 

  1. En el principio moraba

el Verbo, y en Dios vivía,

en quien su felicidad

infinita poseía.

  1. El mismo Verbo Dios era,

que el principio se decía;

él moraba en el principio,

y principio no tenía.

  1. El era el mismo principio;

por eso de él carecía.

El Verbo se llama Hijo,

que del principio nacía;

hale siempre concebido

y siempre le concebía;

  1. dale siempre su sustancia,

y siempre se la tenía.

Y así la gloria del Hijo

es la que en el Padre había

y toda su gloria el Padre

  1. en el Hijo poseía.

Como amado en el amante

uno en otro residía,

y aquese amor que los une

en lo mismo convenía

  1. con el uno y con el otro

en igualdad y valía.

Tres Personas y un amado

entre todos tres había,

y un amor en todas ellas

  1. y un amante las hacía,

y el amante es el amado

en que cada cual vivía;

que el ser que los tres poseen

cada cual le poseía,

  1. y cada cual de ellos ama

a la que este ser tenía.

Este ser es cada una,

y éste solo las unía

en un inefable nudo

  1. que decir no se sabía;

por lo cual era infinito

el amor que las unía,

porque un solo amor tres tienen

que su esencia se decía;

  1. que el amor cuanto más uno,

tanto más amor hacía.

De la comunicación de las tres Personas.

 

En aquel amor inmenso

que de los dos procedía,

palabras de gran regalo

  1. el Padre al Hijo decía,

de tan profundo deleite,

que nadie las entendía;

sólo el Hijo lo gozaba,

que es a quien pertenecía.

  1. Pero aquello que se entiende

de esta manera decía:

-Nada me contenta, Hijo,

fuera de tu compañía;

y si algo me contenta,

  1. en ti mismo lo quería.

El que a ti más se parece

a mi más satisfacía,

y el que en nada te semeja

en mí nada hallaría.

  1. En ti solo me he agradado,

¡Oh vida de vida mía!.

Eres lumbre de mi lumbre,

eres mi sabiduría,

figura de mi sustancia,

  1. en quien bien me complacía.

Al que a ti te amare, Hijo,

a mí mismo le daría,

y el amor que yo en ti tengo

ese mismo en él pondría,

  1. en razón de haber amado

a quien yo tanto quería.

De la creación.

 

-Una esposa que te ame.

mi Hijo, darte quería,

que por tu valor merezca

  1. tener nuestra compañía

y comer pan a una mesa,

del mismo que yo comía,

porque conozca los bienes

que en tal Hijo yo tenía,

  1. y se congracie conmigo

de tu gracia y lozanía.

-Mucho lo agradezco, Padre,

el Hijo le respondía-;

a la esposa que me dieres

  1. yo mi claridad daría,

para que por ella vea

cuánto mi Padre valía,

y cómo el ser que poseo

de su ser le recibía.

  1. Reclinarla he yo en mi brazo,

y en tu ardor se abrasaría,

y con eterno deleite

tu bondad sublimaría.

Prosigue

 

-Hágase, pues -dijo el Padre-,

  1. que tu amor lo merecía;

y en este dicho que dijo,

el mundo criado había

palacio para la esposa

hecho en gran sabiduría;

  1. el cual en dos aposentos,

alto y bajo. dividía.

El bajo de diferencias

infinitas componía;

mas el alto hermoseaba

  1. de admirable pedrería,

porque conozca la esposa

el Esposo que tenía.

En el alto colocaba

la angélica jerarquía;

  1. pero la natura humana

en el bajo la ponía,

por ser en su compostura

algo de menor valía.

Y aunque el ser y los lugares

  1. de esta suerte los partía,

pero todos son un cuerpo

de la esposa que decía;

que el amor de un mismo Esposo

una esposa los hacía.

  1. Los de arriba poseían

el Esposo en alegría;

los de abajo, en esperanza

de fe que les infundía,

diciéndoles que algún tiempo

  1. él los engrandecería.

y que aquella su bajeza

él se la levantaría

de manera que ninguno

ya la vituperaría;

  1. porque en todo semejante

él a ellos se haría

y se vendría con ellos,

y con ellos moraría;

y que Dios sería hombre,

  1. y que el hombre Dios sería,

y trataría con ellos,

comería y bebería;

y que con ellos contino

él mismo se quedaría,

  1. hasta que se consumase

este siglo que corría,

cuando se gozaran juntos

en eterna melodía;

porque él era la cabeza

  1. de la esposa que tenía,

a la cual todos los miembros

de los justos juntaría.

que son cuerpo de la esposa,

a la cual él tomaría

  1. en sus brazos tiernamente,

y allí su amor la diría;

y que, así juntos en uno,

al Padre la llevaría,

donde del mismo deleite

  1. que Dios goza, gozaría;

que, como el Padre y el Hijo,

y el que de ellos procedía

el uno vive en el otro,

así la esposa sería,

  1. que, dentro de Dios absorta,

vida de Dios viviría.

Prosigue

 

Con esta buena esperanza

que de arriba les venía,

el tedio de sus trabajos

  1. más leve se les hacía;

pero la esperanza larga

y el deseo que crecía

de gozarse con su Esposo

contino les afligía;

  1. por lo cual con oraciones,

con suspiros y agonía,

con lágrimas y gemidos

le rogaban noche y día

que ya se determinase

  1. a les dar su compañía.

Unos decían: -¡Oh si fuese

en mi tiempo el alegría!

Otros: -¡Acaba, Señor;

al que has de enviar, envía!

  1. Otros: -¡Oh si ya rompieses

esos cielos, y vería

con mis ojos que bajases,

y mi llanto cesaría!

¡Regad, nubes, de lo alto,

  1. que la tierra lo pedía,

y ábrase ya la tierra,

que espinas nos producía,

y produzca aquella flor

con que ella florecería!

  1. Otros decían: -¡Oh dichoso

el que en tal tiempo sería,

que merezca ver a Dios

con los ojos que tenía,

y tratarle con sus manos,

  1. y andar en su compañía,

y gozar de los misterios

que entonces ordenaría!

Prosigue

 

En aquestos y otros ruegos

gran tiempo pasado había;

  1. pero en los postreros años

el fervor mucho crecía,

cuando el viejo Simeón

en deseo se encendía,

rogando a Dios que quisiese

  1. dejalle ver este día.

Y así, el Espíritu Santo

al buen viejo respondía;

-Que le daba su palabra

que la muerte no vería

  1. hasta que la vida viese

que de arriba descendía.

y que él en sus mismas manos

al mismo Dios tomaría,

y le tendría en sus brazos

  1. y consigo abrazaría.

Prosigue la Encarnación.

 

Ya que el tiempo era llegado

en que hacerse convenía

el rescate de la esposa,

que en duro yugo servía

  1. debajo de aquella ley

que Moisés dado le había,

el Padre con amor tierno

de esta manera decía:

-Ya ves, Hijo, que a tu esposa

  1. a tu imagen hecho había,

y en lo que a ti se parece

contigo bien convenía;

pero difiere en la carne

que en tu simple ser no había

  1. En los amores perfectos

esta ley se requería:

que se haga semejante

el amante a quien quería;

que la mayor semejanza

  1. más deleite contenía;

el cual, sin duda, en tu esposa

grandemente crecería

si te viere semejante

en la carne que tenía.

  1. -Mi voluntad es la tuya

-el Hijo le respondía-,

y la gloria que yo tengo

es tu voluntad ser mía,

y a mí me conviene, Padre,

  1. lo que tu Alteza decía,

porque por esta manera

tu bondad más se vería;

veráse tu gran potencia,

justicia y sabiduría;

  1. irélo a decir al mundo

y noticia le daría

de tu belleza v dulzura

y de tu soberanía.

Iré a buscar a mi esposa,

  1. y sobre mí tomaría

sus fatigas y trabajos,

en que tanto padecía;

y porque ella vida tenga,

yo por ella moriría,

  1. y sacándola del lago

a ti te la volvería.

Prosigue

 

Entonces llamó a un arcángel

que san Gabriel se decía,

y enviólo a una doncella

  1. que se llamaba María,

de cuyo consentimiento

el misterio se hacía;

en la cual la Trinidad

de carne al Verbo vestía;

  1. y aunque tres hacen la obra,

en el uno se hacía;

y quedó el Verbo encarnado

en el vientre de María.

Y el que tenia sólo Padre,

  1. ya también Madre tenía,

aunque no como cualquiera

que de varón concebía,

que de las entrañas de ella

él su carne recibía;

  1. por lo cual Hijo de Dios

y del hombre se decía.

Del Nacimiento.

 

Ya que era llegado el tiempo

en que de nacer había,

así como desposado

  1. de su tálamo salía

abrazado con su esposa,

que en sus brazos la traía,

al cual la graciosa Madre

en un pesebre ponía,

  1. entre unos animales

que a la sazón allí había.

Los hombres decían cantares,

los ángeles melodía,

festejando el desposorio

  1. que entre tales dos había.

Pero Dios en el pesebre

allí lloraba y gemía,

que eran joyas que la esposa

al desposorio traía.

  1. Y la Madre estaba en pasmo

de que tal trueque veía:

el llanto del hombre en Dios,

y en el hombre la alegría,

lo cual del uno y del otro

  1. tan ajeno ser solía.

FINIS

Otro del mismo (autor) que va por

“Super flumina Babylonis”.

 

Encima de las corrientes

que en Babilonia hallaba,

allí me senté llorando,

allí la tierra regaba,

  1. acordándome de ti,

¡Oh Sión!, a quien amaba.

Era dulce tu memoria,

y con ella más lloraba.

Dejé los trajes de fiesta,

  1. los de trabajo tomaba,

y colgué en los verdes sauces

la música que llevaba,

poniéndola en esperanza

de aquello que en ti esperaba.

  1. Allí me hirió el amor,

y el corazón me sacaba.

Díjele que me matase,

pues de tal suerte llagaba;

yo me metía en su fuego,

  1. sabiendo que me abrasaba,

disculpando al avecica

que en el fuego se acababa.

Estábame en mí muriendo,

y en ti sólo respiraba,

  1. en mí por ti me moría,

y por ti resucitaba,

que la memoria de ti

daba vida y la quitaba.

Gozábanse los extraños

  1. entre quien cautivo estaba;

preguntábanme cantares

de lo que en Sión cantaba:

-Canta de Sión un himno,

veamos cómo sonaba.

  1. -Decid, ¿cómo en tierra ajena

donde por Sión lloraba,

cantaré yo la alegría

que en Sión se me quedaba?

Echaríala en olvido

  1. si en la ajena me gozaba.

Con mi paladar se junte

la lengua con que hablaba,

si de ti yo me olvidare,

en la tierra do moraba.

  1. ¡Sión, por los verdes ramos

que Babilonia me daba,

de mí se olvide mi diestra,

que es lo que en ti más amaba,

si de ti no me acordare,

  1. en lo que más me gozaba,

y si yo tuviere fiesta

y sin ti la festejaba!

¡Oh hija de Babilonia,

mísera y desventurada!

  1. Bienaventurado era

aquél en quien confiaba,

que te ha de dar el castigo

que de tu mano llevaba,

y juntará sus pequeños,

  1. y a mí, porque en ti lloraba,

a la piedra, que era Cristo,

por el cual yo te dejaba.

Glosa del mismo (autor)

 

Sin arrimo y con arrimo.

sin luz y a oscuras viviendo,

todo me voy consumiendo.

  1. Mi alma está desasida

de toda cosa criada,

y sobre sí levantada,

y en una sabrosa vida

sólo en su Dios arrimada.

Por eso ya se dirá

la cosa que más estimo,

que mi alma se ve ya

sin arrimo y con arrimo.

  1. Y, aunque tinieblas padezco

en esta vida mortal,

no es tan crecido mi mal,

porque, si de luz carezco,

tengo vida celestial;

porque el amor da tal vida,

cuando más ciego va siendo,

que tiene al alma rendida,

sin luz y a oscuras viviendo.

  1. Hace tal obra el amor

después que le conocí,

que, si hay bien o mal en mí,

todo lo hace de un sabor,

y al alma transforma en sí;

y así, en su llama sabrosa,

la cual en mí estoy sintiendo,

apriesa, sin quedar cosa,

todo me voy consumiendo.

Glosa a lo divino, del mismo autor.

 

Por toda la hermosura

nunca yo me perderé,

sino por un no sé qué

que se alcanza por ventura.

  1. Sabor de bien que es finito,

lo más que puede llegar

es cansar el apetito

y estragar el paladar;

y así, por toda dulzura

nunca yo me perderé,

sino por un no sé qué

que se halla por ventura.

  1. El corazón generoso

nunca cura de parar

donde se puede pasar,

sino en más dificultoso;

nada le causa hartura,

y sube tanto su fe,

que gusta de un no sé qué

que se halla por ventura.

  1. El que de amor adolece,

del divino ser tocado,

tiene el gusto tan trocado

que a los gustos desfallece;

como el que con calentura

fastidia el manjar que ve,

y apetece un no sé qué

que se halla por ventura.

  1. No os maravilléis de aquesto

que el gusto se quede tal,

porque es la causa del mal

ajena de todo el resto;

y así toda criatura

enajenada se ve

y gusta de un no sé qué

que se halla por ventura.

  1. Que estando la voluntad

de Divinidad tocada,

no puede quedar pagada

sino con Divinidad;

mas, por ser tal su hermosura

que sólo se ve por fe,

gústala en un no sé qué

que se halla por ventura.

  1. Pues, de tal enamorado,

decidme si habréis dolor,

pues que no tiene sabor

entre todo lo criado;

solo, sin forma y figura,

sin hallar arrimo y pie,

gustando allá un no sé qué

que se halla por ventura.

  1. No penséis que el interior,

que es de mucha más valía,

halla gozo y alegría

en lo que acá da sabor;

mas sobre toda hermosura,

y lo que es y será y fue,

gusta de allá un no sé qué

que se halla por ventura.

  1. Más emplea su cuidado,

quien se quiere aventajar.

en lo que está por ganar

que en lo que tiene ganado;

y así, para más altura,

yo siempre me inclinaré

sobre todo a un no sé qué

que se halla por ventura.

  1. Por lo que por el sentido

puede acá comprehenderse

y todo lo que entenderse,

aunque sea muy subido,

ni por gracia y hermosura

yo nunca me perderé,

sino por un no sé qué

que se halla por ventura.

LETRILLAS

 

Navideña

 

Del Verbo divino

la Virgen preñada

viene de camino:

¡si le dais posada!

Suma de la perfección

 

Olvido de lo criado,

memoria del Criador,

atención a lo interior,

y estarse amando al Amado.

0 thoughts on “21 de marzo de 2020, Día Internacional de la Poesía

  1. FELIZ DÍA DE LA POESÍA, QUE HOY 21 SE CELEBRA. FELICIDADES POETAS.

    Y FELICIDADES PROYECTO NACIÓNAL DE CULTURA GRANADA COSTA.
    QUE SIEMPRE SIEMPRE ESTAS ALERTA.

  2. Maria manrique.
    Buenos días muy bonitos todos .gracias a granada costa
    No olvidemos nunca que la poesia alienta a seguir trasmitiendo energía y damos lecciones de vida a los jóvenes que en sus venas lleban tinta de poetas .

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